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La destrucción por el aumento del nivel del mar en California podría superar los daños de los peores incendios y sismos

L.A. Times Today se transmite de lunes a viernes a las 7 p.m. y 10 p.m., exclusivamente en Spectrum News 1

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En el estudio más extenso hasta la fecha sobre el aumento del nivel del mar en California, los investigadores señalan que los daños para fines de siglo podrían ser mucho más devastadores que los peores terremotos e incendios forestales en la historia del estado.
Un equipo de científicos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGC, por sus siglas en inglés) concluyó que incluso un pequeño aumento del nivel del mar, a menudo desestimado como un desastre progresivo y lento, podría abrumar a las comunidades en caso de una fuerte tormenta.
El estudio combina por primera vez el aumento del nivel del mar y las tormentas, así como la acción de las olas, la erosión de los acantilados, la pérdida de playas y otras amenazas costeras en todo California. Estos factores se han estudiado extensivamente, pero rara vez juntos en el mismo modelo.
Los resultados son alarmantes. Más de medio millón de californianos y $150 mil millones en propiedades corren el riesgo de inundaciones a lo largo de la costa en el año 2100, el equivalente al 6% del PIB del estado, según el estudio, y a la par con el huracán Katrina y algunos de los desastres más costosos del mundo. El número de sujetos expuestos es tres veces mayor que en los modelos anteriores, que consideraron sólo el aumento del nivel del mar.
En un momento en que las marismas se están hundiendo, los acantilados se erosionan, las playas desaparecen y las tormentas severas probablemente se vuelven más frecuentes, los científicos indican que incluso un pequeño cambio en el aumento del nivel del mar podría detonar una nueva gama de cuestiones extremas que los californianos deberían enfrentar cada año.
“No es sólo una molestia que va a surgir de vez en cuando”, expuso Patrick Barnard, director de investigación del Equipo de Procesos Costeros e Impactos del Clima de USGS y autor principal del estudio. “Estos son eventos importantes que se repetirán y serán diez veces más grandes que los peores incendios y terremotos que hemos experimentado en la historia moderna de California”.
Las apuestas son altas para los millones de californianos que han elegido construir y vivir a lo largo del borde del Pacífico. En los últimos meses, las tormentas de invierno erosionaron tanto la playa de Capistrano que un malecón se derrumbó, y las cuadrillas debieron trasladar toneladas de rocas para formar una barrera y evitar así que las canchas de baloncesto desaparecieran en el océano.
En Imperial Beach, las grandes olas, junto con algunas de las mareas más altas de la temporada, hicieron que el agua se estrellara sobre los diques, inundando carreteras y garajes y gran parte del estuario del río Tijuana. Desde el condado de San Diego hasta el de Humboldt, los funcionarios costeros continúan lidiando con la creciente erosión, los colapsos de acantilados y los permisos de emergencia.
El nuevo estudio de USGS subraya cómo estos eventos continuarán a lo largo de la costa, y se amplificarán entre sí a medida que el mar siga subiendo.
“Este tipo de ciencia es absolutamente fundamental para nuestra planificación”, consideró Jack Ainsworth, director ejecutivo de la Comisión Costera de California, quien ha utilizado el modelo costero de USGS para planificar el aumento del nivel del mar. “Puede parecer un desastre lento, pero vemos cómo los incendios aumentaron muy rápidamente y destruyeron comunidades... Realmente necesitamos trabajar con sentido de urgencia”.

Orange County Public Works crews remove a boardwalk that was damaged in a recent storm at Capistrano Beach in Dana Point.
(Allen J. Schaben / Los Angeles Times)

Valorar el aumento del nivel del mar en riesgo económico y la pérdida de propiedad anticipa un problema difícil que muchas comunidades se muestran renuentes a enfrentar. Un estudio a profundidad realizado el año pasado por Union of Concerned Scientists analizó datos de Zillow y descubrió que cientos de miles de hogares en todo el país corren el riesgo de sufrir inundaciones crónicas en las próximas décadas. Un análisis realizado en Stanford el mes pasado encontró que el centro de Annapolis, capital del estado de Maryland, perdió 3.000 visitas en 2017 debido a la inundación “de los días soleados”, causada por la marea alta -hasta $17.000 en pérdidas de ingresos para las empresas locales-.
La última Evaluación Nacional del Clima, un importante informe científico realizado por 13 agencias federales, concluyó que un billón de dólares en bienes raíces costeros está amenazado por el aumento del nivel del mar, las marejadas ciclónicas y las inundaciones de marea alta exacerbadas por el cambio climático. “Los científicos se están volviendo más sofisticados al comunicar esta información a las personas para que comprendan y se preocupen por las implicaciones”, consideró Heather Cooley, directora de investigación de Pacific Institute, un grupo de expertos con sede en Oakland que también ha estudiado cómo el aumento del nivel del mar pone a las poblaciones y la infraestructura crítica en riesgo. “Vemos cada vez más comunidades lidiando con estos impactos, [evaluando] lo que les costará, si deben limitar el desarrollo en ciertas áreas. Esas son las verdaderas preguntas difíciles que debemos enfrentar”.
En el estudio de USGS, publicado el miércoles en Nature journal Scientific Reports, los investigadores reunieron una serie de modelos que examinaron la acción de las olas, mareas, erosión costera y las inundaciones en California en escenarios de aumento del nivel del mar que oscilan entre 0 y 2 metros (6.6 pies). Además de estas proyecciones, agregaron cuatro contextos de tormenta diferentes: condiciones diarias promedio, tormentas anuales típicas, 20 años de tormentas y 100 años de tormentas.
Luego superpusieron estas proyecciones integradas, conocidas como modelo dinámico, con un análisis sofisticado de datos de población, valores de evaluación de propiedades, así como datos de varias agencias estatales, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos y el Departamento de Defensa.
Los esfuerzos anteriores para comprender los posibles impactos costeros del cambio climático se enfocaron principalmente en el aumento del nivel del mar a largo plazo, pero no tuvieron en cuenta cómo estos otros elementos podrían afectar el riesgo general de inundación, tanto a corto como a largo plazo, en una comunidad construida.
Los gerentes de emergencias y los funcionarios de planificación, a su vez, rara vez incorporan modelos de tormentas de 100 años junto con las proyecciones del nivel del mar, lo cual subestima el riesgo de una ciudad.
Por ejemplo, con sólo un aumento del nivel del mar de 0.25 metros proyectado para alrededor de 2040, el número de californianos expuestos a las inundaciones puede parecer poco significativo, pero al agregar 100 años de tormentas, casi siete veces más personas están en riesgo.
En total, con un aumento de dos metros para 2100 y un siglo de tormentas, los riesgos de inundación proyectados podrían representar el 6.3% del PIB de California, a pesar de que sólo afectarán directamente al 0.3% de la superficie del estado, según el estudio, que no especuló sobre el crecimiento futuro de la población o las tasas de inflación.
Los investigadores señalaron que estas proyecciones podrían incluso ser algo conservadoras, dado que los formuladores de políticas de California ahora consideran tres metros como el punto más alto del aumento esperado del nivel del mar.
También se sorprendieron por lo que mostró el modelo con tormentas menos severas. En el mismo escenario de aumento de dos metros en el nivel del mar, una tormenta anual típica también plantea una verdadera dosis de realidad: alrededor de 483.000 residentes y $119 mil millones en propiedad (expresado en datos y dólares del censo de 2010) podrían estar expuestos para el año 2100. Esto es mucho más alto que los desastres naturales más costosos en la historia moderna de California: el terremoto de Loma Prieta, de 1989 ($10 mil millones), y la temporada de incendios forestales de 2017 ($18 mil millones).
Katrina, en comparación, costó alrededor de $127 mil millones. Y un terremoto verdaderamente catastrófico podría causar $200 mil millones en daños, más de 1.800 muertes y decenas de miles de lesiones, según un estudio separado de USGS que examinó los posibles impactos de un sismo de magnitud 7.8 en el sur de la falla de San Andrés.
Los científicos y planificadores de emergencias, reconocieron los investigadores, a menudo se centran en los extremos: un siglo de tormentas, desastres con un 1% de probabilidades que las personas no pueden entender.
“Necesitamos concentrarnos más en el tipo de cuestiones que suceden cada mes, cada año”, explicó Barnard. “Que esas tormentas anuales expongan entre $50 mil y más de $100 mil millones en propiedades para fines de siglo, es sólo una cantidad importante. Pero eso es algo que podría suceder todos los años, no sólo una vez en una hipoteca o una ocasión en la vida”.
Las vulnerabilidades del aumento del nivel del mar combinadas con tormentas, tanto extremas como anuales, son particularmente evidentes en áreas como la Bahía de Alamitos en Long Beach, Del Mar en el condado de San Diego, y otras ciudades construidas sobre las antiguas marismas, cerca de las desembocaduras de los ríos o en zonas bajas. Bloques enteros de casas, parques e instalaciones públicas podrían inundarse con tales proyecciones.
A lo largo de la Bahía de San Francisco, que representa dos tercios de los impactos de las inundaciones proyectadas en toda California, el costo de construir diques, muros marinos y otras medidas para soportar dos metros de aumento del nivel del mar y tormentas a lo largo de 100 años podría costar tanto como $450 mil millones, dos veces más que las estimaciones anteriores, considerando sólo el costo por defenderse contra el aumento del nivel del mar.
En el modelo, los científicos asumen que los diques y las líneas de defensa existentes en el Área de la Bahía son estables y se mantendrán en su lugar hasta el 2100, pero “la integridad de ingeniería de la mayoría de estas estructuras no se conoce”, señala el informe.
De acuerdo con el estudio, lo mismo ocurre con los rompeolas, bermas, revestimientos de rocas y otras infraestructuras en todo el estado en estuarios más pequeños. “No hay capacidad para el posible fracaso de estas estructuras si son afectadas por futuros eventos de inundaciones, sin embargo, algunas sin duda fallarán y expondrán a más residentes y activos a las inundaciones de lo que se estima aquí”.
En los puertos, donde las inundaciones costeras podrían afectar las líneas ferroviarias y el movimiento de mercancías dentro y fuera de Estados Unidos, el costo de la adaptación es alto. El estudio encontró que los puertos de Los Ángeles y Long Beach manejan $478 mil millones en carga anualmente y dan soporte a 2.8 millones de empleos en todo el país. El precio de elevar y modernizar los principales puertos comerciales de California para adaptarlos a dos metros de aumento del nivel del mar, según el estudio, podría ser de más de $9.000 mil millones.
Los investigadores esperan que esta información ayude a las comunidades a comprender mejor sus riesgos a corto plazo y las consecuencias a largo plazo de sus decisiones. Más estudios y análisis de contingencia también continuarán haciendo estas proyecciones más precisas para poblaciones específicas.
Las tendencias futuras de la población, las condiciones económicas, los cambios humanos en la infraestructura costera y una mayor comprensión de los ciclos de El Niño, por ejemplo, son factores que podrían incorporarse para generar modelos más sofisticados.
Las elecciones que las personas hagan en las próximas décadas, por supuesto, también podrían afectar estas proyecciones. A medida que la Tierra continúa calentándose y el hielo terrestre sigue derritiéndose en los océanos -en gran parte alimentado por los gases de efecto invernadero producidos por el hombre- los esfuerzos para controlar estas emisiones podrían influir en la temperatura, los patrones de viento y la velocidad del aumento del nivel del mar.
También están los impactos socioeconómicos “en cascada”, a los que este estudio ni siquiera llega. “Si se da una gran inundación, que cierre el puerto de tres a cinco días, ¿qué efecto tendrá eso en la economía?”, se preguntó Barnard. “¿Cómo afectan las inundaciones la pérdida de empleos, de ingresos y la distribución de bienes y servicios en todo el país? Las secuelas, creo, son mucho mayores que incluso lo que sugieren estos números”, expuso, “que por cierto, ya son enormes”.

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