Columna: Mookie Betts y los Dodgers honran el legado del equipo al adoptar una posición contra el racismo

Se alinearon hombro con hombro frente al logo de los Dodgers; un jardinero negro, un mánager de ascendencia negra y japonesa, un abridor blanco de Texas y un relevista afrocaribeño.

Frente a los medios de comunicación después de la postergación del partido del miércoles por la noche contra los Gigantes de San Francisco, estos Dodgers subrayaban su individualidad.

Sin embargo, explicando el motivo del aplazamiento, estos Dodgers se mostraron más que nunca como un equipo.

Mookie Betts no iba a jugar, así que ellos no iban a jugar.

Su único jugador afroamericano activo se sentía incómodo saliendo al campo en un día de huelgas deportivas generalizadas provocadas por la injusticia social, por lo que decidieron que no estaría solo.

Un compañero de equipo que luchaba por la igualdad racial quería mandar un mensaje, así que iban a apoyarlo.

Rara vez ha habido una visión más convincente en esta organización desde los días de Jackie Robinson. Los Dodgers rara vez han sido tan dignos de nuestros aplausos.

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Jun. 19, 2020

Betts dijo: “Hablando por mí, pase lo que pase, no voy a jugar esta noche, tengo que defender mis principios”.

Clayton Kershaw dijo: “Como jugador blanco en este equipo... ¿Cómo podemos mostrar nuestro apoyo? ¿Qué podemos hacer para ayudar a nuestros hermanos negros en este equipo? Una vez que Mookie dijo que no iba a jugar... sentimos que lo mejor que podíamos hacer para apoyarlos era no jugar”.

Entonces, su partido más importante en muchas temporadas fue un juego que no jugaron, su mensaje más fuerte fue entregado en una noche sin guantes ni bates. En su silenciosa huelga en apoyo a un solo jugador que protestaba por la injusticia racial.

Así es como se ve la unidad. Así es como se siente la unión. Así es como se hacen los campeones.

No fue así en el resto del béisbol, donde solo se pospusieron tres juegos el miércoles y varios jugadores que protestaban fueron simplemente dejados solos.

Matt Kemp se sentó solo en Colorado. Jason Heyward fue el único que no jugó en los Cachorros de Chicago. A Dexter Fowler solo se unió en su protesta el lanzador Jack Flaherty en St. Louis. Dominic Smith fue el único de los Mets de Nueva York que se arrodilló durante el himno nacional, y se quedó solo para llevar a cabo una videoconferencia llena de lágrimas durante la cual trató de explicar sus sentimientos.

Si bien el jueves se produjeron más aplazamientos y actos de solidaridad, el mensaje fue claro: en un mundo del béisbol que no es conocido por la conciencia social, muchos compañeros de equipo no lo comprendieron de inmediato. Los Dodgers lo entendieron.

Mientras la NBA, la WNBA y la MLS suspendían juegos y algunos equipos de la NFL cerraban las prácticas en protesta por el tiroteo de la policía de Kenosha, Wisconsin, contra Jacob Blake, la mayoría de los jugadores de béisbol se bajó la gorra y miró hacia otro lado. Los Dodgers miraron directamente a Betts y escucharon.

Y, francamente, podrían haber encontrado todas las razones para no hacerlo. Podrían haber encontrado todas las excusas para expresar su apoyo a Betts mientras seguían jugando. Kershaw estaba programado para iniciar el juego, y ¿con qué frecuencia al futuro miembro del Salón de la Fama le gusta cambiar su rutina? Los Dodgers tenían el mejor récord en béisbol y eran uno de los equipos más sólidos de la temporada y… ¿quién quiere jugar una doble cartelera reprogramada?

A los Dodgers no les importó, y no fue porque el recién llegado Betts es su mejor jugador y ya se ha convertido en el líder de la casa club. Fue porque era su compañero de equipo. Piénselo.

“Las cosas que les han pasado a nuestros compañeros negros del equipo y de la liga nunca las entenderé, y solo estamos tratando de descubrir la mejor manera de apoyarlos”, dijo Kershaw. “Y no tengo la mejor respuesta. Pero para esta noche, siento que la respuesta correcta para nosotros, para mí como hombre blanco, es estar junto a ellos”.

A través de ese simple acto, estos Dodgers demostraron ser más que la simple definición de equipo. Estos Dodgers son la definición de los Dodgers.

En 1947, en las primeras semanas de la temporada de debut de Jackie Robinson, que rompió la barrera del color en este deporte, su compañero de equipo Pee Wee Reese se acercó a Robinson antes de un juego en Cincinnati y lo rodeó con el brazo. El gesto silencioso apagó a una multitud hostil y marcó la pauta para el apoyo público a su compañero de equipo.

De alguna manera, la conferencia de prensa del miércoles se sintió así. El único afroamericano del equipo y uno de sus jugadores más nuevos tomó una posición potencialmente controvertida contra el racismo, y sus compañeros de equipo lo abrazaron y lo apoyaron.

“Cuando vi eso, definitivamente hice la conexión con Pee Wee y todos los jugadores que apoyaron a Jackie”, dijo Fred Claire, exgerente general de los Dodgers y empleado de muchos años. “Lo que hicieron los Dodgers con Mookie Betts tuvo un gran significado para este equipo y lo que representan. Lo que vi fue la unidad”.

Esta unidad se extendió a la oficina principal, que apoyó al mánager Dave Roberts en su decisión separada de no participar en el juego del miércoles. Y qué apropiado es que todo esto haya ocurrido en una semana que incluye la celebración del Día de Jackie Robinson en todo el béisbol.

Es un legado que continua.

“Ya estaba unido a todos en la casa club, pero ahora me doy cuenta de que todos me respaldan incluso más de lo que pensaba”, dijo Betts, y luego agregó: “Siempre recordaré este día. Siempre recordaré que este equipo está conmigo”.

Eso es lo que hacen los equipos. Eso es lo que son estos Dodgers. Así es como, en una noche en que no jugaron, lograron una victoria que durará para siempre.