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Le llueven críticas al papa y a la Santa Sede

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El Vaticano se enfrentó a fuertes críticas esta semana. Por un lado, Francisco evitó que los feligreses de Loreto besaran su anillo papal. Sumado a ello, todo el personal femenino de la revista de mujeres del Vaticano renunció, en protesta a la interferencia editorial de un jefe varón.

El pasado miércoles, el sumo pontífice saludó a los fieles en la Plaza de San Pedro y permitió que monjas y sacerdotes besaran su anillo papal durante su audiencia semanal sin ningún impedimento, lo cual fue un potencial alivio para la Santa Sede, que ha recibido duras críticas esta semana.

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El Vaticano fue atacado por algunos católicos romanos después de que las imágenes mostraron cómo Francisco alejaba repetidamente su mano de los fieles que se inclinaban para besar su anillo papal, el pasado lunes en Loreto, Italia. Sumado a ello, todo el personal femenino de la revista de mujeres del Vaticano renunció, alegando la interferencia editorial de su jefe masculino.

Algunos católicos dijeron que el gesto llamado baciamano es una señal de respeto de los fieles a la Iglesia, no sólo al santo padre. “¿Es posible que el papa no entienda que las personas que desean besar su anillo buscan honrar a San Pedro, y no a él?”, escribió el sacerdote Dwight Longenecker, pastor de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, en Greenville, Carolina del Sur, en su blog. “Si no es así, entonces parecería que no ha aprendido una de las lecciones básicas que todo sacerdote debe aprender: que no todo se trata de él”.

Las reacciones publicadas en el sitio web católico conservador Lifesite News llegaron a describir el comportamiento de Francisco como “demoníaco” y “mentalmente trastornado”. Algunos católicos ya están enojados por el actual papado, que prioriza la misericordia al dogma, y su impulso para permitir que los divorciados que se han vuelto a casar por civil puedan comulgar.

El Vaticano no comentó sobre las imágenes del papa en Loreto.

Austen Ivereigh, quien ha escrito una biografía del sumo pontífice, afirmó que a Francisco no le gusta el aire de veneración de ese gesto. “El beso es parte de los elementos monárquicos del papado, algo que Francisco desea abandonar, tal como Pablo VI abandonó la tiara y Juan Pablo II puso fin a la práctica de ser llevado en un trono papal, en favor del papamóvil”, explicó el autor en una entrevista. “Él ya ha impedido que las personas besen su anillo, pero esta vez lo hizo de manera consistente”, remarcó Ivereigh. “Para Francisco, estas reuniones son como un encuentro, no un acto de obediencia hacia un rey”.

Rich Raho, un sacerdote que enseña en St. Patrick High School en Chicago, tuiteó: “Prefiere que las personas no besen su anillo; en lugar de ello, él preferiría besarles los pies”.

El anillo papal, conocido como el Anillo del Pescador, tradicionalmente es destruido cuando muere un papa, y se crea uno nuevo para su sucesor. El anillo de Francisco muestra una imagen de San Pedro con dos llaves, una que representa el poder en el cielo, y la otra la autoridad espiritual del papado en la tierra.

Las renuncias del personal de la revista femenina ocurrieron el pasado martes. “Women Church World”, que se publica junto con el diario del Vaticano, L’Osservatore Romano, ha revelado escándalos dentro de la Iglesia, incluidos los casos de obispos y cardenales que obligan a las monjas a cocinar y limpiar, por un pago mínimo o sin paga alguna.

El mes pasado, la publicación expuso el abuso sexual de monjas por parte de sacerdotes; las mujeres se ven obligadas a abortar o dar a luz a niños que no son reconocidos por sus padres. El artículo afirma que las religiosas han guardado silencio sobre el tema durante años, por temor a represalias.

Francis reconoció el abuso cuando se lo preguntaron, el mes pasado, y aseveró: “No puedo decir ‘No, en mi casa no tenemos ese problema’”.

Lucetta Scaraffia, quien fundó la publicación para mujeres en 2012, afirmó que el nuevo editor de L’Osservatore Romano, Andrea Monda, quien se hizo cargo en diciembre pasado, también había intentado asumir el mando editorial en la revista. Se retiró cuando el personal amenazó con renunciar, pero luego agregó nuevas redactoras para atenuar el tono de las coberturas, preciso Scaraffia.

“Desistimos porque nos sentimos rodeadas por un clima de desconfianza y de desacreditación progresiva”, escribió Scaraffia en una carta abierta a Francisco, quien a menudo ha pedido un mayor papel para las mujeres en el Vaticano.

En su editorial final para la revista, que aún no se ha publicado, el personal destacó que Monda estaba “enfrentando a las mujeres entre sí”. El nuevo editor negó la acusación y declaró que simplemente había sugerido temas y colaboradoras.

En su carta, Scaraffia habló de un “regreso a la costumbre, anticuada e improductiva, de elegir a las mujeres consideradas dignas de confianza desde lo alto, bajo el control directo de los hombres”.

El papa contradijo los argumentos de que las mujeres están subrepresentadas en la Iglesia, cuando afirmó que “la Iglesia es una mujer”.

Pero Scaraffia le dijo al diario italiano Corriere della Sera, el pasado miércoles, que la frase no es suficiente. “Es hermosa, pero es una manera de convertirnos en una metáfora. Queremos ser escuchadas, debatidas, que nos contradigan, como ocurriría con los hombres, en lugar de que nos conviertan en una metáfora”.

Los funcionarios del Vaticano, remarcó Scaraffia, “viven en un mundo masculino, donde nadie pensaría en dejar entrar a las mujeres. Ni siquiera pueden concebirlo; para ellos las mujeres no existen”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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