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Arrestan a ex secretario de Seguridad de México por recibir sobornos de “El Chapo”

Joaquin "El Chapo" Guzman, the former head of the Sinaloa drug cartel.
Joaquín “El Chapo” Guzmán, ex jefe del cártel de drogas de Sinaloa.
(Eduardo Verdugo / Associated Press)
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Un ex alto funcionario de seguridad mexicano ha sido arrestado en Estados Unidos por presuntamente recibir millones de dólares en sobornos por parte del cártel de drogas de Sinaloa, encabezado por Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Una acusación revelada hoy martes en un tribunal federal de Brooklyn inculpa a Genaro García Luna, quien desempeñó el cargo como secretario de Seguridad Pública en México de 2006 a 2012, con tres cargos de conspiración de tráfico de cocaína y uno por hacer declaraciones falsas. Acusan a García de aceptar sobornos del cártel a cambio de proporcionar protección para sus actividades de narcotráfico.

Con los sobornos pagados a Genaro García Luna, el cártel de Sinaloa pudo enviar toneladas de cocaína y otras drogas a Estados Unidos

Dic. 10, 2019

García Luna, quien dirigió la Agencia Federal de Investigación de México de 2001 a 2005 y se desempeñó como secretario de seguridad pública de 2006 a 2012, es uno de los funcionarios mexicanos de más alto rango acusado de narcotráfico en un tribunal de Estados Unidos.

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Los funcionarios afirman que al menos en dos ocasiones aceptó maletines de mensajeros del cártel rellenos de al menos 3 millones de dólares en efectivo.

A cambio, alegan, García Luna le proporcionó al cártel de Sinaloa el paso seguro de sus drogas, así como detalles delicados sobre las investigaciones de las fuerzas de seguridad en el grupo e información sobre las pandillas rivales.

García Luna fue acusado de tres cargos de conspiración para traficar cocaína y un cargo de hacer declaraciones falsas, de acuerdo con un documento que se dio a conocer el martes. Es el último de una serie de casos en Estados Unidos contra carteles de la droga mexicanos, incluyendo la condena este año de Guzmán por tráfico y asesinato.

Richard Donoghue dijo en un comunicado que el caso de García Luna “demuestra nuestra determinación de llevar ante la justicia a aquellos que ayudan a los cárteles a infligir daños devastadores a Estados Unidos y México, independientemente de las posiciones que ocuparon mientras cometían sus crímenes”.

Según la acusación, el soborno ocurrió en algún momento después de 2001, el año en que García Luna se convirtió en el jefe de la Agencia Federal de Investigación bajo la administración del presidente Vicente Fox.

La elección de Fox, un ex ejecutivo de Coca-Cola que se postuló con el Partido Acción Nacional, puso fin a más de siete décadas de gobierno del Partido Revolucionario Institucional y fue ampliamente aclamada como una apertura democrática sin precedentes y una oportunidad para erradicar la corrupción.

Bajo el sistema político anterior, los cárteles frecuentemente pagaban a los funcionarios mexicanos para que traficaran impunemente con drogas hacia el norte de Estados Unidos. Fox y su protegido García Luna, se presentaron como reformadores con la intención de profesionalizar las instituciones de México.

Cuando Felipe Calderón asumió la presidencia en 2006, también bajo la bandera del Partido Acción Nacional, García Luna se convirtió en la cara pública de su controvertida guerra contra los cárteles de la droga.

Durante ese tiempo, García Luna trabajó en estrecha colaboración con funcionarios de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos y se le encargó la creación de una fuerza policial federal.

Un perfil halagador del 2008 en New York Times Magazine, describió a García Luna como “una especie de niño prodigio”, un hombre con una “mandíbula cuadrada, constitución fuerte, experto en tecnología y comprometido con la limpieza de la policía notoriamente corrupta de México.

“Estamos obligados a enfrentar el crimen”, dijo García Luna cuando se le preguntó si México debería considerar hacer tratos con los cárteles para reducir el crimen. “Ese es nuestro trabajo, es nuestro deber, y no consideraremos un pacto”.

Pero a medida que pasaba el tiempo, García Luna comenzó a enfrentarse al escrutinio por su propio comportamiento.

Hubo un episodio vergonzoso en el que se descubrió que había organizado una redada policial de víctimas de secuestro para un equipo de televisión. Y luego estuvo la cuestión de sus numerosas casas de lujo, que parecían estar fuera del alcance de alguien con un salario de funcionario público.

Funcionarios estadounidenses dicen que los registros muestran que cuando García Luna se mudó a Estados Unidos en 2012, había acumulado una fortuna de millones de dólares.

La destacada periodista mexicana Anabel Hernández tomó nota de su riqueza personal y publicó un libro en 2010 alegando que García Luna aceptó sobornos a cambio de proteger al cártel de Sinaloa. Más tarde presentó denuncias ante la Comisión de Derechos Humanos de México acusando a García Luna de contratar a agentes de la policía federal para que la asesinaran.

Los reclamos por soborno contra García Luna resurgieron durante el juicio por narcotráfico y asesinato de Guzmán el año pasado.

En el juicio, el ex miembro del cártel Jesús Zambada García testificó que se encontró dos veces con García Luna en un restaurante y le dio un maletín lleno de dinero.

Zambada García dijo que el primer pago ocurrió en 2005, cuando García Luna era el jefe de la Agencia Federal de Investigación, y el segundo un año después, después de que García Luna había sido ascendido a secretario de seguridad pública.

García Luna ha negado esas afirmaciones en el pasado.

No se declaró culpable de la acusación en su comparecencia inicial ante el tribunal de Dallas esta semana, según John Marzulli, vocero de la oficina del fiscal general de Estados Unidos. Las llamadas al abogado de García Luna no fueron devueltas.

García Luna obtuvo la residencia legal en Estados Unidos hace varios años, según un memorando de detención presentado por la fiscalía de Estados Unidos.

En 2018, solicitó la naturalización como ciudadano estadounidense. En el memorando de detención, los fiscales alegaron que en su solicitud de ciudadanía García Luna “hizo declaraciones materialmente falsas que negaban su conducta criminal”.

Si es condenado por aceptar sobornos, sería una gran mancha en el legado de los dos presidentes a los que sirvió.

Los analistas dicen que esto perjudicaría especialmente a Calderón, que hizo de la lucha contra el narcotráfico su principal prioridad política y que ha criticado con frecuencia el enfoque menos militarizado del actual presidente Andrés Manuel López Obrador.

“Es un golpe durísimo para Calderón”, dijo Carlos Bravo Regidor, analista político. “Le quita toda la autoridad que le quedaba para hablar de asuntos de seguridad”.

Bravo también describió el arresto como una bendición para López Obrador, quien frecuentemente ha descrito a sus predecesores como corruptos.

“Este es el caso de Estados Unidos que va tras el secretario de Seguridad Pública de Calderón”, dijo Bravo. “Es un gran regalo”.

No es la primera vez que un alto funcionario mexicano ha sido capturado por acusaciones de narcotráfico.

En 1997, el zar antidrogas mexicano José de Jesús Gutiérrez Rebollo fue arrestado por trabajar con el cártel de Juárez. Al igual que García Luna, una vez fue celebrado como la mejor esperanza de México en la lucha contra el crimen.

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