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Estados Unidos presiona a México para reabrir fábricas, mientras tanto trabajadores mueren a causa de COVID-19

El trabajador de una fábrica de propiedad extranjera en Ciudad Juárez, Chihuahua, es detenido
El trabajador de una fábrica de propiedad extranjera en Ciudad Juárez, Chihuahua, es detenido tras protestar por las condiciones de seguridad.
(AFP/Getty Images)

Las autoridades mexicanas han comenzado a ceder, a pesar de las advertencias de las autoridades sanitarias

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Incluso mientras las muertes por COVID-19 se disparan en las fábricas de México, Estados Unidos está enviando un mensaje claro: Es hora de que las plantas que detuvieron la producción vuelvan al trabajo.

El gobierno de Estados Unidos montó una campaña para persuadir a México de que reabra muchas fábricas que fueron cerradas debido a las directrices de distanciamiento social del país, advirtiendo que la cadena de suministro de la zona de libre comercio de América del Norte podría quedar permanentemente paralizada si las fábricas no reanudan pronto la producción.

“La destrucción de la economía es también una amenaza para la salud”, tweeteó el embajador de EUA en México Christopher Landau, la semana pasada. “Hay riesgos en todas partes, pero no todos nos quedamos en casa por miedo a tener un accidente de coche”.

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La presión también ha venido de los CEOs estadounidenses, más de 300 de los cuales enviaron una carta al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador diciendo que estaban “profundamente preocupados” por el cierre de las fábricas, y del Departamento de Defensa de EUA, que implora a México que reabra las plantas que fabrican piezas para sus contratistas.

Los funcionarios mexicanos han comenzado a ceder, a pesar de las advertencias de las autoridades sanitarias de que la reapertura de las fábricas demasiado pronto podría conducir a una muerte generalizada.

Los funcionarios federales acordaron permitir la reapertura de plantas automotrices. Y las autoridades del estado fronterizo de Baja California levantaron las órdenes de cierre de al menos 12 fábricas. Docenas de otras plantas que se suponía que debían cerrar pero nunca lo hicieron han escapado a serias sanciones de los funcionarios de trabajo.

El debate subraya la naturaleza cada vez más global de la fabricación moderna - los materiales pueden cruzar la frontera varias veces antes de que un producto final sea ensamblado y vendido - así como los enfoques a menudo conflictivos de los gobiernos frente a la pandemia global.

Se ordenó el cierre de los denominados negocios no esenciales tanto en México como en los Estados Unidos, pero ambos países tienen definiciones diferentes de lo que se considera esencial, y México adopta un conjunto de criterios más restrictivos.

Esto ha dejado a algunas fábricas que todavía trabajan en los EUA con la necesidad de componentes cruciales porque las plantas que las hacen en México se vieron obligadas a cerrar.

“Para algunas compañías, la frontera podría cerrarse”, dijo Paola Ávila, vicepresidenta de la Cámara Regional de Comercio de San Diego.

Ávila dijo que 390 empresas que su grupo representa han pedido a las autoridades mexicanas que consideren esencial el trabajo de sus proveedores en México. Alrededor de una docena de esas fábricas, la mayoría de las cuales proveen partes que son exportadas a los Estados Unidos para ser usadas en la fabricación de suministros médicos, han recibido autorización para reabrir.

Trabajadores de una fábrica en Ciudad Juárez.
(AFP/Getty Images)

Pero la presión ha despertado la ira en México, especialmente en las grandes fábricas de propiedad extranjera a lo largo de la frontera norte conocidas como maquiladoras, cuyos productos terminados son todos para la exportación.

Los trabajadores de varias plantas han protestado en las últimas semanas por el aumento de los brotes y las muertes de trabajadores.

“Son delincuentes que solo se interesan por su capital”, dijo un trabajador de una fábrica propiedad de Regal Beloit, con sede en Wisconsin, que ha estado cerrada desde que los empleados abandonaron el trabajo el viernes 15 de abril después de que varios de sus colegas murieron.

Una carta del lunes 18 de abril de la compañía a los empleados confirmó tres presuntas muertes por coronavirus en la fábrica de Ciudad Juárez. Los trabajadores dicen que otros cinco murieron desde entonces.

“No les importamos”, dijo el trabajador, que no dio su nombre porque no estaba autorizado a hablar con los medios de comunicación. La empresa, que produce motores para electrodomésticos, ignoró los signos de un brote durante semanas, dijo, y no proporcionó ni siquiera material de protección básico como gel antibacterial.

Un portavoz de Regal Beloit lamentó “el fallecimiento de nuestros asociados” pero dijo que la compañía no sabe si contrajeron la enfermedad en su planta.

Otras fábricas en las que se produjeron brotes se están preparando para reabrir, entre ellas la europea Schneider Electric, una fábrica en Tijuana en la que han muerto al menos tres personas, según funcionarios del gobierno de Baja California.

Un portavoz de la empresa, Venancio Figueroa, dijo que se considera un negocio esencial porque provee productos eléctricos para hospitales. Destacó que bajo las nuevas medidas de seguridad, los puestos de trabajo se limpiarán cada dos horas y a los empleados se les tomará la temperatura antes de cada turno.

Los empleados de una fábrica de autopartes en Juárez, donde han muerto al menos 14 trabajadores, dicen que la planta se está preparando para reabrir, y ha levantado divisiones alrededor de las estaciones de trabajo.

Un portavoz de la empresa Lear, con sede en Michigan, dijo que está promulgando “medidas integrales de salud y seguridad” y dijo que “cualquier fecha de reapertura de la instalación será en determinada por las regulaciones gubernamentales”.

Los funcionarios de salud locales han advertido contra la reapertura de la industria manufacturera demasiado pronto.

“No importa cuánto necesiten nuestras maquiladoras, nuestras industrias, nuestros negocios... debemos evitar abrir actividades no esenciales porque estamos en la parte más difícil de la pandemia”, dijo Arturo Valenzuela Zorrilla, el director médico del estado en el área de Ciudad Juárez.

México tiene 19 224 casos confirmados de coronavirus y 1859 muertes, según las autoridades federales, que predicen que la fase más grave de la crisis está por venir.

ataúdes en el sur de México.
Una fabricante de ataúdes en el sur de México.
(AFP/Getty Images)

Los gobiernos de todo el mundo han tenido que sopesar los costos económicos de mantener las empresas cerradas frente al riesgo de propagación del coronavirus.

Esta cuestión es particularmente complicada en el norte de México, donde las maquiladoras están en gran medida exentas de impuestos y la mano de obra barata de las fábricas beneficia en gran medida a las empresas y los consumidores de otros países. La producción de suministros médicos, por ejemplo, ha sido considerada esencial por el gobierno mexicano, aunque la mayoría de esos suministros se envían finalmente a los EUA.

“Es una pregunta interesante”, dijo Christopher Wilson, un economista del Wilson Center en Washington. “¿Deberían los trabajadores mexicanos arriesgar sus vidas para salvar a la gente en los Estados Unidos?”

Un trabajador, Gustavo Morales, de 39 años, dijo que recientemente renunció a su trabajo en una fábrica de Tijuana después de que docenas de compañeros de trabajo comenzaran a enfermarse. Al menos cuatro murieron, dijo.

La empresa ONTEX, que fabrica pañales y productos de higiene femenina para su exportación, no respondió a las solicitudes de comentarios. La fábrica es considerada esencial por el gobierno mexicano.

Morales dijo que le aterrorizaba llevar el virus a su familia.

“Siguen vendiendo a pesar de que saben... que están causando la muerte de personas”, dijo. “Pero no quieren detener las ganancias”.

Linthicum, reportero de LA Times, informó desde la Ciudad de México. Fry, reportera del San Diego Union-Tribune, informó desde Tijuana, y Minjares, corresponsal especial, desde Ciudad Juárez.

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