Por todo el país aumenta el número de policías atacados en emboscadas
El número de emboscadas a policías ha estado aumentando durante los últimos años, creando preocupación entre los funcionarios de las fuerzas policiales en un momento cuando las relaciones entre la policía y las comunidades que atienden son particularmente tensas.
El número de ataques sorpresas contra la policía ascendió a cerca de 250 incidentes por año entre el 2008 y el 2013, por encima de los 200 incidentes por año que hubo durante el período anterior de 10 años, de acuerdo a un estudio del Departamento de Justicia publicado el martes. Esas cifras seguían estando muy por debajo de las que se registraron en la década de 1990, cuando un año las emboscadas alcanzaron su punto máximo por encima de los 500 casos.
El reciente aumento ha preocupado a los funcionarios. “En una era de tensiones en las relaciones con la comunidad y luchas con la legitimidad de la policía, la violencia en contra de la policía es particularmente preocupante”, dijo Ronald L. Davis, director de servicios policiales orientados a la comunidad del Departamento de Justicia.
Los departamentos de la policía de las zonas urbanas han sido sometidos a un nuevo escrutinio sobre su uso de la fuerza en contra de los hombres negros jóvenes desde la muerte a balazosde Michael Brown en Ferguson, Missouri, en agosto del 2014.
El director del FBI, James B. Comey, dijo la semana pasada en un discurso que los oficiales de la policía podrían estarrespondiendo a las preocupaciones de ser video grabados al ser menos agresivos y al permitir que los delitos violentos aumenten. La Casa Blanca y otros descartaron rápidamente esa valoración.
El informe encontró una relación directa entre los delitos violentos y las emboscadas a policías, la cual lo definió en términos generales como trampas premeditadas y ataques espontáneos pero inesperados. El informe describe las emboscadas como agresiones contra la policía que son ejecutadas por sorpresa, desde una posición de ocultamiento y con fuerza abrumadora.
Pero para la vergüenza del Departamento de Justicia, el cual ha defendido fuertemente los servicios policiales orientados a la comunidad, el estudio también encontró una pequeña correlación estadística que sugiere que el número de emboscadas era mayor en lugares con un mayor nivel de actividades policiales orientadas a la comunidad.
Llamó al hallazgo “confuso”, pero afirmó que “no está dentro del ámbito de cualquier teoría plausible el que los servicios policiales orientados a la comunidad sean un factor que contribuye a la violencia en contra de la policía”. Por el contrario, la correlación puede ser debida a los datos incompletos o el hecho de que tales técnicas policiales tienden a ser aplicadas en las comunidades en donde la violencia ya es elevada, afirmó.
Los factores que reducían el riesgo de emboscadas a policías eran los niveles de educación más altos entre los reclutas de la policía y el uso de cámaras montadas sobre los vehículos de la policía, las cuales proporcionan un elemento disuasorio sobre el comportamiento de los oficiales y los ciudadanos, indicó el informe.
Mientras que las emboscadas citadas en el informe incluyeron incidentes fatales y no fatales, Davis expresó una preocupaciónparticular sobre las fatalidades.
“Sabemos que el asesinato de un policía durante el cumplimiento de su deber es un ataque contra toda la comunidad. Sin embargo, cuando el asesinato es el resultado de una emboscada, también ataca el fundamento mismo de nuestra democracia”, dijo.
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