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Propuesta de ley quiere acabar con la “terapia de conversión” en Nuevo México

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Dos congresistas de Nuevo México presentaron una propuesta de ley que busca prohibir la aplicación en menores de edad no heterosexuales la llamada “Terapia de conversión”, denostada por varias asociaciones médicas del país y aun legal en este estado.

El senador Jacob Candelaria, el primer gay declarado en la legislatura de Nuevo México, y el representante Andrés Romero, presentaron el pasado jueves en el Capitolio estatal esta iniciativa legislativa con la que buscan poner de relieve los efectos psicológicos que acarrea en los menores.

“Hay muchos problemas con la terapia de conversión, uno de ellos es cuando se les dice a los niños que hay algo mal en ellos que necesita ser curado”, aseveró Candelaria durante la presentación.

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“Los jóvenes LGTBQ no están enfermos, nacen perfectos y son la base fundamental del futuro del estado y del país”, agregó.

La terapia de conversión o rehabilitación pretende cambiar la identidad u orientación sexual de las personas y tiene su fundamento en que la homosexualidad es “una enfermedad o un desorden mental”, un punto de partida con el que rechazan varias organizaciones del país, como la Asociación Médica Estadounidense.

Orlando Antonio Carrillo, hoy 45 años de edad, recibió su primera terapia de conversión cuando tenia 25 años y aunque manifiesta no haber sido tan fuerte el tratamiento fue el comienzo de un periodo en el que sintió que “tocaba fondo”.

“Yo era fiel a mi iglesia, cantaba música mariachi y un día una pastora me dijo que ella me podía ayudar a curar esta enfermedad. Según ellos, yo estaba poseído por el demonio”, relató Carrillo en declaraciones a EFE.

“Las ministras de la iglesia me hicieron una sanación y yo acepte porque ellas me convencieron que ser gay no era de Dios. Yo siempre quise ser una mejor persona, pero no pude, mi gusto por los hombres no cambió”, señaló.

Carrillo, ahora un gay declarado, reveló que las terapias de conversión que recibió lo hicieron sentirse humillado, rechazado y decepcionado de si mismo; Culpable, y por eso rezaba para ser “sanado”.

“Los hermanos de la iglesia oraban para que el demonio me soltara. Ellos sintieron que yo no cambiaría, me dijeron que no era fiel a dios y que tenia que alejarme de mis amigos, de la iglesia y de los niños porque los iba a dañar”, manifestó el hispano.

De acuerdo un informe de la Asociación Americana de Psiquiatría, “los riesgos potenciales de la terapia reparadora son grandes, incluyendo la depresión, ansiedad y conductas auto-destructivas”.

Durante la presentación del proyecto esta semana en la capital del estado, Santa Fe, el legislador Andrés Romero urgió a erradicar esta “practica traumática” por las consecuencias emocionales que puede generar en los menores.

“La llamada terapia de conversión usa el rechazo, la vergüenza, el abuso verbal, el abuso psicológico e incluso técnicas como descargas eléctricas para intentar cambiar la orientación sexual de las personas”, manifestó el representante de Albuquerque en la legislatura estatal.

Desde el año 2012, tan solo cinco estados del país (California, Illinois, Nueva Jersey, Oregón y Vermont), y el distrito de Columbia han logrado eliminar la ley que ampara las terapias de conversión.

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