Porqué la esposa de Justin Timberlake evita el trigo y los lácteos
La actriz Jessica Biel llega a Au Fudge, en West Hollywood, ágil y radiante, luciendo una falda ajustada a la cintura y una blusa de seda.
Au Fudge es un mercado para padres y niños, un espacio creativo (donde se dictan clases de cocina), y un restaurante repleto de cócteles, pasteles y un menú orgánico para niños, que este sábado reúne a una tribu de niños optimistas y adultos con un ligero brillo de fama.
A sus 34 años, Biel es madre de Silas, de un año de edad, esposa del cantante/actor/estrella amada de los EE.UU. Justin Timberlake, y acaba de presentar un anticipo diurno de la segunda temporada de “Just Add Magic”, un programa de TV que presenta a niños cocinando, cuenta con un jardín en el hogar y un antiguo libro de recetas ligado a hechizos mágicos.
Conversamos con Biel acerca de sus hábitos alimenticios y sus rutinas de ejercicio físico, y de cuáles son las opciones de nutrición que elige para su esposo e hijo.
Cuéntanos algo acerca de tu jardín.
Tenemos un hermoso jardín y vamos allí todo el tiempo; cada dos días recogemos rábanos, espinaca y otras cosas, y preparamos ensaladas. Es maravilloso. Es probablemente una de las mejores razones para vivir en California, que puedes sembrar todo el año.
Durante todo el día, desde que despiertas, ¿cómo son tus opciones de nutrición y comidas?
Recientemente con mi familia empezamos a preparar una mezcla de crepas que nos gusta; es una mezcla ‘Paleo’, tiene mucho coco, nada de gluten, ni de trigo ni de lácteos… es deliciosa. Así comenzamos, con crepas ‘Paleo’, con mantequilla de almendras o castañas y miel, y salchichas veganas, y quizás algo de jugo fresco preparado en la máquina Juicero, que amamos. También té verde con miel; esa es una mañana normal para mí.
Si estoy en casa para el almuerzo, salgo al jardín y tomo algunas hojas y preparo una ensalada rápida, quizás con quinoa o algo más. Me gustan las hamburguesas vegetarianas que pueden comprarse en Whole Foods o Erewhon, y se pueden asar y agregarle nueces… También como algún bocadillo durante el día, como pretzels sin gluten, con una deliciosa salsa de queso de almendras. Sabe casi igual que el queso crema, pero no es un lácteo.
Y luego para la cena, si estamos en casa, cocino algo de salmón, arroz, vegetales, o salimos a comer pollo, o algo más sustancioso para la cena. Ese sería un día normal para mí.
¿No es ‘todo Paleo’, o ‘todo libre de gluten’?
No como ‘todo’ de ninguna cosa. Me gusta crear un equilibrio, si es posible… pero honestamente me siento mejor cuando no como gluten, trigo o lácteos. Mi digestión es mejor, me siento con más energía… Sólo trato de comer muy saludable. Quiero decir, por supuesto que algunas veces hago trampa y como galletas o pizza. Si estoy entrenando, quizás aumento la ingesta de proteínas… No como específicamente para el ejercicio físico, a menos que esté entrenando para algo en especial.
¿Cómo cuando escalaste el Monte Kilimanjaro para llamar la atención acerca de las crisis mundiales de agua? ¿Cuál fue el entrenamiento para eso?
Caminé mucho con una mochila de 30 libras, en una pendiente. También intenté pasar el mayor tiempo posible en la altitud, algo que era muy clave. La altitud te afecta de maneras extrañas.
¿Tener un hijo ha cambiado tu dieta?
¡Si! Como de manera diferente porque ahora incluyo también sus sobras. Soy como una aspiradora humana. Si él deja algo -como ocurrió esta mañana- y yo no me he preparado nada para mí aún, ¡es perfecto! Hay tanto por hacer en las mañanas, tantas corridas…
¿Tú y tu esposo tienen el mismo plan de alimentación?
Todos comemos sano; quiero decir, lo intentamos. Silas es un niño, así que muchas veces no quiere comer brócoli, o espinaca, entonces dices: ‘Muy bien, hoy comeremos pasta’, o sólo preparas unas papas fritas.
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Traducción: Valeria Agis