OPINIÓN: Mundial con 48 equipos es una estrategia político-económica

No se sabe dónde se jugará, pero el Mundial del 2026 será histórico.

La FIFA aumentó la cifra de selecciones que participarán en la justa mundialista de 32 a 48, lo que le dará la oportunidad de participar a muchas selecciones que nunca han estado en esa instancia.

Pero, ¿qué tan bueno es para el futbol tener más selecciones participando en un Mundial?

Puede ser bueno y malo, dependiendo cómo lo vea.

Si usted es de los que gusta ver cualquier cantidad de partidos sacrificando un poco la calidad, pues entonces tendrá más opciones y seguramente lo disfrutará. Pero si es de los que prefiere respetar la historia y ver casi siempre a los mismos protagonistas, con un mejor nivel de futbol, entonces prepárese porque eso no va a ocurrir más. Tendremos muchas caras nuevas y con países que tal vez jamás hubieran imaginado poder clasificarse al torneo.

Soy de los del grupo que piensa que no conviene este cambio.

Cuando el actual presidente de la FIFA, Gianni Infantino, inició su campaña para tomar el puesto de Sepp Blatter, el suizo prometió ampliar la cantidad de equipos. Tras ganar la candidatura, era obvio que su plan arrasaría, tal como sucedió en las votaciones por la ampliación esta semana.

Infantino cumplió. Sin embargo, este movimiento le ha asegurado a Gianni muchos votos futuros, y ni hablar del dinero que incrementará a las arcas de la entidad regidora del futbol mundial, un movimiento político muy inteligente que no se detiene allí.

Por regla, el mandamás de la FIFA puede estar un máximo de tres mandatos presidenciales, y por haber cumplido con su palabra, las federaciones que votaron a favor de esta decisión apoyarán casi de seguro a Gianni para un segundo período en el poder, y hasta para un tercero.

Los cupos a los continentes aún no se han definido, pero sí aseguran que serán 16 grupos de tres equipos cada uno. Esto garantiza por lo menos dos partidos a todas las selecciones, aumentando de esta forma la cantidad de partidos de 64 a 80, pero al mismo tiempo, ningún equipo jugará más de siete juegos en total.

Esta decisión rescribirá la historia de muchas formas: se romperán récords de asistencia, de mercadotecnia y de ingresos. Lo que también cambiará seguramente es que países que antes soñaban con ser los anfitriones, ahora la tendrán más difícil, pues los requerimientos de infraestructuras cambiarán para abarcar a la nueva cantidad extra de equipos.

No será sorpresa ver a dos naciones postularse a dúo para realizar el Mundial. Por lo pronto, Estados Unidos y Canadá, juntas, suenan como favoritas.