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OPINIÓN: Otra caravana de migrantes. El mismo error mexicano

Migrantes centroamericanos -que se dirigen en una caravana a Estados Unidos- son bloqueados por miembros de la Guardia Nacional Mexicana en Ciudad Hidalgo, estado de Chiapas, México, el 23 de enero de 2020.
(ALFREDO ESTRELLA/AFP via Getty Images)
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Hace unos días un nuevo grupo de migrantes centroamericanos organizados en lo que se ha dado por llamar una “caravana”, intentan transitar por México para llegar a Estados Unidos. Si bien es cierto que algunos de ellos se conformarán o resignarán con quedarse y otros regresarán a sus países de origen, la intención de la abrumadora mayoría es cruzar a EE.UU. México como lo ha hecho recientemente, los detendrá a como dé lugar.

Estas acciones se corresponden con la obsesión del actual gobierno de conceder a Donald Trump todo lo que pida en este tema, y en otros. Desde que las “caravanas” iniciaron en el otoño de 2018, hemos insistido que la actitud mexicana es un error y está llena de contradicciones. Las consecuencias serán de largo plazo y tendrán un alto costo para los mexicanos y los centroamericanos.

Para transitar por México, los migrantes centroamericanos se organizan en grupos desde hace muchos años. Es una forma más segura de viajar y de enfrentar las constantes y ampliamente documentadas agresiones y abusos de bandas del crimen organizado, de los agentes migratorios mexicanos, de las policías locales y en síntesis de cualquier persona o grupo que se sienta con alguna autoridad en el territorio de paso de estos migrantes. Se ha documentado que hasta los bomberos los extorsionaban.

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Con la llegada del nuevo gobierno en México y pensando, que su arribo resolvería todo de golpe, como si poseyeran una varita mágica, se dedicaron a declarar que todos lo migrantes que vinieran a México eran bienvenidos y que les darían visa y permiso para transitar por México, primer error. Además se atacarían las causas de esta migración, creando oportunidades en sus países y la gente ya no tendría necesidad de salir de sus lugares de origen.

Cualquier persona con una mínima experiencia o conocimiento en el tema migratorio, muy diferentes a los neófitos que AMLO nombró como responsables de estos temas, sabe que el primer mensaje sería un llamado a los migrantes a salir de sus países, ya que muchos de ellos no lo hacían por miedo a las autoridades mexicanas que ahora serían controladas y el segundo mensaje tomaría generaciones para incidir en el tema migratorio.

Cientos de migrantes llegaron a México el jueves, vadeando a través de un río en la frontera con Guatemala, donde las tropas mexicanas habían utilizado gas lacrimógeno a principios de la semana para mantenerlos alejados, según informaron los periodistas de la AFP en el lugar de los hechos.
(ALFREDO ESTRELLA/AFP via Getty Images)

De pasada y eso se convirtió en el principal problema, el discurso mexicano le daba a Donald Trump la oportunidad de presentar el tema como una invasión a su territorio y soberanía y a acusar a México de no hacer lo suficiente para detener estos flujos que “amenazaban” a su país y que en represalia tomaría medidas. ¿De verdad a nadie en el entorno de AMLO y porristas que lo acompañan se le ocurrió este escenario?

El gobierno de AMLO se espantó, y se comprometió a detener a como diera lugar a los migrantes, despidieron a los ignorantes que manejaban el tema y en su lugar pusieron a un perfil policiaco capaz de cumplir con los nuevos compromisos. Todo ello a cambio de nada, más allá de no imponer unas eventuales y poco probables sanciones a México. Segundo error, no se negocia con Estados Unidos ni con ningún otro país y menos con Trump para que algo “no pase”, por la simple y muy sencilla razón de que es imposible ganar algo y a lo más que se aspira es a dar mucho a cambio de que las cosas permanezcan como están.

Lo que México está haciendo debería avergonzarnos a todos los mexicanos. No estamos resolviendo de manera alguna el tema. Se cedieron principios básicos como el de soberanía al permitir que en nuestro territorio se haga lo que otro país dice. Los migrantes tienen como opciones regresar a las condiciones de violencia de las que tratan de huir, permanecer en México temporalmente en condiciones infrahumanas o echarse en brazos de las organizaciones criminales para poder llegar a Estados Unidos.

El discurso de combatir las causas, es eso, un buen discurso. México no tiene los medios para combatirlas en su propio país, menos aún en otros, y si las tuviera, los cambios en el fenómeno migratorio se verían en generaciones. No serían inmediatos. A eso hay que agregar que se desvían recursos de los contribuyentes mexicanos, se usa la tercera parte de la capacidad de la Guardia Nacional que debería estar combatiendo la inseguridad y no deteniendo migrantes, que no son delincuentes. Los planes de desarrollo de la región son sólo planes que no tienen ninguna posibilidad de convertirse en realidad, por más apoyo que tengan de organismos internacionales y de otros países.

¿No había de otra? Por supuesto que sí. Mínimamente que Estados Unidos pagara lo que México está haciendo con nuestros recursos, que financiara esas oportunidades en los países de origen de las que tanto se habla, que garantizara los empleos para aquellos migrantes que se quedan en México. Total que México se metió en un problema que esencialmente es de EE.UU y de los países de salida, no mejoramos nuestra relación con Estados Unidos, no obtuvimos nada a cambio de ceder en todo y perjudicamos a los migrantes. No podría ser peor. Y las caravanas continuarán.

El doctor Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

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