Opinión: ¿Corrupción, ‘escorts’ y ‘dinero sucio’ en el Ayuntamiento de Los Ángeles? No lo digas…

Para cualquiera que haya seguido la investigación de corrupción en el Ayuntamiento de Los Ángeles, incluida la ola de redadas del FBI en los últimos meses, eche un vistazo a sus cartas de bingo para ver si tiene al ex concejal Mitch Englander.

El exconcejal de North San Fernando Valley es el primer político, y hasta ahora el único, en enfrentar cargos en la amplia investigación de corrupción.

Englander fue arrestado el lunes bajo la acusación de que obstruyó una investigación. La indagación fue sobre si había aceptado dinero en efectivo, servicios de acompañantes femeninas, habitaciones de hotel y comidas caras de un hombre de negocios durante los viajes a Las Vegas y Palm Springs. Englander supuestamente mintió al FBI sobre su comportamiento, según la oficina del fiscal de Estados Unidos.

Durante meses, hemos estado esperando que algo salga de la larga investigación federal que se efectuó sobre el Ayuntamiento. Comenzó en noviembre de 2018 cuando agentes del FBI allanaron las oficinas y el hogar del concejal José Huizar, quien era presidente del comité del concejo que toma decisiones clave sobre algunas de las políticas inmobiliarias y proyectos de desarrollo más importantes.

Luego, los periodistas desenterraron una orden de allanamiento que sugería que la incursión de Huizar era sólo la punta del iceberg, y que los federales estaban llevando a cabo una investigación más amplia sobre una serie de posibles delitos, incluidos el lavado de dinero, el soborno y la extorsión. La orden era sobre los influyentes hombres de poder del Ayuntamiento, nombrando a Huizar, el concejal Curren Price, un asistente del concejal Herb Wesson, uno de los nombrados por el alcalde Eric Garcetti, y su exvicealcalde para el desarrollo económico.

Luego, el FBI regresó unos meses más adelante, en julio de 2019, esta vez allanando el Departamento de Agua y Energía y las oficinas del fiscal de la ciudad, Mike Feuer. Esta investigación parecía estar dirigida a contratos cuestionables y al acuerdo de la ciudad sobre una demanda colectiva presentada después de la activación del desastroso sistema de facturación al cliente en 2013.

Y ahora viene la acusación sobre Englander, que fue una sorpresa porque no fue mencionado en las acusaciones anteriores. Pero podría explicar por qué Englander renunció abruptamente al Concejo de la Ciudad a fines de 2018, dos años antes del final de su mandato, aparentemente para convertirse en cabildero de una empresa bien conectada de deportes y entretenimiento. En ese momento, Englander ya sabía que el FBI estaba investigando su comportamiento, según la acusación.

Los cargos presentados el lunes provienen de un viaje de junio de 2017 a un resort y casino de Las Vegas. Englander fue con un empresario anónimo, junto con un asistente del concejo, un empleado de la ciudad, un cabildero y un desarrollador de bienes raíces, según la acusación. (Uno de esos ayudantes fue John Lee, un miembro del personal de Englander que posteriormente fue elegido para el propio concejo).

El empresario supuestamente les proporcionó las habitaciones de hotel e invitó al grupo a cenar y tomar bebidas, incluidos aproximadamente $24.000 en alcohol en un club nocturno, encontraron los investigadores. El empresario también le dijo a Englander que estaba pidiendo escorts femeninas para el grupo, y le pagó a las mujeres de $300 a $400 en efectivo por sus servicios, según la acusación.

Y, mientras estaba en el resort, Englander tomó un sobre que contenía $10.000 en efectivo del empresario en un baño, se agrega en la acusación.

No hace falta decir que Englander no informó ninguno de estos obsequios en sus formularios anuales de divulgación financiera.

El FBI contactó a Englander a los pocos meses de su viaje. Sin que el concejal lo supiera, su empresario benefactor había comenzado a cooperar con el FBI y aparentemente proporcionó evidencia de cómo Englander supuestamente mintió e intentó ocultar ese incidente.

Englander enfrenta siete cargos: tres de manipulación de testigos, tres por presuntamente hacer declaraciones falsas y un solo cargo de intriga para falsificar los hechos. Podría enfrentar un máximo de 50 años en una prisión federal.

¿Es Englander el primero en caer en una investigación de corrupción más grande? ¿La acusación afectará a Lee, que se encontraba con Englander en Las Vegas pero dijo que no estaba al tanto de las actividades ilegales y que ha cooperado plenamente con el FBI? Es imposible decirlo. Pero la acusación de Englander sólo se suma a la visión de largo tiempo de que el Ayuntamiento de Los Ángeles está contaminado por relaciones acogedoras y políticas de ‘pago por participar’.

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