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OPINIÓN: Las confusas señales de AMLO a Biden

Andrés Manuel López Obrador (i), presidente de México y Joe Biden, mandatario electo de EE.UU.
(Archivo.)
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En torno al proceso y resultado electoral en Estados Unidos del que surgió como ganador Joe Biden, recientemente, ha habido una serie de declaraciones del presidente mexicano, aparentemente contrarias al ganador, que merecen detenernos un poco porque pueden ser fundamentales para el futuro de la relación entre México y EE.UU.

La primera de ellas es no haber reconocido el triunfo de Biden de manera casi inmediata -como sí lo ha hecho en otras elecciones-, incluso después de que países como Francia, Alemania o Inglaterra ya lo habían reconocido. AMLO se escudó en el principio de no intervención que nadie creyó porque lo aplica selectivamente. Tardó mas de 40 días en reconocer el triunfo, no menciona en absoluto a Kamala Harris como si no supiera o no reconociera que en Estados Unidos se gana en “fórmulas” -particularmente en esta ocasión-, y entre la elección y la carta de reconocimiento tuvo dos o tres declaraciones reconociendo la “ayuda y respeto” de Donald Trump, el candidato perdedor. ¿Para qué? ¿por qué?

El reconocimiento se dio por la vía de una carta, procedimiento mucho más formal que el seguido por otros líderes de países democráticos, y el contenido, en cinco párrafos es por lo menos extraño. Le reitera su ideal de combatir la corrupción, le expresa, en dos ocasiones el deseo de que la relación no sea intervencionista y respete la soberanía y autodeterminación de los pueblos y le reconoce sus declaraciones en torno a la migración, principalmente a la centroamericana.

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¿Y los mexicanos en Estados Unidos, la frontera común, el cambio climático y la gestión de recursos naturales, el comercio, la seguridad, la cooperación educativa y muchos otros temas no merecen por lo menos ser mencionados? ¿se envía una carta para decir lo que se quiere hacer en México como un gobierno soberano? ¿Es necesario? Lo dicho en la carta contrasta significativamente, por ejemplo, con lo expresado en Twitter por Emmanuel Macron, presidente de Francia, más de un mes antes que AMLO, en el que menciona temas comunes y llama a trabajar conjuntamente.

Un día antes de la felicitación por carta, en un encuentro académico la embajadora de México en Estados Unidos declara a pregunta explícita, argumentando cuestiones casi personales y de trayectoria profesional, que en los próximos meses se retiraría y dejaría la embajada. Reconoció además que había recomendado al presidente mexicano felicitar a Joe Biden por su triunfo.

Al día siguiente el canciller Marcelo Ebrard declaró que era muy prematuro pensar en un sucesor y ni siquiera en un perfil y al subsecuente día por la mañana AMLO anuncia, sin haber pedido el beneplácito o por lo menos consultado a nadie en EE.UU, y aparentemente tampoco a su canciller, quién sería el nuevo embajador. Dice además que el cambio se da en el marco del nuevo presidente en Estados Unidos, descalificando de paso lo dicho por la embajadora. ¿El representante de un país en otro depende de quien gobierne ese otro país?

A los pocos días, en Sonora, el presidente mexicano, obviamente molesto, respondió a una reportera que la participación mexicana en el programa de la administración de Donald Trump conocido como “Quédate en México” había sido una decisión mexicana y no un acuerdo y mucho menos un sometimiento. El presidente mexicano sabe que eso no es cierto. Existe un acuerdo firmado entre los dos gobiernos que se concedió para evitar la imposición de aranceles, nunca fue una decisión mexicana. Insistió además en que México no es “títere” de otro gobierno. ¿Para quién es el mensaje? ¿Por qué en estos momentos?

Por si estas “señales” de actitud defensiva, por decir lo menos, no fueran suficientes, a propuesta de AMLO y para felicidad de las organizaciones criminales, el congreso mexicano acaba de aprobar una ley para regular y limitar la presencia de agentes extranjeros en México, tema central e importante para Estados Unidos. ¿La llegada de un nuevo presidente en EE.UU, es el mejor momento para presentar y aprobar estas leyes?

Finalmente, hace unos días, por fin sostuvieron una llamada telefónica en la que volvió a aparecer como prioritario, según lo informado por la oficina de Joe Biden, la migración centroamericana y los cambios al programa Quédate en México acordado con el gobierno de Donald Trump. ¿Y la comunidad mexicana en Estados Unidos?

Más allá de todos estos “mensajes”, es una lástima que la atención a los 36 millones de mexicanos en Estados Unidos, 11 de esos millones nacidos en México y de los que cada mes AMLO festeja el envío de remesas, no sean prioritarios. Con un presidente como Joe Biden y una Vicepresidenta como Kamala Harris, se podría lograr mucho en este tema.

Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

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