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La creencia de los republicanos en la ‘Gran mentira’ de Trump se mantiene, mientras cae la confianza en las elecciones estadounidenses

Hombres con camisetas en las que se lee "Trump ganó" en el lugar de un mitin
Michael Green muestra su apoyo al expresidente, en septiembre, antes del mitin en Perry, Georgia.
(Ben Gray / Associated Press)
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Poco más de una cuarta parte de los republicanos aceptan al presidente Biden como el ganador de las elecciones de 2020, según una nueva encuesta que subraya la inestabilidad de la democracia estadounidense y la creciente división partidista sobre la legitimidad de los comicios.

“Esperábamos ver una creciente aceptación de la victoria de Biden con el tiempo, a medida que la gente se alejara del movimiento ‘Stop the Steal’, después del 6 de enero. En cambio, notamos que los números se mantuvieron igual”, señaló Brendan Nyhan, referente de ciencias políticas de Dartmouth y uno de los fundadores de Bright Line Watch, una organización que monitorea la salud de la democracia estadounidense.

La pérdida de confianza en los resultados de las elecciones parece haber sido impulsada por la “Gran mentira” del ex presidente Trump: sus continuas afirmaciones de fraude electoral en estados clave, a pesar de que tales acusaciones fueron desacreditadas repetidamente en numerosas demandas y auditorías. Las consecuencias de ello fueron especialmente evidentes el 6 de enero pasado, cuando miles de partidarios de Trump irrumpieron violentamente en el Capitolio de Estados Unidos en un descarado intento de detener la certificación por parte de los legisladores de la victoria de Biden.

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Desde entonces, muchos funcionarios republicanos y algunas de las voces más importantes de los medios conservadores se han aferrado a la idea de que a Trump le robaron los comicios.

La encuesta de noviembre de Bright Line Watch, dada a conocer el jueves por la mañana, muestra que solo el 27% de los republicanos aceptan a Biden como el ganador legítimo, la misma cifra exacta de la encuesta del grupo de febrero, en comparación con el 94% de los demócratas que lo hacen.

La encuesta también muestra que las votaciones de 2020 y sus consecuencias endurecieron las actitudes partidistas sobre las elecciones futuras, algo que ha dejado a los republicanos menos seguros de que sus votos se contarán con precisión en 2022.

Incluso en medio de la retórica constante de Trump durante la campaña de 2020 sobre un resultado potencialmente manipulado, demócratas y republicanos tenían aproximadamente la misma confianza en octubre de 2020 en que las elecciones se decidirían con justicia, y el 59% de los demócratas y el 58% de los republicanos creían que así sería.

Pero la nueva encuesta revela que se abrió una brecha partidista en respuesta a esa pregunta. Ahora, el 80% de los demócratas cree que los comicios de mitad de mandato del próximo año serán justos, y solo el 42% de los republicanos opinan lo mismo.

“Ese es un hecho realmente aterrador para nuestra democracia en este momento; que tantos votantes republicanos no tengan confianza en las elecciones”, señaló Susan Stokes, otra fundadora de Bright Line Watch y politóloga de la Universidad de Chicago.

President Biden convenes leaders from over 100 countries to fortify democratic ideals and ambitions, even amid anti-democratic movements in the U.S.

Dic. 9, 2021

Como Trump y tantos republicanos han sembrado la desconfianza en los resultados de las elecciones del año pasado, usaron su campaña de desinformación para justificar nuevas leyes en varios estados controlados por su partido en pos de restringir el acceso a las boletas y, en algunos casos, permitir que los legisladores partidistas anulen a los funcionarios electorales en la determinación de los resultados.

Eso podría llevar a un escenario en el que los votantes demócratas, incluso aquellos que entienden que su partido se enfrentará a fuertes vientos políticos en contra el próximo año, pierdan la confianza en la legitimidad de los resultados electorales de 2022.

“Este es un momento asimétrico. Los republicanos están liderando el ataque a nuestra democracia”, remarcó Nyhan. “Al mismo tiempo, se puede imaginar un mundo en el que las elecciones se decidan con prácticas de administración electoral genuinamente dudosas, y los demócratas desconfiarían bastante de tales elecciones después, y con razón. Se prevé una situación en la que ninguna de las partes confía en los resultados”, continuó. “El potencial de una espiral de ilegitimidad es real y eso no es sostenible para nuestra democracia a largo plazo”.

A nivel federal, los demócratas no han podido ponerse de acuerdo sobre una respuesta legislativa que proteja los derechos de voto, en gran parte porque cuentan con la más exigua de las mayorías en el Senado. Dos centristas en el caucus, los senadores Joe Manchin III (D-Virginia Occidental) y Kyrsten Sinema (D-Arizona), se oponen a cambiar las reglas de la cámara para permitir que los demócratas aprueben una ley de derecho al voto con solo 50 sufragios. También siguen pidiendo un acuerdo bipartidista a pesar de que pocos republicanos han estado dispuestos a comprometerse en lo que se ha convertido en un campo de batalla político de suma cero.

The Texas Legislature has signed off on a sweeping GOP rewrite of election laws after months of protests by Democrats.

Ago. 31, 2021

La consulta de noviembre, que interrogó a 2.750 personas, también encontró que los partidarios tienden a sobreestimar las inclinaciones antidemocráticas del otro lado, como un reflejo de la naturaleza cada vez más partidista de las noticias por cable y la proliferación de mensajes y memes de orientación política incendiarios en las plataformas de redes sociales.

En comparación con las encuestas anteriores de Bright Line Watch, menos encuestados expresaron su apoyo a la violencia política. Solo el 9% toleraba las amenazas, el 8% estaba de acuerdo con el acoso verbal y únicamente el 4% reconoció aceptar el tipo de violencia colectiva que ocurrió el 6 de enero.

Pero preocuparse por esos números puede no reflejar cuántos partidarios podrían estar motivados a apoyar las acciones extremas a las que dicen oponerse, con la justificación de que necesitan superar el supuesto extremismo del lado opuesto.

“Son todavía millones de estadounidenses que toleran la violencia, y eso crea un entorno muy explosivo; es bastante peligroso”, consideró Stokes. “Lo que la gente se dice a sí misma es: ‘Lo que sea que esté haciendo mi lado, vale la pena, porque el otro lado es terrible’.

“No es difícil imaginar que mucha gente consentiría el robo real de las próximas elecciones porque han llegado a creer que la otra parte también robó. Incluso si no lo hacen, es tan importante mantener al otro lado afuera, que no les importa cómo ocurra eso”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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