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Bannon se disculpa ante Trump, y la Casa Blanca presiona contra el libro ‘Fire and Fury’ y defiende al mandatario

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Con el presidente Trump vitoreando desde las márgenes, la Casa Blanca impulsó este domingo la defensa de la aptitud del primer mandatario para gobernar, mientras el exasesor Stephen K. Bannon dio marcha atrás y se disculpó por su papel en el explosivo retrato de Trump efectuado en un nuevo libro.

Los críticos del presidente, mientras tanto, afirmaron que el torrente de burlas e insultos del mandatario en respuesta a “Fire and Fury: Inside the Trump White House” (Fuego y Furia: en el interior de la Casa Blanca de Trump), publicado la semana pasada, sirvió sólo para subrayar el inquietante retrato del autor, que describe a un líder cuyos propios ayudantes consideran infantil, ignorante y peligrosamente errático.

La defensa más vehemente hacia Trump provino este domingo de su asesor principal, Stephen Miller, un antiguo acólito de Bannon que se distanció de su antiguo mentor. En una aparición combativa en el “State of the Union”, de CNN, Miller consideró el libro como “grotesco”, y al escritor Michael Wolff como “el pésimo autor de un libro basura”.

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En su aparición en CNN, Miller afirmó que Bannon, una de las principales fuentes de Wolff, está “enojado y es vengativo”. Según el autor, el exasesor presidencial usó el calificativo “traidor” al hablar de una reunión en Trump Tower, realizada el año pasado con figuras vinculadas al Kremlin, de la cual Donald Trump Jr. participó.

El volumen cita una predicción de Bannon acerca del joven Trump, quien supuestamente “se resquebrajaría ... como un huevo” frente a la investigación sobre Rusia llevada a cabo por el consejero especial Robert S. Mueller III.

El domingo, sin embargo, Bannon, quien ha enfrentado ataques fulminantes por parte del mandatario desde que los contenidos de esta obra se dieron a conocer, trató de enmendarse y alabó al hijo mayor de Trump, considerándolo como “un patriota y un buen hombre”. “Ha sido implacable en la defensa de su padre y en la agenda que ha ayudado a cambiar a nuestro país”, afirmó Bannon en un comunicado que marcó un sorprendente cambio de actitud.

Además de Miller, otros altos funcionarios del gobierno hicieron rondas por los programas de noticias del domingo para condenar las afirmaciones del libro. El director de la CIA, Mike Pompeo, indicó que la caracterización de Wolff de Trump como reacio a digerir material de información clasificada era “ridícula”, y la embajadora ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, insistió en que quienes están alrededor de Trump “aman a su país y respetan a su presidente”.

Se sabe que Trump supervisa de cerca las presentaciones en TV de sus asistentes, e intervino alegremente por Twitter en momentos del choque de Miller con el presentador de “State of the Union”, Jake Tapper. CNN ha sido durante mucho tiempo un objetivo particular de la ira del presidente. “Jake Tapper de Fake News acaba de ser destruido en su entrevista con Stephen Miller”, tuiteó el presidente. “¡Miren el odio y la injusticia de este lacayo de CNN!”.

La reacción de Trump, sin embargo, pareció reforzar la exposición al aire de Tapper, respecto de que Miller usó su participación en el programa para apoyar al presidente en lugar de responder las preguntas. “Lo entiendo, hay un espectador especial que [a usted] le importa”, afirmó el anfitrión exasperado, después de que Miller cambiara la discusión repetidamente a la cobertura de noticias negativas del presidente y desviara las consultas específicas.

Entrevistado en el programa “Meet the Press”, de NBC, Wolff reconoció algunos errores menores en el libro, pero dijo que estaba totalmente de acuerdo con su estilo general, incluida su interpretación de Trump como alguien desinformado e inestable, según la opinión de sus asistentes. “Esto es alarmante en todos los sentidos”, advirtió.

Antes de la abrupta finalización de la entrevista de CNN, Miller defendió enérgicamente la perspicacia política de Trump, refiriéndose indirectamente a la descripción que el presidente hizo de sí mismo el sábado como un ‘genio’ -y “un genio muy estable”-.

“Vi a un hombre que es un genio a nivel político”, afirmó Miller sobre el candidato al cual observó durante muchos meses, y agregó que Trump había “aprovechado algo mágico que está sucediendo en los corazones de este país”.

Haley, en “This Week” de ABC, aseguró que no había escuchado a nadie en el círculo de Trump cuestionar su estabilidad. En cambio, atribuyó al presidente el haber respondido de manera adecuada contra las amenazas del líder de Corea del Norte, Kim Jong Un.

Después de que Kim afirmara en un mensaje de Año Nuevo que tenía un botón nuclear listo, Trump replicó: “yo también tengo un botón nuclear, mucho más grande y más poderoso que el suyo. ¡Y mi botón funciona!”.

Mientras que algunos de los críticos del presidente se mostraron incrédulos por el tono informal del intercambio, Haley lo defendió. “Queremos recordarles siempre: ‘Podemos destruirlos también, así que tengan mucho cuidado con sus palabras y con lo que hacen’”, manifestó, y agregó que el elemento de impredecibilidad percibido por parte del presidente “no es algo malo; realmente no lo es”.

Sin embargo, uno de los críticos más consistentes del primer mandatario, el representante Adam B. Schiff (D-Burbank), consideró que la tesis general del libro de Wolff refleja las preocupaciones de muchos en el Congreso, independientemente de que los legisladores estén dispuestos a ventilarlas públicamente. “No creo que haya nadie en las Cámaras, francamente, de ninguna de las partes, que no esté de acuerdo, al menos en privado, con esas observaciones e inquietudes” sobre la adecuación de Trump para el cargo, aseveró Schiff en “State of the Union”.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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