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La brecha de género en los campos STEM podría deberse a las mayores habilidades para la lectura en las niñas

Girl reading a book
¿Por qué los hombres aún dominan las carreras de STEM? No es que los niños sean mejores que las niñas en matemáticas, según un nuevo estudio. Es que las chicas tienden a ser aún mejores en lectura.
(Getty Images)
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¿Por qué no hay más niñas en las carreras para convertirse en científicas e ingenieras? No es que sean malas en matemáticas, argumenta un nuevo estudio. Es que son aún mejores en lectura.

Esta ventaja comparativa en la lectura es la razón principal por la cual los hombres superan en número a las mujeres en los campos técnicos, según un informe publicado este mes en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias.

Los autores del estudio, los economistas Thomas Breda de la Escuela de Economía de París y Clotilde Napp del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, llegaron a esta conclusión al analizar los datos de encuestas de 300.000 estudiantes de preparatoria en 64 países de todo el mundo.

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“Tratamos de entender las razones por las que observamos tanta segregación entre niñas y niños en términos de campos de estudio”, dijo Breda.

Descubrieron que entre los estudiantes que eran mejores en matemáticas que en lectura, 68% eran niños y 32% eran niñas. Por otro lado, entre los que eran más destacados en lectura que en matemáticas, el 68% eran niñas y el 32% eran niños.

Esta brecha de género podría explicar por qué los niños son más propensos que las niñas a tomar el tipo de clases que conducen a carreras en los llamados campos STEM: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, informaron los investigadores.

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Investigaciones anteriores se han centrado en la discriminación de género de las mujeres en los campos científicos y cómo las normas sociales influyen en las aspiraciones profesionales de las niñas. El nuevo estudio es diferente porque se centra en las fortalezas de estudiantes individuales de todo el mundo.

“Las personas tienen muchas áreas diferentes que les pueden gustar y en las que podrían ser buenos”, dijo la socióloga Catherine Riegle-Crum de la Universidad de Texas en Austin, quien no participó en el estudio.

“Cuando se toma una decisión [de carrera], se trata de sopesar todos esos factores”, dijo. “Muchas investigaciones anteriores no lo han reconocido o, en algunos casos, no han tenido los datos para poder descifrar esas razones”.

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Breda y Napp pudieron encontrar ese tipo de datos en una encuesta llamada Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes, o PISA.

Administrado cada tres años a jóvenes de 15 años en países desde Argentina hasta Vietnam, PISA los analiza antes de que tengan que decidir en qué temas quieren enfocarse.

La encuesta PISA administrada en 2012 fue de particular interés para los economistas. Además de evaluar las habilidades de matemáticas, lectura y ciencias de los estudiantes, les preguntó sobre su intención de tomar cursos avanzados en cada una de esas materias en el futuro. También les cuestionó cómo se sentían acerca de sus habilidades matemáticas.

Los investigadores descubrieron que, en general, los niños tenían una mayor atracción por las clases de matemáticas que las niñas. Por ejemplo, la proporción de varones que dijeron que querían tomar más cursos de matemáticas en lugar de lectura fue casi 8 puntos porcentuales más alta que para las féminas. Además, la escala de niños que dijeron que tenían la intención de “estudiar más” en matemáticas que en lectura fue casi 6 puntos porcentuales más alta que en las niñas.

En sólo unos pocos países, incluidos Turquía y Malasia, la proporción de niñas interesadas en estudiar matemáticas era mayor que la de los niños.

Pero en la mayoría de los otros países, los niños tenían ventaja sobre las niñas, y la brecha de género era mucho mayor. El ejemplo más extremo fue Suiza, donde el 68% de los niños y el 47% de las niñas dijeron que estaban dispuestos a tomar clases de matemáticas adicionales, dijo Napp.

Los investigadores se preguntaron si esta diferencia podría estar relacionada con la capacidad matemática de los estudiantes. En otras palabras, ¿son los niños simplemente mejores en matemáticas que las niñas?

Más o menos. Tanto en las pruebas de matemáticas como de lectura, el puntaje promedio para todos los estudiantes fue ligeramente inferior a 500. Pero en el examen de matemáticas, la calificación promedio para los niños fue aproximadamente 10 puntos más alto que para las niñas.

Mientras tanto, en la prueba de lectura, el puntaje promedio para las niñas fue aproximadamente 30 puntos más alto que para los niños, dijeron los investigadores.

Pero en ambos casos, estas diferencias representaron menos del 10% de la brecha de género en interés matemático.

Luego, los investigadores decidieron comparar las habilidades matemáticas de cada estudiante con sus aptitudes de lectura. Aquí, la diferencia de género fue más marcada. Al examinar los 64 países, vieron que el 59% de los niños eran mejores en matemáticas que en lectura, y que el 74% de las niñas destacaban más en lectura que en matemáticas, dijo Breda.

Esta diferencia podría explicar el 78% de la brecha de género en la intención de los estudiantes de tomar más clases de matemáticas en el futuro, encontró el economista.

Los resultados refutan claramente la idea de que las niñas no tienen lo necesario para tener éxito en carreras técnicas, dijo Riegle-Crumb.

“No es que no puedan hacer matemáticas”, dijo. “Es que sus habilidades e intereses en otros campos son aún mayores que en esa materia”.

Esa idea “es bastante impresionante”, dijo Andrei Cimpian, psicólogo del desarrollo en la Universidad de Nueva York, quien no participó en el estudio. “Cuanto más te percibas a ti mismo como bueno en “X” en relación con “Y”, es más probable que persigas “X”.

Los economistas también se preguntaron cuántos de los estudiantes que dijeron que tenían la intención de estudiar matemáticas en realidad lo hicieron.

Entonces, interrogaron a unos 12.000 jóvenes de 15 años de París que tomaron la encuesta PISA en 2015. Resultó que aproximadamente el 78% de los estudiantes que dijeron que tenían la intención de seguir cursos avanzados de matemáticas se inscribieron en ellos al año siguiente.

Lo que es más, la fortaleza relativa de cada estudiante en matemáticas versus lectura fue un buen indicador de si pretendían, y finalmente lo hicieron, inscribirse en cursos que enfatizaran las matemáticas.

Lo que los datos no pudieron explicar fue lo que causó que los estudiantes tuvieran diferencias en matemática y capacidad de lectura en primer lugar.

“Estos desequilibrios no se deben a la forma en que los niños y las niñas vienen al mundo, cognitivamente hablando”, dijo Cimpian. “Son consecuencia de cómo los varones y las hembras se adaptan a lo que perciben que valoran los miembros de su género”.

Riegle-Crumb estuvo de acuerdo y dijo que si las niñas son buenas tanto en matemáticas como en lectura, pueden preferir estudiar humanidades porque las carreras en esos campos tienden a ser más hospitalarias para las mujeres.

“¿Por qué elegiría aquel en el que tendré que luchar para encajar y quedar expuesto a todo tipo de prejuicios y estereotipos frente al que me va a dar la bienvenida?”, dijo.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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