¿Qué está dispuesto a usar en su próxima videollamada de Zoom? La moda fetiche está en auge
Para algunos residentes de Los Ángeles, los años 20 han sido los más duros, pero quizá no de la manera que está pensando. No todo el mundo pasó el último año encerrado en casa, comiendo pizzas congeladas o haciendo jarabe de arce u horneando pan o poniéndose al día con las últimas series de Netflix.
Aunque la pandemia puede haber perjudicado a los sectores minoristas, las cifras de ventas de productos de nicho, en particular los juguetes sexuales y la moda fetichista, ayudaron a contar otra historia de la pandemia.
Las ventas del año pasado fueron fuertes, dicen los diseñadores de moda fetichista de Los Ángeles, una categoría que incluye trajes, ropa interior sin entrepierna, bralettes, mordazas y pantalones hechos con materiales como cuero, látex, vinilo, silicona y caucho sintético.
“En comparación con 2019, las ventas crecieron un 466% en 2020”, dice el diseñador Mariano Cortez, del estudio de moda fetichista Busted, con sede en Los Ángeles, que ofrece piezas fetichistas que van desde máscaras y corsés de látex hasta pantalones y vestidos de látex.
La diseñadora Laura Petrielli-Pulice, fundadora del estudio de ropa fetichista Vex de Los Ángeles, dice que también ha visto un aumento en las ventas como consecuencia de la pandemia, con más de 3.093 prendas vendidas en su sitio web. La cifra no incluye sus pedidos personalizados más exclusivos para celebridades que pueden usar prendas de látex para actuaciones o sesiones fotográficas.
“Afortunadamente, ya tenía una tienda en línea aparte de todo el trabajo personalizado y de celebridades que hago”, dice Petrielli-Pulice. “Mis ventas por Internet aumentaron un 145% el año pasado”.
“Durante el último año, nuestras ventas han aumentado”, dice Zana Bayne, una diseñadora que lanzó su marca en 2010 con operaciones en Los Ángeles. “Cada día había gente nueva que descubría la marca a través de Instagram. ... Siempre hemos sido muy fuertes en términos de presencia de comercio electrónico directo al consumidor. Como ya lo teníamos antes de la pandemia, pudimos aprovecharlo”.
La sala de exhibición de Bayne solo para citas, es más un estudio de trabajo que una tienda. “Puedo tener más espacio aquí que en Nueva York y puedo producir al 100% internamente”, dice Bayne, quien cerró su showroom de Nueva York en 2019. “Tenemos toda nuestra propia maquinaria. Así que el proceso de producción no se detuvo durante la pandemia. Tuvimos algunos empleados que pudieron instalarse en casa”.
Este aumento en las ventas sugiere que los residentes de Los Ángeles atrapados en casa el año pasado buscaban vías de expresión y placer y encontraron formas de escapar del aburrimiento o de los temores de la pandemia a través de arneses de cuero, guantes de látex y videos fetichistas de TikTok.
Las horas no planificadas durante la pandemia han ofrecido muchos momentos para abrir una nueva ventana de navegador y explorar ofertas para adultos, desde clubes de striptease que lanzan su propio entretenimiento virtual hasta profesionales, influencers y aficionados que crean contenidos sexuales gratuitos y de pago para OnlyFans, un servicio de suscripción de contenidos con sede en Londres.
Bayne, quien ha colaborado con Marc Jacobs y ha fabricado accesorios que han lucido celebridades como Lady Gaga y Madonna, afirma que el renovado interés por la categoría de moda fetichista, en particular, se debe a la mayor visibilidad en los medios digitales. Además, la atención reciente se ha disparado en parte por los artículos sobre la comunidad fetichista, incluidos los perfiles de conocidas dominatrices, en periódicos y revistas.
¿Pero todo este alboroto por la pandemia hace que el 2021 sea el pico del fetiche entonces?
A pesar del creciente interés, Bayne, que prefiere trabajar con cuero en lugar de látex, no está segura de que la ropa fetichista se haya generalizado por completo. “Siempre hay un flujo y un reflujo”, dice. “Cada año una celebridad usará algo relacionado con el fetiche, y habrá muchas personas que se pregunten si el fetichismo es más común. Creo que la estética fetichista siempre estará arraigada en algo tabú en la corriente principal. Pero durante la pandemia, a medida que todos vivimos a través de Instagram y otros portales en línea, la gente busca expresarse más en casa. Estas piezas de declaración tienen entonces un mayor atractivo”.
For some influencers, the pandemic was time for incorporating social distancing into their content.
Entre los conocedores de la ropa fetichista se encuentran personas que trabajan en las industrias del entretenimiento y de adultos, así como consumidores cotidianos a los que les gusta la estética dominatrix. Los minoristas afirman que no todos los compradores de ropa fetichista pertenecen a las comunidades kink. Algunos consumidores, sobre todo mujeres y miembros de la comunidad LGBTQ, usan estas prendas y accesorios para expresar poder y dominación al tiempo que acentúan sus curvas o sus voluminosos músculos.
Aunque vende a clientes de todo el mundo, Bayne dice que en Los Ángeles se encuentran sus clientes más apasionados. “Lo que hace única a Los Ángeles es el tránsito. Si estás sentado en tu auto, puedes usar una pieza más arriesgada mientras vas del punto A al punto B”, dice. “No corres el riesgo de que te acosen en público. Nunca me había sentido tan libre, en cuanto a lo que llevo puesto, como aquí”.
“Es una forma de vida”
La ropa fetichista ha sido una subcategoría en la industria de la moda desde hace décadas, y del mismo modo que las personas tienen reacciones ante la desnudez o el contacto físico, otros tienen reacciones eróticas similares al ver, tocar o escuchar el movimiento de telas y materiales como el látex, el vinilo y el cuero.
En 1974, Vivienne Westwood demostró que los temas fetichistas, según el libro de la historiadora Valerie Steele “Fetish: Fashion, Sex & Power”, “se asimilaban cada vez más a la moda”. Fue entonces cuando la diseñadora británica, que ahora tiene 80 años, convirtió su tienda en una boutique fetichista y la rebautizó como Sex.
En las décadas transcurridas desde entonces, la ropa fetichista ha aparecido en desfiles de moda de las marcas Christian Dior, Thierry Mugler, Dolce & Gabbana, Givenchy y Versace, y los diseñadores y minoristas han generalizado y diversificado sus colecciones fetichistas y de inspiración fetichista más allá de la ropa de club.
En general, los fetiches sexuales han sido un tema explorado en películas como la serie “Fifty Shades” y en nuevos libros, como la novela de la escritora Jane Boon “Edge Play”, publicada el año pasado.
Para obtener una visión más fresca del tema, no busque más allá de la colección otoño/invierno 2019 del diseñador escocés Christopher Kane, que ofreció una celebración sartorial de fetiches como “Looner” y “Rubberist”, o los recientes looks de inspiración fetichista que han usado Beyoncé, Lady Gaga, Kendall Jenner o Kelly Clarkson.
Uno de los materiales más populares utilizados en la ropa fetiche es el látex, que tiene una textura distintiva y se adhiere y moldea fácilmente el cuerpo. Además, produce un sonido específico que acentúa el movimiento. Algunos aficionados al látex lo encuentran estéticamente agradable, mientras que otros lo ansían o lo requieren para tener una experiencia erótica satisfactoria.
“El látex es completamente diferente de otros materiales porque, para algunas personas, es una forma de vida”, dice Renee Dekker, directora de marketing y negocios de la tienda de moda fetichista Demask, en los Países Bajos. (El minorista europeo, que tenía un establecimiento de ladrillos en Los Ángeles, clausuró su tienda estadounidense debido al cierre. La marca sigue teniendo una tienda en línea y una tienda insignia en Ámsterdam).
“Es realmente una experiencia de compra feliz para las personas, más que otros artículos. Es totalmente diferente a trabajar con una tienda normal”, dice Dekker. “En muchos casos, la gente se siente insegura, pero tiene esta fascinación. Tienen ese fetiche por el que sienten curiosidad pero que aún no han resuelto. Comprar este látex es un gran paso”.
Cortez abrió originalmente su estudio exclusivo para citas en Los Ángeles como una boutique de ropa de calle en 2016, con un estilo muy influenciado por las subculturas underground. En 2018 pasó a centrarse en la ropa fetichista, aunque su marca sigue ofreciendo sudaderas y otras camisetas informales. Cortez dice que a los clientes les gustan los atuendos más atrevidos con una estética lujosa pero descaradamente BDSM.
“Realmente intentamos resaltar la capacidad del uso del látex. No es solo un material fetiche”, dice Cortez. “Es una forma divertida de expresarse en tiempos inciertos”.
Cortez dice que los accesorios, como los guantes y las máscaras de látex, han sido las principales compras de los consumidores.
“Donde estamos en Los Ángeles es genial por la industria del entretenimiento”, dice Cortez. “Hubo un gran auge en 2020 con la industria del entretenimiento usando látex, celebridades como Lady Gaga y las Kardashians. Hacemos muchos trabajos con famosos. Ahora la mayoría de la gente está familiarizada con el látex”.
Desde el año 2000, el estudio de Petrielli-Pulice ofrece una gama de chaquetas, medias, guantes, catsuits completos, pantalones y vestidos. Está de acuerdo con Cortez sobre el látex. “Ahora el látex es tan popular que, sin duda, se ha extendido a muchos géneros diferentes”, dice Petrielli-Pulice. Las selecciones fetichistas de Vex suelen costar entre $90 y $900.
¿Qué artículos han sido populares este último año? Para Petrielli-Pulice, los artículos más vendidos han sido los guantes, los monos, los leggings y las medias, que han sido solicitados por clientes ajenos a la industria del entretenimiento.
Bayne dice que su pañuelo ha sido el artículo más popular porque se puede utilizar para cubrir la cara.
“We need to increase intercultural understanding and communication,” says designer Justina Blakeney. “Art and design can be a bridge.”
Más allá de los desafíos
El último año no ha estado exento de problemas para algunos diseñadores fetichistas. Durante la mayor parte de la pandemia, con las tiendas cerradas o abiertas con capacidad limitada, la mayoría de los minoristas recurrieron a sus tiendas de comercio electrónico, así como a las redes sociales, para promocionar y vender los productos. Esa no era la opción más fácil en la comunidad fetichista.
Petrielli-Pulice afirma que las plataformas de redes sociales, incluida Instagram, han censurado las imágenes en las que aparecen modelos en látex.
Aunque no existe una política oficial contra la moda fetichista, los desnudos y la incitación al sexo están prohibidos en Instagram. Sin embargo, las prendas fetichistas ajustadas a la forma están tan sexualizadas que a menudo se clasifican erróneamente.
“Debido a que el látex es visto como algo inherentemente sexual, muchos de nuestros productos no están aprobados para ser mostrados en nuestra tienda de Instagram”, dice Petrielli-Pulice. “Lo superamos utilizando cosas como Linktree para dirigir el tráfico y las ventas a nuestro sitio web. También hacemos promociones cruzadas en diferentes plataformas de medios sociales para asegurarnos de que nuestro público ve lo que publicamos”.
Según Liza Crenshaw, del equipo de comunicaciones de Instagram, la plataforma de medios sociales no tiene una política contra las imágenes de prendas de látex o de moda fetichista, suponiendo que esas imágenes no involucren desnudez.
“Puede haber algunos casos en los que limitemos la forma en que recomendamos” el contenido de moda de látex, dice Crenshaw. “Queremos que nuestra plataforma sea un lugar en el que personas de hasta 13 años se sientan seguras”.
Las publicaciones en las redes sociales, sin embargo, no fueron el único obstáculo para los diseñadores fetiches durante la pandemia. Petrielli-Pulice y Cortez dicen que los retrasos en los envíos también lo fueron.
The Netflix show “Firefly Lane” sparked me to reconsider my friendships as the pandemic world reopens.
Los diseñadores afirman que los retrasos en los envíos durante el año pasado fueron una gran pesadilla, ya que las interrupciones refiguraron las cadenas de suministro y los flujos de distribución de los minoristas de moda. Ambas tienen pequeños equipos en Los Ángeles que trabajan entre bastidores en las prendas y los artículos fetichistas y en las ventas, y se han adaptado a los contratiempos y retrasos de la pandemia.
“Todo nuestro látex proviene de Reino Unido. Durante medio año, no pudimos conseguir otro envío”, dice Cortez. “Por suerte, un fabricante de Los Ángeles, Stockroom, nos permitió comprarle látex. Pasamos de enviar un promedio de 30 paquetes al mes a 200 paquetes al mes. Tardamos unos seis meses en tenerlo bajo control”.
Pensando en la pandemia y en el repunte del negocio, Cortez dice: “La gente está pensando más en el látex este año porque no hay mucho más que hacer. El día de San Valentín fue diferente este año”.
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