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RESEÑA: La Tacoma TRD-Pro, es un auto extraordinario

La Tacoma TRD Pro puede subir o bajar empinadas cuestas por si sola
La Tacoma TRD Pro puede subir o bajar empinadas cuestas por sí sola, sin tener que tocar los pedales de freno o acelerador.
(Ricardo Rodríguez-Long)
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El salir a recorrer caminos de antaño es un hobby que muchos disfrutan con su vehículo. California posee un enorme laberinto de senderos que atraviesan el estado de un lado a otro. Algunos están señalizados y otros, con el pasar de los años, son solo huellas en el paisaje.

En 1890 se inició la construcción del pueblo Oro Grande casi a las orillas del río Mojave y su nombre fue derivado de la mina de oro con el mismo apelativo.

En los alrededores también se extrajo cemento, mármol, plata y caliza. Ubicado a 3.000 pies de altura y en plena planicie del desierto de Mojave su clima no es nada hospitalario. La lluvia no se da todos los años y en verano la temperatura llega a los 110 grados con vientos de hasta 50 millas por hora.

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Las minas y obras aledañas poco a poco dejaron de producir y hoy solo quedan algunas ruinas en un paisaje desolado. Pero la geografía y geología del área son muy interesantes. En solo una milla uno puede pasar de un área con rocas de más de 2 millones de antigüedad a espacios de arena gruesa impenetrables.

La flora también es mínima pero interesante ya que deben sobrevivir en un ambiente durísimo y casi sin ninguna humedad en el aire. Esporádicamente crecen yucas, cactus y hierbas malas en la milenaria tierra seca.

Con más de cien especies de lagartijas, tarántulas, escorpiones y víboras, no se puede decir que uno está solo allí, pero lo mejor es no toparse con ninguno de ellos.

Estos caminos realmente ponen a prueba los sistemas 4x4. Y partiendo de Oro Grande tomé el sendero número 6533 que atraviesa varias minas y cerros totalmente olvidados hoy.

Después de cruzar varios cerros uno se encuentra con la carretera 15 casi llegando a Barstow. El trayecto es de solo unas 30 millas, pero el promedio de velocidad para atravesarlo es de 10 millas por hora.

Para este tipo de excursión Toyota ofrece una Tacoma especial reconocida como la TRD Pro que incorpora varios componentes para mejorar su funcionamiento fuera del pavimento. El sistema multi-terrenos llamado 4WDemand actúa automáticamente con solo apretar un botón.

La TRD Pro está equipada con un diferencial bloqueante controlado electrónicamente. Una perilla nos deja seleccionar entre tracción trasera, 4x4, y la opción de 4x4Low que hace ‘gatear’ a la camioneta a 5 millas por hora. La Tacoma TRD Pro puede subir o bajar empinadas cuestas por sí sola, sin tener que tocar los pedales de freno o acelerador.

Cuesta un poco el confiar al carro y su tecnología, pero la realidad es que maneja mejor que el 90% de los que se atreven a tomar estos caminos. La suspensión está desarrollada para afrontar lo peor. Ya viene con amortiguadores especiales FOX que poseen tanques para una mayor cantidad de aceite y enfriarlos cuando trabajan mucho.

Habitualmente la fricción generada al subir y bajar la rueda no solo genera un prematuro desgaste, sino que eleva la temperatura y el amortiguador pierde eficacia.

Las ruedas también son especiales. Tienen una pulgada más de ancho para poder calzar neumáticos especiales que dan mayor tracción en las rocas. El motor es el confiable V6 de 3.5 litros con inyección directa y ciclo Atkinson. Uno de los mejores motores de la marca nipona. La transmisión automática de seis velocidades aprovecha al máximo el motor.

Las noches en este lugar son espectaculares. Las estrellas parecen duplicarse por cada hora que pasa. Solo el aullido de los coyotes interrumpe el silencio. Les recomiendo los dos extremos de oscuridad. Una luna llena ilumina el terreno donde la blancura de la arena refleja la luz y las sombras son tan fuertes como al mediodía. Pero las noches sin luna permiten ver las estrellas, las nebulosas y los satélites que transitan en el espacio.

La camioneta Toyota Tacoma está reconocida como una opción confiable y todas sus variantes ofrecen integración de tecnología. Pero la versión TRD Pro es algo especial que cuesta $48.000, lo que es casi veinte mil más que la camioneta base. Pero, después de recorrer el sendero 6533, estoy convencido que sí los vale, porque esta camioneta sería capaz de dar años de recuerdos en los lugares más remotos del mundo.

*Ricardo Rodríguez-Long es un periodista argentino especializado en temas de automovilismo.

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