El legendario Abel Ferrara reconstruye su vida ante las protestas masivas

Por lo general, cuando se tiene una entrevista con una figura relacionada al mundo del cine que se encuentra promoviendo un nuevo proyecto, las preguntas deben centrarse en ese mismo trabajo, y el entrevistado evita en lo posible salirse del tema.

Sin embargo, durante la conversación que acabo de tener con Abel Ferrara, cuya cinta “Tommaso” se acaba de lanzar en VOD ante la falta casi total de salas de exhibición, el director de filmes tan memorables como “King of New York” (1990), “Bad Lieutenant” (1992) y “The Funeral” (1996) dejó en claro que lo más importante de nuestro diálogo habían sido sus comentarios políticos y sociales, y que todo lo referido al filme era realmente secundario.

Esto no debería haberme sorprendido, ya que Ferrara, que vive desde hace dos décadas en Roma pero pasó la mayor parte de su vida en Nueva York, donde nació, es un símbolo de la contracultura estadounidense, del mismo modo en que es un realizador de respeto que ha trabajado con actores de la talla de Christopher Walken, Harvey Keitel, Forest Whitaker, Marion Cotillard, Benicio del Toro y, por supuesto, Willem Dafoe, quien protagoniza “Tommaso”.

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Y eso lo llevó a tener expresiones de lo más elocuentes cuando pusimos sobre la mesa el inevitable tema de las protestas que se están produciendo actualmente en la Unión Americana. “Lo que está pasando tiene que ver con este tipo que se encuentra en el poder, y que ha estado promoviendo de manera incansable un discurso negativo, racista y absolutamente carente de empatía”, proclamó a través de una conexión telefónica con la capital europea. “Hace dos meses, ni siquiera fue capaz de proveer mascarillas y guantes para los hospitales, y seguimos sin tener un verdadero liderazgo”.

“Hay ciudades que se han convertido en templos de dioses como Prada y Nike, cuyos productos casi nadie puede comprar pero que todos quieren tener”, dijo luego, en clara alusión a los saqueos. “Sin auténticos líderes, ¿quién puede detener a estos chicos? ¿Los van a matar a todos? Pero lo que ellos deberían hacer es enfocar esa energía en sacar a esta persona de Washington DC, ahora mismo y no en noviembre, porque estamos viviendo un momento histórico”.

Por un cambio fundamental

En sus palabras, lo que pasó con George Floyd es una prueba del poder de las imágenes y de lo que puede hacer una cámara. “Es algo que ha estado sucediendo durante los últimos 200 años, pero ahora había alguien ahí para grabarlo”, enfatizó. “Si no eres blanco y privilegiado, no eres una m…, y tu vida importa un ca…”

Ferrara recordó haber vivido los levantamientos de los ’60 y haber estado expuesto a los asesinatos de Martin Luther King y de Malcolm X. “Después de eso, nada cambió [en términos de racismo], y cuando yo estaba radicado en L.A., en los ’90, pasó lo de Rodney King, que tampoco cambió nada, porque todo volvió a ser igual”, dijo. “Tiene que haber un cambio fundamental, porque creo que la gente en mi país es buena y capaz de hacer lo que es correcto”.

Ferrara tuvo también palabras a favor de la comunidad latina, asegurando que el mundo es un solo lugar y que no se le debe dar mucha importancia a la retórica anti inmigrante de la actual administración. “En estos momentos, lo que pasa en Estados Unidos es un ejemplo para el planeta entero, porque se están dando manifestaciones en países distintos; la lucha está siendo asumida por todos los grupos oprimidos”, aseguró.

“A [Donald] Trump y a sus amigos no les importa un ca.. el pueblo, sino la bolsa de valores, y lo han estado demostrando desde la llegada de la pandemia”, agregó. “No representan a mi país, y todos los que tienen algo de conciencia lo saben”.

Más cerca de lo habitual

Tras los primeros cincuenta años de una fructífera carrera que lo ha encontrado contando historias sobre personajes que
no se relacionan directamente con sus experiencias, Ferrara ha hecho “Tomasso”, una película mayormente filmada en su propio apartamento en la que el protagonista (interpretado por el gran actor Willem Dafoe) es un cineasta estadounidense que vive en Roma al lado de su joven esposa Nikki (Cristina Chiriac) y de su pequeña hija DeeDee (Anna Ferrara), como ocurre con él mismo. Además, esta esposa y esta hija son interpretadas por su esposa y su hija en la vida real.

¿Por qué hacer algo tan íntimo en este momento? “Es difícil responder esa pregunta, porque es difícil saber de dónde vienen las ideas”, retomó el cineasta. “Es un proceso inconsciente, como lo fue en este caso incorporar cosas que estaban pasando en ese momento frente a mí. Pero además de que es algo que tiene sentido, fue una consecuencia natural de los documentales que había estado haciendo, de las grabaciones que había estado realizando en mi barrio”.

Para los espectadores que saben algo de la azarosa vida de Ferrera, será un ejercicio fascinante separar la realidad de la fantasía mientras se observa la cinta. “Una vez que te reúnes con los actores y que pones los hechos en un plan narrativo, en un contexto de ficción, lo que es real y lo que no lo es se insertan en el proceso del oficio cinematográfico y se convierten en otra cosa”, aclaró el realizador.

“‘Tommaso’ tiene su propia vida; cuando la veo, no me veo a mí mismo ni a un actor que está haciendo de mí, sino a un personaje que tiene sus propios problemas y sus propias circunstancias”, añadió. “Cristina no se está interpretando tampoco a sí misma”.

Dúo de lujo

“Tommaso” marca la quinta colaboración entre Ferrara y Dafoe. Anteriormente, el actor se puso en la piel de un mítico director italiano al estelarizar “Pasolini” (2014), una película igualmente dirigida por nuestro entrevistado; pero encarnar a este alter ego de Ferrara presentó desafíos distintos.

“No hablamos de gestos físicos ni nada de eso; nos conocemos ya por muchísimo tiempo”, retomó nuestro interlocutor, mientras sazonaba sus declaraciones con esa clase de palabras altisonantes que tanto emplea y que no resulta fácil traducir. “De todos modos, él no estaba tratando de imitarme, sino de lidiar con las circunstancias que yo le presentaba de una manera novedosa y fresca”.

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Al igual que Ferrara, Dafoe vive mayormente en Roma y conoce perfectamente tanto al director como a su esposa, lo que hizo en apariencia que fuera mucho más fácil interactuar con ella en las escenas de intimidad física que aparecen en el filme.

“No sé; eso hizo quizás que las cosas fueran peores que si se hubiera tratado de un desconocido”, dijo el cineasta antes de lanzar una risa. “Pero esta es una película y ellos son actores, porque Cristina también lo es. Es nuestro trabajo, y tenemos que hacerlo de manera creíble”.

Cambio de rumbo

Fuera de cualquier aspecto autobiográfico, la película es mucho menos agresiva que las que hizo Ferrara en el pasado, lo que podría deberse a la adquisición de una mayor madurez, a una búsqueda intencional de temáticas distintas o simplemente al hecho de que, al igual que Tommaso, él mismo se encuentra libre de alcohol y de drogas desde hace casi ocho años, tras un prolongado periodo de excesos que justificaba por razones supuestamente creativas.

“Cada película que haces es distinta, porque el mundo cambia y tú también vas cambiando”, dijo el realizador. “Pero esto puede tomar cualquier rumbo; ‘Siberia’ [su siguiente trabajo, también con Dafoe] es una película completamente diferente a esta, y la que estoy trabajando ahora mismo va a ser muy violenta. ‘Tomasso’ es una cinta sobre la vida doméstica, y aunque no quiero revelar lo que pasa finalmente en ella, tampoco se trata de una historia precisamente tranquila”.

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Lo que sí parece mantenerse es la agilidad de su puesta en escena, aunque él mismo asegura que eso también va alterándose. “Estamos persiguiendo nuestro sueño, estamos persiguiendo nuestra imaginación”, explicó el cineasta. “En ‘Tomasso’, ves al protagonista lidiando con el modo en que se verá ‘Siberia’ sobre la pantalla”.

“Y es que no sabes lo que te depara el futuro”, prosiguió. “Nunca esperé por ejemplo que un virus que llegó del otro lado del mundo fuera a hacer lo que está haciendo, ni que nuestro país fuera a estar de repente en medio de una especie de guerra civil”.

En cuarentena

Por ese lado, Ferrara asegura estar consciente de que, a los 68 de edad, se encuentra dentro del ‘grupo de riesgo’ del Covid-19, por lo que está tomando todos los cuidados posibles. “No he parado de trabajar; ahora mismo, estoy editando una nueva película con mis colaboradores, pero de manera completamente remota”, detalló.

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Al igual que el personaje de Tommaso, sigue yendo a reuniones de Alcohólicos Anónimos, y siente que su vida ha dado un vuelco completo desde que abandonó los vicios. “No podía hacer absolutamente nada sin una combinación de licor, cocaína y otras sustancias”, recordó. “Era algo que pasaba todos los días; no esperaba hasta el final de la jornada ni muchos menos hasta el fin de semana. Empecé básicamente porque mis ídolos consumían, como era el caso de [el escritor] William Burroughs y [la cantante de jazz] Billie Holiday; pero el talento que ellos tenían no se puede encontrar en una botella”.

También sabe que regresar al plató no será fácil. “La idea es encontrar nuevas maneras de filmar, porque cada vez que ruedas una película, sea esta de acción o no, la prioridad es lograr que todo el mundo esté seguro; ¡no puedes matar a la gente!”, exclamó. “No creo que se pueda volver a trabajar del mismo modo y que todo el mundo se mantenga milagrosamente seguro. Pero hay que seguir adelante”.