En Joshua Tree, el condado está tomando medidas enérgicas contra los alquileres de vacaciones, provocando una reacción violenta
La controversia estalló cuando agentes armados con portapapeles, cámaras y dispositivos de medición láser comenzaron a husmear en los dormitorios
Esta opción de entrada al Parque Nacional Joshua Tree se encuentra en medio de un alboroto por lo que algunos ven como la aplicación de una nueva ley destinada a controlar cientos de unidades Airbnb y otros alquileres a corto plazo creados durante un auge de la construcción.
La controversia estalló en enero cuando los agentes del condado de San Bernardino armados con portapapeles, cámaras y dispositivos de medición láser comenzaron a husmear en los dormitorios, baños y cocinas de vecindarios otrora soñolientos, donde algunos propietarios habían ignorado los códigos de construcción y seguridad durante décadas.
Las inspecciones son necesarias en virtud de la nueva ley, que entró en vigor en diciembre, a fin de obtener un permiso para seguir operando un alquiler a corto plazo en esta ciudad de unos 9,000 residentes.
Lejos de ser rica pero bendecida con una abundancia de naturaleza, esta comunidad de casas modestas quemadas por el sol y moteles de poca altura está enclavada en un paisaje de otro mundo de cantos rodados esculpidos por el tiempo y árboles de Joshua florecientes, cerca de un parque nacional que recibe a 3 millones de visitantes al año.
Muchos propietarios pensaron que tenían poco de qué preocuparse. Ahora, “existe la percepción de que los inspectores se están extralimitando”, dijo Peter Spurr, un agente de bienes raíces en Joshua Tree, el martes mientras los agentes de la ley hacían las rondas en vehículos compactos con el logo del condado.
Spurr dijo que obtiene cerca del 80% de su negocio de la compra y venta de alquileres a corto plazo, y está recibiendo llamadas de propietarios preguntándose si deberían vender sus inmuebles.
“La preocupación es que podrían desencadenar una ola de ventas de propiedades impulsadas por el pánico que darían como resultado el bajar el valor de las casas y arruinar nuestra economía local”, dijo.
Los funcionarios del condado dicen que el número de alquileres a corto plazo no regulados en la zona se ha disparado en un 21% durante el último año, hasta un estimado de 1,160, lo que contribuye a la escasez de viviendas asequibles y rentas tradicionales a largo plazo.
La ciudad no incorporada, que se encuentra a lo largo de la ruta estatal California 62 a unas 30 millas al norte de Palm Springs, tiene un ingreso familiar promedio de unos $37,700, en comparación con los $60,100 de todo el Condado, según la Oficina del Censo de Estados Unidos.
“El Condado está al tanto de las quejas sobre las inspecciones de casas”, dijo David Wert portavoz del Condado. “Hemos recordado a los inspectores de aplicación de códigos que estos propietarios son nuestros clientes y que traten a todos con dignidad”.
“Pero no les dijimos que dejaran de escribir violaciones, sólo para ser corteses”, añadió.
Aunque los inspectores del Condado dicen que no tienen otra opción que hacer cumplir la nueva ley, después de cuatro años de preparación, los propietarios que han creado alquileres a corto plazo de sus residencias se enfrentan a violaciones de construcción y seguridad que no pueden corregir fácilmente.
La ley sólo se aplica a las rentas a corto plazo. El Condado aún no ha elaborado un plan para controlar cientos de “alquileres alternativos”: tipis, contenedores de carga, cobertizos, chozas Sherpa, remolques de viaje y yurtas.
Los residentes se defienden presentando quejas a las agencias del Condado y escudriñando las conclusiones de los agentes de la ley.
Clint Stoker, un contratista de construcción y comisionado de planificación en la cercana ciudad de Yucca Valley, dijo que ha gastado más de 25,000 dólares en mejoras en sus propiedades de alquiler en Joshua Tree, incluyendo una casa de 75 años de estilo español con una piscina que se alquila por $600 la noche.
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“Mucha gente está asustada y molesta”, manifestó Stoker. Los agentes del orden público, añadió, “están multando a las personas por cada posible mejora no permitida que puedan encontrar: luces empotradas, calentadores de agua, tabiques, válvulas de jacuzzi, armarios de cocina, fregaderos y espacio en el suelo y el número de plazas de aparcamiento disponibles, lo que sea”.
Stoker dijo que algunas de las violaciones de la lista del Condado son un error. “Así que los propietarios han empezado a comparar notas. Si logramos probar que los agentes de la ley se equivocaron, podemos forzar al Condado a relajar sus políticas de aplicación”.
Los funcionarios del Condado han dado a los propietarios hasta el 31 de marzo para solicitar un permiso para seguir operando. Hasta ahora, la respuesta a la represión ha sido menos que cooperativa. Hasta el martes, sólo unos 90 propietarios habían presentado una solicitud.
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Thomas Fjallstam, que dirige la Joshua Tree Gateway Communities Vacation Rentals Association, un grupo de aproximadamente 450 propietarios de la zona, ha aplazado la presentación de una solicitud de permiso con la esperanza de que lo que describió como “inspectores del Condado demasiado invasivos” se vuelva más indulgente en medio de las crecientes protestas.
“Voy a esperar y ver qué pasa ahí fuera”, dijo. “No quiero que revisen mi casa y luego tenga que responder a una serie de avisos de aplicación del código”.
Fjallstam afirma que los funcionarios del Condado engañaron a la comunidad haciéndole creer que los encargados de hacer cumplir el código estarían buscando principalmente posibles violaciones de la salud y la seguridad, como detectores de humo y extintores de incendios.
“En cambio, están revisando cada centímetro de la casa de un solicitante con un microscopio”, aseveró.
Joshua Tree siempre ha sido un oasis muy unido para los amantes de la naturaleza, escaladores y excursionistas, con músicos y artistas atraídos por la ciudad después de la muerte por sobredosis de 1973 del cantante de los Flying Burrito Brothers, Gram Parsons, en la habitación 8 del Joshua Tree Inn.
En los últimos años, varios residentes e inversores externos han presionado para transformar Joshua Tree de un centro turístico de fin de semana de bajo costo a un lugar donde las familias, los profesionales y los grandes gastadores puedan pasar una semana o más. Eso ha provocado el rechazo de aquellos que temen que más alquileres signifiquen más tráfico, fiestas durante toda la noche y allanamiento de morada.
Pero muchos propietarios de alquileres, comerciantes y dueños de restaurantes dependen de la peregrinación veraniega, a veces perturbadora de los estudiantes universitarios y los viajeros, para ganarse la vida.
Un estrecho camino de tierra lleva a un acantilado con vistas a la ciudad, donde hay un escape único marcado por un cartel pintado a mano que dice: “Por favor, respete nuestra privacidad”.
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Amanda B’Hymer, que se mudó a Joshua Tree en 2001 y crió a una hija allí, preside la extensión de 65 acres. Durante años ha sido un destino y un lugar de trabajo creativo para personalidades con inventiva que los locales gustan de llamar “la tribu del desierto” de Joshua Tree.
El novio de B’Hymer, Patrick Hutchinson, de 59 años, es ingeniero de grabación en vivo de los Eagles of Death Metal, una banda de Joshua Tree que estaba en el escenario de un local de música en París el 7 de diciembre de 2015, cuando hombres armados irrumpieron y abrieron fuego, matando a 90 personas.
B’Hymer se dirige a los visitantes que quieren relajarse en una de sus pequeñas cabañas rústicas decoradas con motivos del siglo XIX, con ventanas que ofrecen vistas panorámicas directas de un escenario de película del oeste de Hollywood.
De pie en el dormitorio de una pequeña cabaña preferida por los clientes habituales, B’Hymer dijo: “Acabamos de gastar mucho dinero en mejoras aquí, incluyendo un nuevo techo. Ahora, el desafío es tratar de sobrevivir a una inspección, lo cual no parece justo”.
“El Condado no nos entiende”, dijo.
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