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“Unos verdaderos guerreros”. Los trabajadores que asumen muchos riesgos al clasificar el material reciclable

Recology warehouse workers check and sort items April 3.
Los trabajadores en el almacén de Recology en San Francisco revisan y clasifican los artículos que quedan en los “contenedores azules” de los hogares el viernes.
(Susanne Rust / Los Angeles Times)
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El viernes por la mañana, Noel Tucker, enguantado, enmascarado y vestido con un delantal y un casco, atacó el flujo de basura que pasaba frente a él en una cinta transportadora de rápido movimiento, sacando bolsas y pedazos de plástico sueltos, y arrojándolos en un contenedor de metal a su lado.

Él es un clasificador en el centro de reciclaje Recology de San Francisco. Y aunque la mayoría de los residentes de la ciudad están acurrucados en sus hogares, manteniéndose alejados del coronavirus que ha infectado a más de 1 millón de personas en todo el mundo, miles de clasificadores, transportistas, mecánicos e ingenieros se levantan cada mañana y abandonan sus hogares -corriendo el riesgo de un contagio para mantener limpios los pueblos y ciudades de California.

“Estas personas son guerreros”, manifestó Robert Reed, portavoz de Recology, mientras mostraba a un reportero los alrededores de la bulliciosa planta, un sitio de actividad determinada en una ciudad que se siente y parece abandonada.

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El trabajo de Turner, peligroso durante los tiempos normales, según la Oficina de Estadísticas Laborales, es la quinta ocupación más peligrosa del país, ahora conlleva un nuevo nivel de riesgo.

Los estudios muestran que el coronavirus puede vivir en superficies de cartón, tela, plástico y metal durante horas y, en algunos casos, días. Eso significa que Turner y sus colegas están potencialmente expuestos a virus vivos mientras recolectan y clasifican la basura de los hogares infectados.

Recology está tomando precauciones para mantener saludables a sus trabajadores, aseguró Reed.

Siete máquinas expendedoras cerca de la entrada a la planta de reciclaje tienen equipo de protección, como anteojos, máscaras y guantes. Los empleados ingresan un código, y un dispensador en espiral empuja el artículo hacia adelante y lo deja caer, donde los trabajadores, como Ben Carter, quien lo mostró a un visitante, pueden tomarlo.

Protective gear is in a vending machine at Recology.
Un trabajador de Recology en San Francisco revisa el equipo de protección en una máquina expendedora el viernes.
(Susanne Rust / Los Angeles Times)

Carter dijo que prefería las máquinas expendedoras con comida, pero que estaba feliz de tener el equipo que necesitaba para mantenerse protegido mientras él y sus colegas procesaban las 650 toneladas de desechos que los residentes de San Francisco les enviaban todos los días.

Y aunque la compañía es 100% operativa en términos de servicios de transporte residencial (ha cerrado un centro de recompra, centros de pago en persona y reducido las horas en una estación de transferencia), Recology ha escalonado los turnos y espaciado a los trabajadores para reducir la exposición al virus, señaló Reed. Los empleados de la compañía ganan más de $20 por hora, precisó.

Pero lo que está sucediendo en San Francisco no es necesariamente la norma.

En Los Ángeles, las autoridades municipales y del Condado dijeron que algunas instalaciones de reciclaje residenciales se habían cerrado temporalmente para evitar que los trabajadores se enfermaran, dejando a los transportistas de residuos sin otra opción que llevar todo directamente a los vertederos.

Los servicios de recolección de basura, eliminación de desechos sólidos y saneamiento están exentos de las órdenes “quedate en casa” de la ciudad y el condado de Los Ángeles con las cuales han prohibido eventos y reuniones y cerrado negocios no esenciales, pero sólo si pueden cumplir con los requisitos de distanciamiento social.

Esto ha significado que algunas instalaciones han tenido que suspender las operaciones, dijo Coby Skye, subdirector adjunto del Departamento de Obras Públicas del condado de Los Ángeles, en un comunicado el jueves.

“Por lo tanto, el Condado está permitiendo que algunos transportistas de residuos contratados que dan servicio a las áreas no incorporadas del Condado eliminen temporalmente los reciclables y los desechos verdes / orgánicos en los vertederos, si las instalaciones de reciclaje no pueden procesar el material”, expuso Skye. “Esto se hace caso por caso y se revisa semanalmente”.

Skye agregó que el departamento estaba trabajando con las 88 ciudades del Condado, que son responsables de su propia recolección de basura y reciclaje, para coordinar un “enfoque coherente” a fin de “reducir la confusión del público”.

Varias instalaciones que procesan materiales reciclables de la ciudad de Los Ángeles también se han cerrado temporalmente “como medida de precaución para proteger a los empleados de la posible exposición al virus”, según un comunicado de la oficina de saneamiento de la ciudad.

Chuck Stiles, director de la División de Residuos Sólidos y Reciclaje de Teamsters, dijo que la protección de los trabajadores era su mayor preocupación.

“Una gran cantidad de estadounidenses realizarán la transición al teletrabajo para evitar la exposición, incluidos muchos de sus empleados corporativos”, escribió Stiles en una carta dirigida a las corporaciones de reciclaje y gestión de residuos más grandes del país. “Sin embargo, nuestros miembros no tendrán esa opción”.

Señaló sitios en Nueva York y Atlanta, donde los trabajadores ya se están enfermando. Envió fotos de camiones de arrastre con goteras que arrojaban desechos a las calles y desagües del vecindario, así como sitios de trabajo inseguros llenos de batas quirúrgicas e incluso tubos de ventilación.

“Nuestra gente debe estar protegida”, enfatizó. “Están en la primera línea”.

Reed, de Recology, dijo que los residentes podrían ayudar a reducir el riesgo de los trabajadores al:

- Aplastar las cajas de cartón;

- Aplanar las latas de refresco;

- Comprimir los artículos de plástico.

Minimizar el volumen de basura no sólo brinda más espacio en un contenedor, sino que también evita que los transportistas tengan que abandonar el camión y agiliza el proceso de clasificación en los centros de reciclaje.

Para Tucker y su colega, Ayanna Banks, quien ha estado con la compañía durante 20 años, su trabajo es esencial en tiempos de crisis.

“Estamos haciendo nuestra parte para mantener a las familias seguras y saludables”, dijo Banks antes de regresar a su lugar en la cinta transportadora, lista para eliminar los escombros no deseados del río de artículos reciclables que fluyen a su lado.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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