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27.525 libras de zanahorias al día: Cómo las escuelas de Los Ángeles están alimentando a las masas

Sepulveda Midle School
El distrito escolar de Los Ángeles está proporcionando alimentos a la población en respuesta a la pandemia de coronavirus.
(Irfan Khan / Los Angeles Times)

Coronavirus: Mientras los bancos de alimentos luchan, las escuelas de L.A. alimentan a los hambrientos

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Benjamín y Samuel Zuñiga buscan estudiar para mejorar su futuro. Pero por ahora, los hermanos dependen de su distrito escolar para ayudar a poner comida en la mesa.

“Las personas simplemente viven de lo que pueden pagar básicamente”, dijo Benjamín, quien toma clases en la universidad pero perdió su trabajo, al igual que otros miembros de la familia. Su hermano Samuel, estudiante de Venice High School, es el único miembro de la familia que asiste a una escuela pública de Los Ángeles. Pero el distrito escolar de Los Ángeles está alimentando a todo el clan de seis personas.

“Por supuesto, aprovechamos todos los regalos de comida”, comentó Benjamín. “Gracias a Dios”.

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Aunque los campus están cerrados, los distritos escolares de todo el estado han asumido un papel crítico durante la crisis del coronavirus: alimentar a los niños encerrados en sus hogares y pagarlo con dinero del programa federal de almuerzos escolares. Los puntos para dejar a los niños en la mañana se han transformado en líneas para recoger comida; los camiones escolares en áreas rurales dejan cajas de alimentos en paradas de autobuses; las familias se agrupan fuera de los campus en filas, separadas seis pies por conos, para recibir bolsas para llevar.

Pero el esfuerzo del sistema escolar más grande, quizá más generoso y financieramente riesgoso en el estado, si no en el país, está operando en 63 campus en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, regalando comidas no sólo a los estudiantes, sino a cualquier persona que se presente - no se hacen preguntas, excepto: ¿Cuántas necesitas?

“Esta es una comunidad en crisis”, dijo el superintendente Austin Beutner. “A cualquiera que llegue buscando comida, estamos asumiendo que la necesita, se la vamos a proporcionar”.

Desde el 18 de marzo, el segundo distrito escolar más grande del país se ha convertido en una gigantesca operación de distribución de alimentos, que hasta ahora ha servido alrededor de 9.8 millones de comidas en campus estratégicamente ubicados a través de la amplia extensión del sistema escolar y en asociación con la Cruz Roja y el banco regional de alimentos.

Para ponerlo en perspectiva, la Cruz Roja dijo que ayudó a proporcionar 382.100 comidas y refrigerios a raíz de los devastadores incendios forestales de California en 2018; 4.5 millones después del huracán Harvey, que azotó Texas y Louisiana en 2017; y 12.8 millones ese mismo año después del huracán María que arrasó Puerto Rico.

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Las filas crecen todos los días a medida que avanza la crisis, a veces se extienden más de media milla. El viernes se proporcionó el total de comidas más alto hasta el momento, 585.017, poniendo al distrito en camino de superar los 25 millones para el 12 de junio, el último día del año académico.

En el condado de Los Ángeles, los 80 distritos escolares brindan al menos un servicio de alimentos limitado según las directivas estatales. Además, más de 100 escuelas chárter operadas de manera independiente también brindan comidas.

El Unificado de Los Ángeles fue muy oportuno para movilizarse: su operación masiva de servicio de alimentos ya proporcionaba alrededor de un millón de comidas por día cuando los campus estaban abiertos: desayuno en el aula, almuerzo en la cafetería y algunas cenas para llevar a casa, comida que generalmente estaba caliente y saludable, aunque a veces poco inspiradora.

Pero esta nueva operación planteó desafíos de eficiencia y seguridad para los trabajadores y las familias necesitadas. El viernes en la Escuela Intermedia Byrd en Sun Valley, voluntarios entrenados usaron gorras, guantes y mascarillas. Unas 20 personas en el gimnasio reunieron paquetes de comida, mientras que otros 20 individuos manejaron el tráfico y una fila de unos 90 autos que se extendía a lo largo durante el horario de recogida de 8-11 a.m.

Unos 3.600 trabajadores del distrito se ofrecieron como voluntarios para el esfuerzo y recibieron un estipendio de $100 por día. Las bolsas de comidas preparadas se colocaban en una mesa trasera; los trabajadores preguntaban a las personas cuántas necesitaban y luego trasladaban esa cantidad de bolsas a una mesa delantera para que las recogieran. Después de eso, otro trabajador limpiaba con desinfectante la mesa principal, el punto de contacto para familias y niños. Limpiar, repetir la recolección, limpiar, repetir el proceso.

Byrd Middle School
La gente hace fila el viernes para recibir paquetes de comida proporcionada por el distrito escolar de Los Ángeles en un sitio para llevar frente a la Escuela Secundaria Byrd en Sun Valley, que está cerrada debido a la pandemia de coronavirus.
(Irfan Khan / Los Angeles Times)

En un día se regalan más de 26.000 galones de leche, 219.000 cajas de cereales, 27.525 libras de zanahorias, 50 toneladas de fruta e innumerables salchichas de pavo. Con la excepción de la leche, estas comidas se basan en ingredientes que no se echan a perder rápidamente.

Los empacadores de comida dentro del gimnasio de Byrd incluían a la asistente de enseñanza Johanna Cifuentes, que normalmente ayuda a los alumnos de primer y segundo grado a aprender a leer en una escuela primaria cercana. Ella quería seguir ayudando.

Entre los que están en la fila se incluyen sus padres: su papá perdió su empleo como valet, mientras que su madre se quedó sin su trabajo de limpiar casas.

Los voluntarios trabajan en el gimnasio de la Escuela Secundaria Byrd preparando paquetes de alimentos para un centro de comida para llevar.
(Irfan Khan / Los Angeles Times)

La Cruz Roja ha proporcionado 1.000 trabajadores voluntarios no remunerados. El 6 de abril, el Banco de Alimentos Regional de Los Ángeles se unió a la tarea, repartiendo cajas de 36 libras de alimentos no perecederos (pasta, arroz, sopa), suficientes para unas 30 comidas. El Banco de Alimentos espera llegar a 36.000 familias en las escuelas a fin de mes, habiendo proporcionado el equivalente a más de 1 millón de comidas.

El esfuerzo se produce en medio de la creciente inseguridad alimenticia. Según una encuesta reciente, casi la mitad de los hogares del condado de Los Ángeles han perdido un trabajo o se les ha reducido el horario laboral, y un 10% adicional se ha quedado sin otras fuentes de ingresos debido a la pandemia de coronavirus.

Los bancos de alimentos se enfrentan a una demanda histórica justo cuando sus cadenas de suministro han sido interrumpidas y no tienen voluntarios, dijo Katie Fitzgerald, directora de operaciones de Feeding America, que coordina la red nacional de 200 bancos de alimentos regionales. Los donantes también son necesarios para responder a la crisis. Muchos mercados ya no pueden donar el exceso de alimentos debido al aumento de la demanda, mientras que se pudren productos en los campos porque no llegan al mercado.

En la región de Los Ángeles, el sistema de bancos de alimentos es tenso, con una distribución del 73% respecto al año pasado y algunos puntos de distribución cerrados, según una actualización del Banco Regional de Alimentos la semana pasada.

Por ahora, L.A.Unified generalmente ha podido gestionar la demanda.

Los Zuniga están agradecidos porque su modesto ingreso familiar se ha reducido con la pérdida de sus empleos. La familia vive en Mar Vista Gardens, un complejo de viviendas de bajos ingresos, a poca distancia a pie del Centro familiar Mar Vista, un punto de distribución para la comida que se entrega en la cercana escuela secundaria Marina del Rey.

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A última hora de la mañana, Yadira Mora llegó con su hija de primer grado, Emily, una de los tres niños que solía recibir el desayuno y el almuerzo en la escuela.

“Los niños están en casa y lo que hacen es comer todo el tiempo”, comentó, riendo.

“Todo es increíble”, dijo Mora, cuyo esposo, un jardinero, perdió el trabajo durante la pandemia. “Leche, leche con chocolate, panqueques, sándwiches, naranjas, manzanas. Todos los días, cuando mis hijos se despiertan, están emocionados de ver lo que tengo para ellos”.

“En algún momento si tengo demasiado, le diré a mi vecino: ¿Quieres leche? Nos estamos ayudando mutuamente durante esto”.

Aunque llegó antes de las 10 a.m., el suministro de comidas ya estaba agotado, lo que nunca antes había sucedido. La multitud pudo haber sido más grande de lo habitual porque los donantes también estaban entregando auriculares gratuitos para ayudar a los estudiantes a eliminar el ruido mientras hacen su trabajo escolar en casa.

En una mañana reciente en South East High School en South Gate, una fila de autos se extendía fuera de la entrada del campus más de un cuarto de milla.

La escena fue muy parecida en Gage Middle School en Huntington Park, donde la miembro de la junta escolar Jackie Goldberg recientemente llegó en su Prius ligeramente maltratado a la línea para ofrecer a los voluntarios un agradecimiento personal, desde una distancia segura dentro de su automóvil. Ella dijo que la fila de vehículos era por lo menos 10 veces más larga que cuando comenzó la distribución de alimentos.

El sistema escolar de la ciudad de Nueva York, el más grande del país, ha seguido el ejemplo de Los Ángeles. Su programa de alimentos comenzó casi al mismo tiempo que el Unificado de Los Ángeles, pero inicialmente era sólo para niños y brindaba aproximadamente 130.000 comidas al día. El 3 de abril, el programa se abrió a todos. La distribución del distrito se ha incrementado a más de 250.000 comidas por día. Nueva York tiene un impuesto especial para pagar las comidas proporcionadas a los adultos, dijo el portavoz Nathaniel Styer.

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El Unificado de Los Ángeles ahora está acumulando más de $2 millones por día en costos de alimentos, casi $39 millones hasta ahora, un riesgo calculado. El gobierno federal, a través del Departamento de Agricultura, generalmente reembolsa a los distritos escolares sólo por alimentar a los niños que viven en la pobreza, que describe a aproximadamente el 80% de los estudiantes de Los Ángeles. Aunque las autoridades federales han flexibilizado las políticas, algunas reglas permanecen vigentes.

Para obtener el reembolso, el distrito debe “asegurarse de que las comidas se entreguen sólo a los padres o tutores de los menores elegibles, y que las comidas duplicadas no se distribuyan a ningún niño”, señaló una portavoz del departamento al Times.

Documentar la conexión de las comidas con estudiantes inscritos específicos agregaría enormes complicaciones. Los funcionarios de Los Ángeles suponen que están alimentando tanto a adultos como a menores y que los niños incluyen a muchos de fuera del Unificado de Los Ángeles.
Beutner dijo que el distrito está haciendo lo correcto y que espera que el gobierno haga lo mismo, y no penalice al Unificado de Los Ángeles por alimentar a los hambrientos.

En el centro de Mar Vista, los que se alinearon incluyeron a Lilia Candelario, cuya hija Marlene asiste a una chárter privada que no proporciona alimentos. Candelario dijo que está agradecida de poder evitar las tiendas abarrotadas, que considera menos seguras, y de ahorrar dinero. Ella ha perdido temporalmente su trabajo como niñera.

Yuliana Regalado, una estudiante de segundo grado en la escuela primaria Stoner Avenue en Culver City, enumeró lo que le gustaba mientras hacía fila con su madre, guardando lo mejor para el final.

Gaby Regalado y su hija Yuliana, de 8 años, revisan los auriculares donados para Yuliana, que deberían ayudarla a estudiar en casa, mientras su familia recoge comida en el Centro Familiar Mar Vista. A Yuliana le gusta especialmente el pastel de café.
(Kent Nishimura / Los Angeles Times)

“Obtenemos leche y zanahorias, y pasteles de café”, dijo emocionada, pensando en el postre que probablemente sea el artículo más famoso del Unificado de Los Ángeles. “¡Está realmente bueno!”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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