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Nuevo cónsul guatemalteco asumió cargo en L.A. tendiendo puentes a una beligerante comunidad

El cónsul Tekandi Paniagua (derecha) conversa con usuarios del consulado en la principal del edificio.
(Soudi Jiménez/Los Angeles Times en Español)
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La plaza de cónsul general es anhelada por los reflectores y la importancia que tiene; sin embargo, llegar a la oficina consular guatemalteca en Los Ángeles tiene desmesurados desafíos, ciudad en donde radica una beligerante comunidad que así como eleva a un funcionario es capaz de provocar su remoción.

En ese puesto, han pasado cuatro cónsules en los últimos 12 años; de ellos solo dos han salido con la cabeza en alto, Pablo García Sáenz y José Barillas Trennert; en cambio, Francisco Cuevas renunció y Roberto Archila fue destituido, producto de la presión y la vigilancia de la comunidad chapina local.

Conocedor de ese escenario, el lunes 1 de junio, asumió el cargo de cónsul general el joven diplomático Tekandi Paniagua, dispuesto a elevar la calidad de los servicios a favor de sus connacionales, condimentando esa función, dijo el funcionario, con una dosis de sensibilidad humana.

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En la primera entrevista en su despacho, Los Angeles Times en Español encontró al nuevo cónsul vestido con gorra y camisa polo, listo para cambiar de las tareas administrativas a las de servicio al cliente. “No soy mucho de escritorio”, advirtió el funcionario que viene del consulado en Del Río (Texas).

En su paso por la frontera, se acostumbró al trabajo de campo y, por lo que se observa, no piensa cambiar esa filosofía. Durante este recorrido, Paniagua salió a la sala principal y al portón de la entrada del consulado, atendiendo preguntas de unas seis personas que no podían completar sus trámites.

“Debemos tener la sensibilidad y la empatía para atenderlos con respeto, con dignidad”, valoró el oriundo de la Ciudad de Guatemala, de 41 años, que ha tomado el mando del consulado guatemalteco más importante del mundo, sucesor de Barillas Trennert, trasladado a la ciudad de Houston (Texas).

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De acuerdo al Censo del 2010, en Los Ángeles radican unas 215 mil personas de ascendencia guatemalteca, una pujante comunidad que maneja negocios y que sobresale en los campos académico, arte y cultura, llevando su identidad a los diferentes niveles de la sociedad estadounidense.

Entre esos segmentos, también ocupan un rol protagónico los organismos y asociaciones de oriundos, que impulsan proyectos y velan por la comunidad inmigrante, para quienes el apoyo y colaboración del consulado es clave a fin de desanudar trámites burocráticos o para tener el acompañamiento moral.

La mayoría de esas organizaciones, en el pasado también han asumido un rol fiscalizador y ahora están a la expectativa de las directrices que fije Paniagua, entre esas personas está Amarilys Ortiz, presidenta de la Asociacion Guatemalteca Americana (AGUA), quien espera que el nuevo cónsul sea proactivo.

“Me gustaría que se involucrara en las actividades de la comunidad, que aporte en lo cultural, que no solo sea para la foto”, manifestó Ortiz.“Que se de una vueltecita por la área del MacArthur Park y la calle 6, quisiera verlo un día comiendo en las ventas de ahí, que vea la realidad de los chapines”.

Sobre la calle 6, entre las calles Alvarado y Bonnie Brae, se concentran ventas de comida ambulante, tiendas, restaurantes, panaderías y mercados, en donde se encuentran productos nostálgicos chapines y otras expresiones culturales, que en el pasado se ha luchado para nominarle como corredor guatemalteco.

Al caminar en esa zona, uno escucha a vendedores y consumidores hablar en idiomas indígenas guatemaltecos. En ese sentido, Aldo Waycan, activista y traductor originario de Huehuetenango, considera que es fundamental que el consulado ofrezca servicios en los idiomas que habla su gente.

“Hay ciertos idiomas que se hablan más, por ejemplo el K’iche’, Q’anjob’al, Mam y Kaqchikel, esos cuatro idiomas deberían de tener representatividad mínimamente en el consulado”, aseguró el traductor que habla dos de esos idiomas en su labor en cortes y con abogados.

“Aparte del idioma, necesitan a personas que les indiquen, les informen, les ayuden a hacer sus trámites”, añadió Waycan, destacando que hay muchos de sus connacionales que no hablan español y si nadie habla su idioma nativo “se quedan sin representación, sin ayuda”.

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Desde que le damos cobertura a esta comunidad, nos hemos dado cuenta que las organizaciones guatemaltecas están fragmentadas. Y, en parte, el éxito en la gestión de un cónsul general depende de la manera en que establezca un equilibrio con los tres grandes sectores en que están divididos.

Aroldo Ramírez, vicepresidente de la Coordinadora de Organizaciones Guatemaltecas en Los Angeles (COGLA), espera que Paniagua logre un balance en el trato a las organizaciones, mejore los servicios consulares y no entrelace los intereses políticos de algunas asociaciones para llevar la fiesta en paz.

“Que abra las puertas del consulado a todos los guatemaltecos y a todas las organizaciones”, sugirió el activista comunitario.

“Y que no vaya a mezclar el empoderamiento político que tienen ciertos sectores que estuvieron en la campaña del señor (presidente Alejandro) Giammattei, que no se vaya a dejar amedrentar de estos personajes, para que pueda trabajar libremente con toda la comunidad”, puntualizó Ramírez.

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En los últimos ocho años, el periodista Giovanni Bautista ha cubierto la comunidad guatemalteca a través de La Voz del Inmigrante. En su revista, monitorea el acontecer local y nacional de esta población. Por su experiencia, plantea que el nuevo cónsul debe recuperar el terreno perdido e ir más allá.

“Se necesita una política de puertas abiertas”, dijo este “esquipulteco de corazón”.

A juicio de Bautista, el cónsul Paniagua debería trabajar también con clínicas, bancos de comida, agencias de la ciudad y el condado de Los Ángeles, para acercar esos servicios a los guatemaltecos que viven en condiciones más vulnerables, por falta de un seguro médico o por sus limitados ingresos.

“Y también que se recupere el rol protagónico que tuvo Guatemala dentro de los consulados latinoamericanos en el sur de California”, subrayó el experto, graduado de la licenciatura en Comunicaciones de la Universidad Rafael Landívar.

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Las inquietudes de los líderes y miembros de la comunidad son grandes. Y de alguna forma, el cónsul Paniagua ya se puso a trabajar en esa dirección. En los primeros días, ha ido a recoger y entregar alimentos a familias guatemaltecas que han sido afectadas por la pandemia del coronavirus.

Sin embargo, es conciente que él solo no podrá hacer el trabajo, va a necesitar la ayuda de la comunidad y se muestra abierto a estrechar lazos, definir una agenda en común con las organizaciones locales y, sobre todo, atender a sus connacionales con más y mejores servicios desde esta oficina consular.

“Este va a ser un consulado abierto, disponible, no solo para las organizaciones que valoramos y apoyamos”, aseguró Paniagua, detallando que también, la que él llama “la casa de los guatemaltecos”, estará a disposición de sus connacionales que “no están agremiados” con ninguna asociación.

Estoy convencido que los guatemaltecos tenemos más coincidencias que diferencias. Estoy seguro, confiado, que vamos a elaborar una agenda integral de la comunidad guatemalteca en Los Ángeles y para eso cada una de las organizaciones es una pieza fundamental de apoyo

— Tekandi Paniagua, cónsul general de Guatemala en L.A.

En esta semana, ha enfocado sus baterías en la parte administrativa y financiera, evaluando personal, elaborando y revisando el inventario. Asimismo, está revisando el ornato y la limpieza, porque quiere que sus compatriotas “se sientan en la comodidad de su casa y que puedan tener toda la atención”.

En cuanto a los servicios consulares, sostiene que su política es de “cero tolerancia” al mal trato hacia los usuarios; por esa razón, se ha reunido con el personal y le ha pedido que la atención sea de respeto, en esa área incluye darle prioridad a los connacionales que hablan idiomas indígenas.

“Tenemos algunos empleados que hablan algunos idiomas (indígenas), eso es una bendición”, indicó.

Debido a la pandemia, pide a los usuarios que sigan los protocolos establecidos por las autoridades locales. Eso implica usar mascarillas al visitar el consulado y respetar el distanciamiento social.

Al terminar los ajustes internos, piensa hacer una convocatoria a las organizaciones locales. Si eso no es posible, asegura que será a través de una videoconferencia. A criterio de Paniagua, la pandemia ha mostrado al mundo que para salir adelante es clave la unidad y la solidaridad.

“Estoy convencido que los guatemaltecos tenemos más coincidencias que diferencias. Estoy seguro, confiado, que vamos a elaborar una agenda integral de la comunidad guatemalteca en Los Ángeles y para eso cada una de las organizaciones es una pieza fundamental de apoyo”, aseguró.

“Y tienen a un cónsul que está receptivo a las necesidades de los guatemaltecos y listo para construir una sola agenda de la comunidad guatemalteca”, concluyó Paniagua.

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