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El desastre del coronavirus en San Quentin expone el peligroso camino hacia la ‘inmunidad de rebaño’

Un preso condenado toca la cerca de malla en el patio de ejercicios.
Un preso condenado toca la cerca de malla en el patio de ejercicios, durante una gira de prensa en la prisión estatal de San Quentin.
(Mark Boster / Los Angeles Times)

Los expertos en salud pública dicen que la propagación desenfrenada del coronavirus en la prisión muestra los peligros de tratar de lograr “inmunidad de manada” con el coronavirus.

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Para los críticos de las órdenes estrictas del aislamiento en casa, la solución parece clara: reabrir la economía y que, eventualmente, suficientes personas se infecten con el nuevo coronavirus hasta lograr una “inmunidad colectiva”, incluso antes de que haya una vacuna disponible.

La idea es que eventualmente, un porcentaje suficiente de la población habrá sobrevivido al COVID-19 y se volverá inmune, lo cual a su vez protegerá al resto de la población no infectada, al interrumpir la propagación del virus.

Pero la desastrosa situación que se desató en la prisión estatal de San Quentin durante los últimos dos meses se convirtió en la más reciente fábula que muestra cómo cualquier esfuerzo para lograr la inmunidad de rebaño antes de que una vacuna esté disponible conllevaría enormes costos en términos de enfermedades y decesos.

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El COVID-19 se extendió sin control por la prisión más antigua de California, de una manera tal que sorprendió a los expertos en salud pública, a pesar de los intentos de controlar la enfermedad. Hasta el lunes, se habían registrado alrededor de 2.200 casos y 25 muertes, entre una población de más de 3.260 personas. El domingo, un guardia se convirtió en una de las últimas víctimas.

Eso significa que más de dos tercios de la población carcelaria contrajo el virus, indicó el Dr. George Rutherford, epidemiólogo y experto en enfermedades infecciosas de UC San Francisco.

Y aunque los nuevos casos se han ralentizado, aún siguen ocurriendo, se reportaron 60 en las últimas dos semanas, lo cual sugiere que aún no se ha logrado la inmunidad colectiva.

El número de muertos de San Quentin se traduce en una tasa de mortalidad de aproximadamente 767 personas por cada 100 mil.

El gigante de la comida rápida ha presentado una demanda contra el ex CEO Steve Easterbrook, a quien acusa de ocultar relaciones sexuales con tres empleados.

Ago. 11, 2020

Si ese mismo índice se replicara en California, eso significaría la asombrosa cifra de 300.000 decesos en todo el estado, un número muchas veces mayor que la cifra de defunciones acumuladas en California, de más de 10.400. A nivel nacional, equivaldría a 2.5 millones de muertes; la cifra acumulada actual en el país es de más de 163.000.

“Nadie puede evitar contagiarse; están en un sitio sin ventilación”, comentó Michael Kirkpatrick, de 62 años, a The Times, una semana después de su liberación. Kirkpatrick salió de San Quentin el 13 de julio, después de que se acelerara su libertad condicional de una condena por robo, debido al brote. El hombre dio positivo por el virus y desde entonces se ha recuperado.

Según Kirkpatrick su compañero de celda estaba infectado, junto con la mayoría del resto de los prisioneros en las 50 celdas de su nivel. “Ponían un pequeño papel blanco en la puerta de todos los que estaban positivos”, relató. “En nuestra ala, había, tal vez, apenas cinco celdas que no tenían ese trozo de papel”.

San Quentin es un ambiente imperfecto para intentar comprender cuándo se puede lograr la inmunidad colectiva. Las prisiones son entornos abarrotados que promueven la transmisión del coronavirus más que entre personas en otros espacios, como las viviendas unifamiliares.

Pero la experiencia de San Quentin, así como otros datos, muestra que, en ausencia de una vacuna, “para lograr algo que se acerque a la inmunidad colectiva, habría que llegar al 50% de las personas infectadas”, comentó Rutherford. “Pero ello tiene un gran costo en mortalidad y morbilidad severa”.

“Si crees en las cosas [que ocurren] en San Quentin, hay que llegar bien, bien arriba [en el índice de contagios del virus] antes de comenzar a notar una transmisión más lenta”, reflexionó Rutherford.

El Dr. Anthony Fauci, principal experto en enfermedades infecciosas del gobierno de EE.UU, supuso la semana pasada que probablemente se requerirá que entre el 50% y el 75% de la población sea inmune antes de lograr la inmunidad colectiva, un objetivo que debe lograrse no solo a través de la recuperación de las personas infectadas, sino también mediante la vacunación.

California tiene un largo camino por recorrer antes de que la gran mayoría de los residentes se hayan infectado.

En el condado de Marín, uno de los más ricos de la nación, los latinos representan el 16% de la población pero el 75% de los casos de coronavirus. Muchos son trabajadores esenciales.

Ago. 11, 2020

En mayo, solo alrededor del 2% de los residentes del condado de Los Ángeles mostraron la presencia de anticuerpos contra el coronavirus en los exámenes, lo cual indica una exposición previa al virus. Entonces, el 98% de los residentes del condado de L.A. a fines de la primavera todavía eran susceptibles a la infección.

La prevalencia de infecciones anteriores de coronavirus en el Área de la Bahía fue incluso menor y solo el 1% tenía evidencia de ello a fines de abril, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU.

Suecia aplicó una famosa estrategia de inmunidad de rebaño cuando decidió no imponer medidas severas. Pero ahora esa nación tiene una de las tasas de mortalidad más altas entre los países europeos, peor incluso que la de Estados Unidos.

Suecia informó 5.763 muertes, un índice de mortalidad de 57 decesos por cada 100.000 residentes, según la Universidad Johns Hopkins. En Estados Unidos se registró una tasa de mortalidad de 50 defunciones por cada 100.000 habitantes.

Los países vecinos de Suecia, por el contrario, informan muchas menos muertes. Dinamarca tiene una tasa de 11 decesos por cada 100.000 residentes; la de Noruega es de cinco por cada 100.000 habitantes.

Y Suecia parece estar muy lejos de la inmunidad de rebaño; solo el 7% de la población da positivo por anticuerpos contra el coronavirus, lo cual los “deja lejos de alcanzar la inmunidad colectiva natural en la población”, según un comentario de dos virólogos en Suiza, publicado por la revista Lancet. “La mayoría de la población parece no haber estado expuesta [al coronavirus], incluso en áreas con una circulación generalizada del virus.

“A la luz de estos hallazgos, cualquier enfoque propuesto para lograr la inmunidad de rebaño mediante la infección natural no solo es muy poco ético, sino también inalcanzable”, señala el comentario, escrito por Isabella Eckerle y Benjamín Meyer.

Los CDC estiman que quizá solo el 23% de la población de la ciudad de Nueva York ha tenido una infección por coronavirus. Esa urbe podría caer fácilmente en una segunda ola de pandemia grave de coronavirus, remarcó Rutherford.

Toni McBride se formó a sí misma como un tiro rápido con una pistola en numerosos videos, incluyendo algunos con celebridades. En abril, usó su Glock para matar a un hombre que llevaba un cortador de cajas.

Jul. 18, 2020

Otros datos muestran cómo es posible que una proporción mucho mayor de la población se infecte.

Entre tres barrios marginales en Mumbai, India, el 57% de las personas examinadas han estado expuestas al patógeno, según la BBC, citando una encuesta realizada por funcionarios del gobierno. En un crucero con 217 pasajeros que salió de Argentina, en marzo pasado, con destino a la Antártida, el 59% dio positivo por el virus, según un estudio publicado en la revista Thorax.

Incluso las naciones que se vieron muy afectadas aún tienen muchas personas susceptibles a alimentar una segunda oleada.

España se vio muy afectada en su primer brote de la pandemia, con una experiencia tan terrible como la de Italia y la de la ciudad de Nueva York, dijo Rutherford. Pero un estudio en la revista Lancet señaló que solo alrededor del 5% de la población tenía resultados de pruebas de anticuerpos que indicaban una exposición pasada al virus.

Recientemente, España comenzó a experimentar una segunda ola de casos.

Lo que todo esto significa es que una vacuna será esencial para controlar la pandemia.

Aunque los funcionarios y expertos expresan un optimismo cauteloso de que California en su conjunto pareciera estar saliendo del actual brote, también advierten al público que se esperan nuevos aumentos de casos en los próximos meses, tal vez cuando los niveles de enfermedad caigan lo suficiente como para que más escuelas reabran sus puertas.

El gobernador Gavin Newsom afirmó la semana pasada que anticipa una nueva ola de casos en el otoño, y espera que la transmisión del COVID disminuya antes de que llegue la temporada de gripe. El secretario de la Agencia de Salud y Servicios Humanos de Newsom, el Dr. Mark Ghaly, también habló la semana pasada sobre la segunda y tercera oleadas de la enfermedad.

En la última pandemia mundial comparable a esta, en 1918-1919, hubo tres olas distintas de gripe en EE.UU, con niveles de enfermedad que volvieron al nivel de referencia antes de que azotara la primera ola.

Pero Rutherford advirtió que es posible que California no pueda reducir su enfermedad a un nivel inicial similar, dado que ésta está extraordinariamente extendida. “Creo que es casi imposible que regresemos a la línea de base, dada la cantidad de personas infectadas y la amplia distribución de la infección”, señaló Rutherford. “Así que veremos que bajará […] un poco antes de comenzar a subir de nuevo”, y aumentará cada vez que las autoridades crean que está bien permitir que los adolescentes regresen a la escuela.

“Esto no se va a controlar sin vacuna. No tengan dudas al respecto”, remarcó Rutherford. “La solución es la inmunización”.

Fauci, en un foro organizado por la Escuela T. H. Chan de Salud Pública de Harvard, el pasado miércoles, enfatizó que los funcionarios sabrán para fines de este año o principios del próximo, según los datos iniciales de los primeros estudios, “si tenemos una vacuna segura y efectiva. Soy cautelosamente optimista; pienso que tendremos éxito”.

La cronología positiva de Fauci se basa en el supuesto de que todo saldrá bien, expuso el Dr. Joel Ernst, jefe de la división de medicina experimental de UC San Francisco.

Pero también es plausible que no obtengamos una respuesta sobre una vacuna segura y efectiva hasta 2022, consideró Ernst, citando un marco de tiempo más pesimista ofrecido por los científicos que diseñaron los ensayos clínicos para la inmunización. “Eso es muy conservador”, agregó. “Es difícil predecir exactamente en qué fecha estarán listas las cosas”.

También llevará tiempo encontrar una manera de comenzar a inmunizar a los estadounidenses. No se contará con suficientes vacunas para todos en el país de inmediato. “Habrá un período de demostración de que las vacunas son seguras y efectivas, en el que no se recibirán 300 millones de dosis de inmediato. Así que se tendrá que priorizar quién la recibe primero”, contempló Fauci.

En contraste con el presidente Trump, que sostiene que el coronavirus simplemente “desaparecerá”, algunos funcionarios en California están preparando al público para enfrentar la realidad de que el patógeno estará con nosotros en el futuro previsible.

Necesitamos que “todos cambien su mentalidad a largo plazo”, indicó la Dra. Sara Cody, oficial de salud del condado de Santa Clara. “Tendremos que modificar nuestro comportamiento durante mucho, mucho tiempo. Si vemos que los casos aumentan, y lo hacen rápidamente, entonces es posible que debamos implementar controles más estrictos, como hicimos en marzo”, enfatizó.

Para la Dra. Christina Ghaly, directora de servicios de salud del condado de Los Ángeles, el virus es tan capaz de propagarse ahora como hace varias semanas. “Y seguirá extendiéndose si le damos la oportunidad de hacerlo”.

Lin informó desde San Francisco; Christensen desde el sur de California.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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