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Columna: Tiburones que migran hacia el norte, escasez de secuoyas, mosquitos que pican: este es el estado alterado de California

Necesitamos escuchar el coro de la naturaleza sobre los alarmantes efectos del cambio climático y actuar para revertirlo, escribe el columnista Steve López.

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En California, hemos llegado a ver la sequía, el calor extremo y los incendios como la evidencia más alarmante y obvia del cambio climático. Pero la vida tal como la conocemos está siendo alterada de múltiples formas, a menudo simplemente fuera de la vista.

No hace mucho tiempo, hubo una época en la que rara vez se encontraban tiburones blancos al norte de Point Conception en la costa del condado de Santa Bárbara, porque el agua estaba demasiado fría para ellos. Pero ahora hay una población considerable en la Bahía de Monterrey, donde el agua se ha calentado en los últimos años y gran parte del ecosistema se ha visto afectado.

“Estamos viendo una gran cantidad de cosas que nunca ocurrieron”, dijo Kyle Van Houtan, científico jefe del Acuario de la Bahía de Monterrey.

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Más al sur, las tendencias de calentamiento en la costa de Baja California son parte de una dinámica en la que el aire tropical empuja hacia el norte y hace que el sur de California sea más cálido y húmedo, creando mejores condiciones para dar refugio a los mosquitos y otros insectos. Mientras tanto, las criaturas marinas de climas tropicales están instalando su residencia en nuestras costas.

Y la disminución de la niebla y las precipitaciones en las últimas décadas está causando estragos no solo en la industria vinícola de California de $40 mil millones, sobre la que escribí recientemente, sino también en otros cultivos e incluso en nuestros bosques de secuoyas.

Nada de esto son conjeturas. Es el resultado de años de investigación por parte de académicos y sus descubrimientos sirven como advertencias espantosas que solo un tonto rechazaría.

Esto me lleva a la breve visita a California, hace varios días, del presidente Trump. Insistió en que se necesita una mejor gestión forestal para prevenir incendios forestales, y hay algo de cierto en eso. Pero hizo caso omiso de la realidad del cambio climático, como lo ha hecho durante años.

Mientras California se enfrenta a un diluvio de solicitudes de subsidios de desempleo durante la pandemia, los trabajadores del gobierno encargados de tramitar las reclamaciones dicen que se ven obstaculizados por una tecnología anticuada, los trámites burocráticos y la escasez de personal capacitado.

Ago. 4, 2020

“Empezará a enfriarse de nuevo”, dijo. “Solo miren”.

“Ojalá la ciencia estuviera de acuerdo contigo”, replicó el secretario de Recursos Naturales de California, Wade Crowfoot.

“No creo que la ciencia lo sepa, en realidad”, dijo Trump.

No es ninguna novedad que al presidente le falte una curiosidad intelectual básica sobre asuntos complejos. Pero la ignorancia es particularmente peligrosa en este momento, porque con las amenazas gemelas del coronavirus y el calentamiento global, debemos prestar atención a la ciencia y actuar en consecuencia en lugar de desacreditarla y empeorar las cosas.

“Realmente me pregunto acerca de las generaciones más jóvenes y lo que van a tener que vivir. Van a vivir en un lugar muy diferente”, manifestó Todd Dawson, profesor de UC Berkeley.

Dawson ha estudiado, entre otras cosas, los cambios en la niebla costera de California.

“Durante los últimos 60 años, la niebla ha disminuido en aproximadamente un 30%”, expuso Dawson, y explicó que la niebla se genera por la diferencia entre las temperaturas del aire y del agua del océano. El agua más cálida representa menos niebla y más luz solar, lo que significa, entre otras cosas, que la vegetación costera como el chaparral es más seca y propensa a los incendios.

El estudio de Dawson sobre la estrecha franja de secuoyas que se extiende desde la frontera de Oregón hasta Big Sur encontró que en el norte, que es más fresco y húmedo, los árboles están bien. Pero ha hecho observaciones inquietantes sobre algunas de las secuoyas en el extremo sur de la banda, donde un clima más seco y cálido parece estar pasando factura.

“Estamos viendo algunos árboles morir en el extremo más seco del hábitat, y el crecimiento se está desacelerando, tanto en altura como en crecimiento radial anual”, señaló Dawson.

En el verano del año pasado, el número de personas en EE.UU menores de 40 años aumentó más allá de los mayores de esa edad en un cambio demográfico de la guardia.

Ago. 4, 2020

No es solo la niebla costera la que está en declive, como dice un residente de Davis.

“Solía ser que cada diciembre y enero había tanta niebla que apenas se podía conducir en ella, y no ha sido así durante los últimos 10 años”, destacó Richard Snyder, profesor retirado de biometeorología de UC Davis.

Pero aunque menos niebla podría convertirse en una preocupación para los productores de varios cultivos en el estado, Snyder dijo que el mayor problema es que menos lluvia y una capa de nieve más baja significan menos agua para uso agrícola y urbano. Pensamos en las temperaturas diurnas de verano que establecen récords como marcadores de cambio, pero Snyder señaló que las temperaturas de invierno en California están aumentando más rápido que las temperaturas de verano, y las temperaturas nocturnas se están incrementando de manera más acelerada que las temperaturas diurnas.

En gran parte de California, la costa de 1.100 millas es una influencia moderadora en nuestro clima. Y el Pacífico, como todos los océanos del mundo, se está calentando.

“Pero hay ciertos blancos del calentamiento, donde el agua se calienta más rápido. Y uno de ellos está frente a la costa de Baja California”, destacó Sasha Gershunov, investigadora de Oceanografía de Scripps. “Esto impacta nuestras olas de calor terrestres, haciéndolas más húmedas”.

A medida que la temperatura del océano se calienta, dijo Gershunov, las nubes se disipan, lo que permite que la radiación solar caliente el océano y desvanezca aún más la cobertura de nubes. En las olas de calor extremo, el aire a menudo se eleva hacia el sur de California desde esa región, apuntó Gershunov, uno de los investigadores en un estudio que encontró una conexión entre el aire más cálido y húmedo y los casos del virus del Nilo Occidental.

“En Los Ángeles, se están viendo condiciones más húmedas y noches más cálidas, y eso realmente ayuda a que los mosquitos proliferen y te piquen con más frecuencia”, dijo Gershunov.

Una característica del cambio climático son los patrones aberrantes. La investigadora de Scripps, Natalya Gallo, es parte de un equipo que estudia los cambios en la corriente de California durante los últimos 71 años, y aunque ha habido un calentamiento general junto con la llegada de peces de climas más al sur, las fluctuaciones ocasionales de temperatura han sorprendido a los científicos.

“En el último mes o dos, la variabilidad de la temperatura... no tiene precedentes, con períodos realmente cálidos. El agua está a 70 grados y luego, de repente, está en los 50”, expuso Gallo, y agregó que tales cambios estresan los hábitats y conducen a la migración de peces, incluidas las anchoas y las sardinas.
Chris Lowe, director del Shark Lab en Cal State Long Beach, dijo que el mayor cambio que ha visto en los últimos años involucra el movimiento de tiburones hacia el norte.

“Antes del último gran El Niño era inaudito que los criaderos de tiburones blancos estuvieran al norte de Point Conception, y ahora se ha formado un nuevo criadero en Santa Cruz”, dijo Lowe.

Hasta que envejecen y se mudan a la costa, los grandes tiburones blancos jóvenes prefieren un nicho de temperatura entre 60 y 82 grados, señaló Lowe, y el calentamiento de la Bahía de Monterrey ha hecho que esas aguas sean más hospitalarias. La langosta espinosa y el garibaldi, más comunes en el sur de California, también se han establecido en la bahía de Monterrey en mayor número, expuso Van Houtan, investigador del acuario.

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Ago. 4, 2020

“La langosta es un animal de Long Beach, no de Monterrey”, subrayó.

Van Houtan dijo que una población de nutrias marinas que se extiende desde Santa Bárbara hasta Santa Cruz ha sido atacada, siendo las mordeduras de tiburón la principal causa de muerte en los últimos 10 años. Parece que los tiburones confunden el pelaje de las nutrias con la grasa de los elefantes marinos.

“Así que todo el mundo sale perjudicado de esa interacción, especialmente las nutrias”, señaló Van Houtan.

Estos ataques son más comunes en áreas de dramática disminución de algas marinas. Se sospecha que el calentamiento del océano es la causa de esa reducción, así como la disminución de las estrellas de mar. Y Van Houtan explicó claramente las interconexiones.

“Debido a que las estrellas de mar comen erizos, esta especie quitó la tapa de lo que regulaban los erizos, y una de las comidas favoritas de los erizos de mar son las algas”, expuso Van Houtan. “Entonces, debido al calentamiento, la enfermedad de las estrellas de mar y el aumento de los erizos, significa malas noticias para las algas marinas. Esta también es una mala noticia para las nutrias, ya que las algas proporcionan un refugio, un hábitat donde las nutrias pueden encontrar un refugio seguro de los tiburones”.

Todas las formas de vida, todas las fuerzas naturales, están conectadas.

El mar, la tierra, la atmósfera: vivimos en esta notable esfera flotante, por tanto, es nuestro deber moral comprenderla y protegerla, y defender nada menos que una conversión a gran escala la energía limpia y una reducción radical de nuestra producción de gases de efecto invernadero.

Los individuos y los estados bien intencionados no pueden por sí solos revertir el avance del cambio climático, ni tampoco ninguna nación. Lo cual es una razón más para que Estados Unidos adopte la ciencia en lugar de descartarla y lidere la conversación global en lugar de alejarse de ella.

“A pesar de que somos quizá el animal más sofisticado de este planeta”, señaló Van Houtan, “parecemos ser la última especie en encontrar consenso sobre el cambio climático. Tiburones blancos, nutrias, algas marinas, langostas, corales, secuoyas, mariposas monarca: todos lo tienen y lo han hecho durante años. Es hora de que escuchemos este coro de la naturaleza. Necesitamos actuar sobre el cambio climático”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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