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Columna de Adictos y adicciones: Felices 24 horas

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Cristina es una mujer muy especial, tiene una energía envidiable, es apasionada, habla muy rápido, gesticula y mueve las manos como si las palabras no le alcanzaran.

Durante la celebración de sus primeros veinte años en sobriedad, Cristina dio su testimonio, compartió su experiencia, agradeció a su grupo, a sus padrinos, pero sobre todo a sus hijos: “Ellos han sido la razón de mi existencia, el motivo para cambiar y tratar de ser una mejor persona, también han sido víctimas de mis locuras, cómplices de mis sueños, compañeros y mis maestros”.

“Aunque era una alcohólica drogadicta, yo no me veía a mí misma de esa manera, me justificaba diciendo que lo hacía de vez en cuando y solo por seguirle la onda a mi esposo; el del problema era él, que no trabajaba y se drogaba todos los días, mientras yo mantenía la casa y me hacía cargo de mis hijos”.

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“Tenía como seis años de casada y ya no quería vivir con el padre de mis hijos, estaba cansada de su alcoholismo, de sus amigos y sus drogas, me harte de sus humillaciones, de mantenerlo y de serle infiel. Le había perdido el respeto a él y a mí misma, me acostaba con quien fuera, pero no me atrevía a dejarlo”.

Estimados lectores, queridas lectoras, aprovecho para saludarlos y puntualizar que la columna De Adictos y Adicciones, solo publica testimonios y opiniones de adictos, familiares y amigos; no damos consejos, ni sugerimos tratamientos médicos, en cambio ofrecemos información de referencia, donde pueden consultar a un especialista.

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“Estaba completamente desquiciada y no me daba cuenta, quería un padre para mis hijos y les conseguí un roba monederos, deseaba que me quisieran, que me necesitaran y me busque un mantenido que me usaba a su antojo. Sin embargo, al mismo tiempo no quería que mis hijos crecieran como yo, con un padre ausente y una madre todo el tiempo trabajando. Que absurdo ¿no?, eso era exactamente lo que vivíamos y yo lo negaba”.

“Antes de conocer a mi esposo, busque a mi papá en muchos hombres, en muchas camas; me casé creyendo que yo le hacía falta y que podía rescatarlo de sus adicciones, en vez de eso, yo misma me estaba hundiendo”.

“Me costó muchísimo trabajo reconocer que yo misma era una alcohólica drogadicta, para mí el del problema era él, si él dejaba de consumir, entonces tendría la familia que siempre había querido”.

“En mis ratos de lucidez me preguntaba por qué me tocaban siempre el mismo tipo de hombres. Yo como buena codependiente buscaba a un hombre al que yo le hiciera falta, deje de vivir mi vida para empezar a cubrir las necesidades y los deseos de otro, en este caso, mi esposo”.

“Me frustraba cuando no podía resolver el problema de los demás, imaginen cuando tuve a mis hijos, les hacía todo, en pocas palabras, quería que mi esposo y mis hijos me dijeran: sin ti no vivimos, eres una madre y esposa súper poderosa”.

“Yo no llegué a doble A buscando ayuda para mí, llegué a un grupo pensando que los alcohólicos anónimos le iban a decir a mi marido que yo era lo más importante en su vida, que dejara de consumir para ser feliz conmigo, usted dirá si no estaba poco menos que loca”.

Hace 20 años que soy miembro de doble A, he pasado por muchos grupos y les puedo decir que no basta venir y sentarse a escuchar el testimonio de otros, es necesario abrir la mente, ser muy honesto y valiente. No es fácil reconocer nuestros errores, como tampoco es fácil hacer enmiendas.

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Me he dado cuenta que el mayor problema no es dejar de consumir, el mayor problema son los defectos de carácter, esos hábitos nocivos que nos llevan a perdernos, pero sobre todo, estar alerta con el ego, hacemos muchas cosas por un orgullo mal entendido y nos dejamos llevar por nuestras emociones, por eso es importante estar en un grupo, no todos los compañeros tienen que caernos bien, no estamos en doble A para hacer amigos, sino para nuestra recuperación, aunque en honor a la verdad, aquí he encontrado los mejores amigos. Felices 24 horas.

Agradecemos a Cristina su confianza y su honestidad. Honor a quien honor merece.

Escríbame, su testimonio puede ayudar a otros. Todos los nombres han sido cambiados.

cadepbc@gmail.com

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