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Un vistazo a la épica batalla para salvar el Observatorio Mt. Wilson del incendio Bobcat

Fire Capt. Dave Gillotte and his team fought the Bobcat fire, which approached Mt. Wilson from three directions.
El capitán del Departamento de Bomberos del condado de L.A. Dave Gillotte y su equipo combatieron el incendio Bobcat, que se acercó a Mt. Wilson desde tres direcciones.
(Myung J. Chun / Los Angeles Times)

Entre las mayores preocupaciones del incendio de Bobcat - ahora uno de los más grandes en la historia del condado de Los Ángeles - ha sido el Monte Wilson.

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Había pasado una semana en el incendio Bobcat y las llamas de 300 pies azotaban el histórico Observatorio Mt. Wilson.

Este era el momento que los bomberos y los administradores del observatorio habían estado temiendo: el incendio golpeó directamente el complejo. Las brasas rojas ardientes devoraban la maleza y los árboles, y el humo espeso se elevaba hacia el cielo oscuro, típicamente reservado para observar las estrellas.

“Estaba ganando un frente de llamas que no podíamos manejar”, dijo Óscar Vargas, jefe de división del Bosque Nacional Ángeles. “Uno que podría destruir el observatorio”.

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Vargas describió una escena infernal de humo y calor cuando él y más de 100 bomberos se colocaron en la cima de la colina para tratar de salvar el famoso sitio.

“Fue intenso”, dijo. “Teníamos que sujetar las líneas cuando pudiéramos, retroceder si hacía demasiado calor, luego saltar con mangueras y helicópteros para sofocar las llamas y evitar la pérdida de estructuras”.

El camino de destrucción del incendio de Bobcat comenzó el 6 de septiembre. Rápidamente superó una vasta franja del Bosque Nacional Ángeles, carbonizando cientos de miles de acres cerca de los vecindarios al pie de las colinas del Valle de San Gabriel y extendiéndose hasta las comunidades desérticas del Antílope Valley, donde decenas de estructuras han sido dañadas o destruidas.

Pero una de las mayores preocupaciones del incendio, ahora uno de los más grandes en la historia del condado de Los Ángeles, es Mt. Wilson, que en repetidas ocasiones ha sido amenazado por el fuego.

Fire equipment is deployed at the Mt. Wilson Observatory.
El equipo contra incendios se despliega en el histórico observatorio Mt. Wilson, donde torres de transmisión cercanas han sido amenazadas por el incendio Bobcat.
(Myung J. Chun / Los Angeles Times)

Considerado una de las cunas de la astronomía, el observatorio fue fundado en 1904 por George Ellery Hale. Cuando el telescopio Hooker de 100 pulgadas vió su primera luz el 1 de noviembre de 1917, superó a su vecino de 60 pulgadas y se convirtió en el telescopio más grande del mundo, una posición que mantuvo durante más de tres décadas.

En la noche del 15 de septiembre, las llamas llegaron a solo 5 pies de la estructura del piso.

“Sonaba como un tren o como un motor a reacción”, dijo Vargas sobre el agresivo incendio. “La forma en que el fuego se extendía por los árboles y toda la maleza, era como un intenso chisporroteo, crujido y estallido”.

La batalla duraría la mayor parte de una semana, tiempo durante el cual el humo del fuego arrojó un manto ominoso en gran parte del condado de Los Ángeles y contribuyó a que la calidad del aire fuera tan deficiente que se aconsejó a las personas que se quedaran adentro con las puertas y ventanas cerradas.

Thomas Meneghini, director ejecutivo del observatorio, esperó con la respiración contenida temiendo lo peor.

“Estas cosas no tienen precio, son insustituibles”, manifestó Meneghini. “No hay ningún valor monetario que puedas asignar a estos artículos”.

No era la primera vez que el observatorio se veía amenazado por incendios forestales. En 2009, la lucha contra un extenso incendio de estación duró cinco días y cuatro noches, pero finalmente se salvaron los edificios encumbrados en la cima de la montaña de 5.710 pies.

La batalla más reciente sirve como otro recordatorio de cuánto está en juego allí.

“Hemos estado haciendo una parada en Mt. Wilson”, dijo Dave Gillotte, capitán del Departamento de Bomberos del condado de L.A. “La mitad del tiempo es muy intenso y la otra mitad se prepara para que sea muy intenso”.

Y esa preparación ayudó a allanar el camino para una oportunidad de victoria. Una semana después, la ladera que alguna vez rugió por el fuego estaba tranquila y el observatorio había salido ileso.

Vargas dio crédito a los incansables equipos de bomberos y al trabajo de reducción de materiales combustibles que se lleva a cabo desde hace una década, incluida la eliminación de matorrales secos peligrosos y vegetación del bosque circundante, para ayudar a prevenir la destrucción.

“El trabajo que hemos hecho en los últimos 10 años dio sus frutos”, manifestó. “Habíamos realizado en varios cientos de acres el tratamiento de combustible, por lo que ayudó a defender y salvar el Mt. Wilson”.

La madre naturaleza también ofreció una ayuda, ya que las temperaturas se enfriaron ligeramente después del impacto inicial, la humedad aumentó y los vientos amainaron.

“El clima finalmente cooperó”, enfatizó Gillotte, de pie en la cima de la ladera ahora humeante. “Finalmente pudimos verlo y llegar al fuego”.

Meneghini dijo que las estructuras del observatorio sufrieron pocos daños, salvo un poco de cableado quemado.

“De hecho, pude dormir a una hora decente anoche”, reveló el jueves, un día después de que las cuadrillas dieron vuelta al evasivo fuego.

Un persistente olor a humo y miles de metros de mangueras que serpentean por la propiedad se encuentran entre los restos de la batalla.

Y mientras los números de contención del fuego continúan aumentando, el paisaje accidentado en la cima del Mt. Wilson estará marcado por el incendio de Bobcat durante algún tiempo: el retardante de fuego de color rosa brillante arrojado por equipos aéreos ahora pinta un paisaje onírico en tecnicolor a través de rocas, carreteras y árboles quemados.

Una zona quemada a la distancia de como se ve desde el observatorio Mt. Wilson,
Una imagen de como se ve a distancia una zona quemada desde el observatorio Mt. Wilson, enmarcado por vegetación cubierta de retardante de fuego color rosa.
(Myung J. Chun / Los Angeles Times)

Pero los equipos de bomberos aún no están fuera de peligro. Aproximadamente cinco millas debajo del observatorio, en la autopista 2 y la Red Box Road de Mt. Wilson, un denso humo se instaló a mitad de semana como una manta sobre el valle.

“Todavía hay muchas variables en juego”, dijo el portavoz del Departamento de Bomberos del Condado de Los Ángeles, Pono Barnes, quien estaba estacionado en la intersección. “En este momento, estamos analizando el viento, los combustibles y las características topográficas”.

Aunque el progreso en el incendio, que está contenido en más del 50%, ha sido sustancial, señaló Barnes, si el viento cambia, existe un “potencial significativo” de que se vuelva a activar.

Con las carreteras aún cerradas para los visitantes, el mundo dentro del bosque nacional se alterna entre el silencio pacífico de la naturaleza y el zumbido vibrante de los helicópteros, que aún dejan caer agua y químicos retardantes sobre la maleza humeante de abajo.

Hay otros recordatorios de la ira del fuego: laderas enteras salpicadas de pinos que alguna vez fueron grandes ahora se erigen como palillos de dientes ennegrecidos, un símbolo de lo que se ha convertido en la peor temporada de incendios forestales en la historia de California.

Los cascos amarillos subían y bajaban mientras los bomberos despejaban su camino, paso a paso, a través de la espesa vegetación, luciendo pequeños bajo la vasta extensión del cielo al momento que continuaban asegurando el bosque.

Pero el Mt. Wilson está a salvo, al menos por ahora.

Para leer esta nota en inglés,619156_ME-MT-WILSON-BOBCAT-FIRE_03_MJC.jpg

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