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Con su liderazgo en duda, Newsom se enfrenta al mayor reto de su vida política con una posible destitución

Gov. Gavin Newsom listens  during a news conference in Rancho Cordova, Calif.
El gobernador Gavin Newsom escucha en una conferencia de prensa en Rancho Cordova el 26 de junio.
(Rich Pedroncelli / Associated Press)
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Después de semanas de subsistir con una dieta de críticas amargas por los problemas de distribución de la vacuna contra COVID-19, los cambios repentinos en las reaperturas regionales y la falta de acción estatal para que los niños regresen a las aulas, el gobernador Gavin Newsom se saturó de comida política reconfortante el miércoles, rodeado de leales demócratas, para anunciar una nueva asociación de vacunación con el gobierno federal.

Los elogios se repartieron en porciones generosas.

Corrección:

8:08 a.m. feb. 7, 2021An earlier version of this article reported that Republican John Cox received 32% of the vote in the 2018 gubernatorial election. He received 38% of the vote.

“No puedo decirles la suerte que tenemos en California de tener a Gavin Newsom como nuestro gobernador”, comentó la alcaldesa de Oakland, Libby Schaaf. “Él está luchando por los californianos todos los días”.

Pero Newsom también debe apresurarse para detener, o al menos debilitar, la campaña para forzar una elección especial este otoño, en la que los votantes podrían destituirlo de su cargo. Concebido por un partidismo fiero, el intento de destitución ahora depende de su liderazgo. Y aunque un par de encuestas públicas esta semana encontraron que los votantes no se han dado por vencidos en cuanto a Newsom, las encuestas sugieren que la pandemia ha debilitado drásticamente su posición.

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“Este debería ser un problema temporal para el gobernador que tendría que poder superar”, señaló Mark DiCamillo, director de encuestas del Instituto de Estudios Gubernamentales de UC Berkeley. “No ha podido salir adelante, pero tiene que hacerlo”.

Los días difíciles que se avecinan para Newsom pondrán a prueba una carrera política que en gran medida ha transcurrido sin desafíos significativos: de un rápido ascenso en las filas de la política de San Francisco hace dos décadas, a nombramientos en una comisión de estacionamiento de la ciudad y la Junta de Supervisores, dos mandatos como alcalde, dos elecciones ligeramente disputadas para vicegobernador, y una victoria para gobernador en 2018, con el mayor margen de votos en la historia moderna de California.

Pero por primera vez hay indicios de que el carisma de Newsom podría tener sus límites. La encuesta de Berkeley, publicada el martes, solicitó a los votantes que tomaran en cuenta 10 descripciones diferentes de las reglas y regulaciones del gobernador con relación a la pandemia. La lista considerada por las 10.357 personas registradas en la encuesta se dividió equitativamente entre evaluaciones positivas y negativas.

Los resultados dejaron al descubierto las frustraciones de los votantes.

El sesenta y dos por ciento de los encuestados estuvo de acuerdo en que las reglas de Newsom han sido “inconsistentes”. El sesenta por ciento coincidió en que han sido “confusas”. Y aunque la mayoría dijo que las reglas han sido “necesarias” y “basadas en la ciencia”, también concluyeron que los esfuerzos del gobernador han sido “ineficaces”.

El mensaje parecía ser claro: los californianos se dan cuenta de que se deben hacer sacrificios para combatir la pandemia mortal, pero son profundamente escépticos sobre los esfuerzos de Newsom.

“Han perdido la fe en él”, comentó DiCamillo sobre las reacciones de los votantes. “Tiene implicaciones para la confianza en otros temas”.

Una encuesta separada realizada por el Instituto de Políticas Públicas de California (PPIC, por sus siglas en inglés) encontró índices de aprobación por su labor ligeramente mejores. Pero esos resultados también fueron sombríos.

“Ha perdido ese sentido amplio de que la gente se siente bien por estar en sus manos”, según Mark Baldassare, director de encuestas y CEO de PPIC. “El destino del gobernador está ligado a lo que suceda con el COVID”.

Queda por ver si ese destino depende del resultado de una elección revocatoria en el otoño, o de una campaña de reelección en 2022. Impulsados por una mezcla de grupos de extrema derecha que propagan peticiones de votantes, junto con peligrosas teorías de conspiración y el dinero de los donantes en su mayoría republicanos, los grupos que promueven una elección revocatoria se jactan de que están a una distancia sorprendente de reunir las casi 1.5 millones de firmas verificadas necesarias para poner el tema en la boleta electoral estatal.

“El mundo solía voltear a ver a California en busca de un futuro mejor”, señala el ex alcalde de San Diego, Kevin Faulconer en un anuncio en línea publicado el martes para lanzar su campaña para reemplazar al gobernador. “Pero ahora se ha convertido en una tierra de promesas incumplidas. Y el que rompe la promesa es Gavin Newsom”.

Se han presentado peticiones por destitución contra todos los gobernadores de California desde 1960, pero solo el esfuerzo histórico de 2003 llegó a la boleta electoral. Pocos olvidarán que terminó con la destitución del gobernador demócrata Gray Davis y los votantes utilizaron ese momento para elegir a una estrella de cine, el republicano Arnold Schwarzenegger, para reemplazarlo.

Al igual que la campaña actual, el retiro de Davis fue impulsado por los republicanos. En ambos casos, la petición de destitución oficial incluyó un discurso de agravios conservadores que luego fueron eclipsados por los eventos del día. Y en 2003 las encuestas públicas mostraron que solo alrededor de un tercio de los votantes pensaba que una elección especial para destituir al gobernador era una buena idea.

“A los californianos realmente no les gusta mucho este proceso”, según Baldassare, y señaló cómo se han sentido tradicionalmente con respecto a una destitución. “Pero estamos dispuestos a usarla si no nos sentimos contentos. La pregunta es: ¿llegamos a ese punto?”.

Davis está entre los escépticos.

“Está haciendo un mejor trabajo de lo que la gente reconoce”, comentó sobre Newsom. “Las personas empezarán a ver la luz. Verán que 2021 será un año de transición [y] comenzarán a sentirse mejor consigo mismos”.

La clave para esa evaluación es acelerar el esfuerzo para vacunar a millones de californianos. La suerte política de Newsom podría aumentar si la agenda sobre COVID-19 del presidente Biden tiene éxito. Y donde los demócratas tenían solo una ventaja de registro de votantes de ocho puntos porcentuales sobre los republicanos en 2003, ahora superan al partido republicano en 22 puntos.

De hecho, los estrategas demócratas creen que la encuesta de Berkeley demuestra lo difícil que sería destituir a Newsom, señalando que su hallazgo de que el 35% de las personas apoya el esfuerzo es comparable al 38% de los votos emitidos para el retador republicano John Cox en 2018 (quien también dice que se postularía en una elección revocatoria), y el 34% ganado por el ex presidente Trump en noviembre.

Newsom ha descalificado preguntas sobre la destitución, limitando sus comentarios sobre el asunto a la respuesta formal que se presentó el año pasado.

“Lo último que California necesita es otra elección especial derrochadora, apoyada por aquellos que demonizan a la gente del estado y atacan los valores de la entidad”, escribió.

Los partidarios de la destitución insisten en que sus filas incluyen demócratas descontentos y la encuesta de Berkeley sugiere que eso es posible, con casi una cuarta parte de los demócratas que desaprueban el desempeño laboral del gobernador, y uno de cada cinco autodenominados “liberales” también se encuentra descontento.

Aún así, los demócratas en general permanecen unidos detrás del abanderado del partido. Si bien los legisladores y los grupos de interés han comenzado a quejarse un poco más fuertemente sobre aspectos de su desempeño durante la emergencia de salud pública, también se han esforzado en insistir en que no quieren que lo destituyan, solo desean que muestre un mejor trabajo.

Para luchar contra los esfuerzos para expulsarlo, Newsom deberá mejorar su posición en Los Ángeles, sede del bloque de votantes más grande del estado. Los encuestadores comúnmente encuentran opiniones similares entre las personas de este condado y el Área de la Bahía sobre los líderes políticos estatales, pero las dos regiones están divididas en cuanto al gobernador.

El Área de la Bahía, de hecho, es la única región de la entidad donde la mayoría de los votantes dijeron que les gusta cómo está manejando sus funciones.

Si bien las probabilidades de Newsom de sobrevivir una destitución siguen siendo altas, sus posibilidades de evitar las elecciones son menos seguras. Ninguna acción individual ha tenido más consecuencias para impulsar el esfuerzo de destitución que la decisión de un juez de Sacramento de agregar cinco meses al cronograma para recopilar firmas, y coincidió con los defensores de que el contexto del COVID-19 había limitado su capacidad para hacer circular las peticiones.

La fecha límite para la presentación de firmas a los funcionarios electorales es el 17 de marzo, dos días antes del aniversario de que Newsom emitiera la orden de quedarse en su domicilio más amplia del país el año pasado.

Nadie podría haber imaginado lo que pasaría en esos 12 meses. Para los votantes de California, la pregunta pronto será si su gobernador ha mejorado o empeorado la situación.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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