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Vacunados y deseosos de llevar una vida normal, los californianos se aventuran a salir. ¿Es demasiado y demasiado pronto?

A manicurist's gloved hand paints a client's nails
Gimnasios, salones de manicura y otros negocios dieron la bienvenida a más personas el lunes después de que el condado de Los Ángeles pasara al nivel naranja definido por el estado, un reflejo del progreso de la región en la lucha contra el COVID-19.
(Myung J. Chun/Los Angeles Times)

A medida que California vuelve a abrir sus puertas, se mantiene la cautela más de un año después del inicio de la pandemia de COVID-19. Los residentes se preguntan: ¿Es demasiado pronto para volver a la normalidad?

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Los jugadores, ataviados con mascarillas, no pudieron mostrar sus mejores caras cuando jugaban póker el lunes en el Bicycle Hotel & Casino. Pero al menos pudieron jugar bajo techo por primera vez en más de un año.

“Ahora me siento más seguro”, dijo Ming Huang, de 70 años, un contador jubilado que recientemente recibió la vacuna COVID-19. “Los casos han bajado. Es hora de volver. No hay nada mejor que hacer”.

Pero Chris López, de 43 años, no podía dejar de mirar a sus espaldas, asegurándose de que la gente no estuviera demasiado cerca de él en el club de Bell Gardens, donde los tabiques separan a los jugadores. Después de unas cuantas partidas, se fue con tanta prisa que ni siquiera cobró sus fichas.

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“No podía concentrarme”, dijo López, residente en La Puente.

Con la expansión de las campañas de vacunación, la disminución de los casos de COVID-19 y el levantamiento de las restricciones para quedarse en casa, el sur de California está volviendo a la vida.

Algunos comerciantes están informando del mejor momento económico de sus negocios desde que comenzó la pandemia. El parque Griffith vio tal cantidad de visitantes durante el domingo de Pascua que tuvo que rechazar temporalmente a la gente.

El parque Griffith recibió tal cantidad de visitantes el domingo de Pascua que tuvo que rechazar temporalmente a la gente.
(Wally Skalij/Los Angeles Times)

En Pasadena, casi 20.000 autos pasaron por las estructuras de la ciudad la semana pasada. Es más del doble de los que pasaron en la semana que terminó el 24 de enero.

“La forma en que estamos viendo a la gente fuera de casa, es casi como antes del COVID”, dijo el lunes la portavoz de Pasadena, Lisa Derderian. “Eso es algo bueno, mentalmente. Es bueno que las personas estén tratando de volver a algún tipo de normalidad. Pero no queremos que la gente baje la guardia”.

Más personas que nunca perciben que cada vez es más seguro aventurarse a salir y que eso no provocará otra oleada. Muchos de los que han salido a la calle se han vacunado, y hay indicios de que la gente está siguiendo en general varios protocolos de seguridad.

Pero los funcionarios de salud y los expertos siguen instando a los residentes a permanecer vigilantes, especialmente a medida que el estado se reabre y el número de variantes de coronavirus sigue creciendo en California, y otros estados informan de nuevos incremento en los número de infecciones.

“Parece que, en general, la gente está menos preocupada, pero, como ciudad, sigue siendo una preocupación para nosotros”, dijo Joe DeVries, director de operaciones interdepartamentales en Oakland, donde el lago Merritt vio miles de visitantes este fin de semana.

Los funcionarios del condado de Los Ángeles siguen adoptando un enfoque cautelosamente optimista. Aunque la tasa de casos de coronavirus ha descendido a un nivel que no se veía desde los primeros días de la pandemia, la directora de Salud Pública, Bárbara Ferrer, dijo que eso todavía “significa que hay cientos y cientos de casos que se diagnostican cada día”, aunque el número real de personas infectadas es probablemente mayor.

Dado que en otras zonas del país ya se está produciendo un alarmante repunte del coronavirus, las autoridades afirman que las próximas semanas son cruciales para que California pueda evitar un nuevo repunte.

Mar. 31, 2021

Las autoridades federales se han mostrado especialmente alarmadas por el aumento de casos en otras partes del país y el lunes dijeron que no es el momento de volver a la normalidad.

“A medida que los negocios de la comunidad comienzan a reabrir, estos hallazgos subrayan el vasto impacto de un solo evento que afecta a las comunidades, las escuelas, las familias y los ancianos”, dijo el lunes a los periodistas la doctora Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, en una sesión informativa. “Y subraya la impresionante transmisibilidad de este virus y la necesidad continua de... reducir el número de personas en el interior, mejorar la ventilación de los edificios y utilizar los espacios exteriores cuando el tiempo lo permita”.

Las próximas semanas serán una prueba importante para saber si California puede evitar más oleadas de COVID-19, ya que se esperan más reaperturas y aún se desconocen las posibles consecuencias de las vacaciones de Semana Santa.

Las empresas de todo el condado de Los Ángeles abrieron sus puertas el lunes para la reanudación más amplia de las operaciones. Se produjo después de que el condado pasara al nivel naranja definido por el estado, un reflejo de los progresos duramente ganados por la región en la lucha contra el COVID-19. Los boliches se prepararon para abrir sus pistas y los casinos acogieron a los jugadores de póquer en su interior, mientras que los gimnasios y los salones de uñas dieron la bienvenida a más personas.

Para facilitar el regreso de la gente al interior, los negocios han tomado grandes precauciones.

En el Jewel City Bowl de Glendale y en el Matador Bowl de Northridge, el juego no será igual que antes de la pandemia, dijo el propietario Tony Sands. Con un 25% de capacidad, los jugadores de bolos tendrán que llevar mascarillas mientras lanzan las bolas. Se han instalado mamparas de plexiglás entre los pares de pistas. Se servirá comida y bebida, pero el menú se ha reducido considerablemente. Será necesario reservar.

Tenía grandes planes para el parón: aprender francés, volver a coser, limpiar mis armarios, releer los clásicos. No se cumplieron, pero aprendí mucho.

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El lunes por la noche se abrieron las pistas para las ligas de boliche con planes tentativos de reabrir al público la semana siguiente tras un año de cierre.

Sands dijo que la mayoría de la gente “se moría de ganas de volver”, pero calcula que alrededor del 25% de sus antiguos clientes se sentirán demasiado aprensivos para regresar inmediatamente.

Esa indecisión a la hora de reanudar algunas actividades de interior también ha afectado a los salones de manicura, a los que las nuevas directrices permitieron aumentar su capacidad del 50% al 75%. Tracy Tran, de 53 años, propietaria de un salón en South Gate, dice que ahora puede recibir hasta siete clientes dentro de su salón en un centro comercial muy concurrido. Pero tiene suerte si aparece alguien.

El lunes, solo tenía tres clientes. “Es lento”, dijo Tran. “Los clientes, mis habituales, siguen teniendo miedo. No vienen en absoluto”.

Los expertos señalan que cualquier expansión de la actividad -sobre todo en el interior- puede afectar a la transmisión. Según un estudio publicado el lunes por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la reapertura de un único bar interior en una comunidad rural de Illinois en febrero se ha relacionado con las infecciones de al menos 46 personas. La reapertura también provocó infecciones entre los asistentes al bar que perjudicaron a un centro de cuidados de larga duración, dejando a un residente allí hospitalizado, y provocó el cierre de una escuela que afectó a 650 estudiantes.

Aunque la transmisión de coronavirus sigue siendo baja en California, no hay garantía de que el estado no vaya a experimentar una nueva ola de infecciones. Recientemente, ha habido algunos indicios de que el ritmo de retroceso del coronavirus puede estar empezando a disminuir en el Estado Dorado.

Durante la última semana, el estado ha notificado una media de 2.705 nuevos casos de COVID-19 al día, lo que supone un ligero aumento respecto al promedio de 2.702 casos diarios registrados hace dos semanas, según los datos recopilados por The Times.

Es demasiado pronto para saber si ese aumento será un bache o el comienzo de una tendencia. En el condado de Los Ángeles, por ejemplo, Ferrer dijo el lunes que el condado no ha visto aumentar el número de casos tras la última ronda de reaperturas de hace unas semanas.

Algunos señalan que la estrategia de reapertura de California es más conservadora que la de otros estados, donde se han desechado las normas sobre mascarillas y los casos están subiendo.

“Soy muy cautelosamente optimista de que estamos en el camino correcto aquí en California, en comparación con otros estados que pueden haber abandonado los mandatos de mascarilla”, dijo el Dr. Robert Kim-Farley, un epidemiólogo médico de la UCLA. “Si los californianos siguen buscando la orientación de la comunidad a medida que abrimos la economía, deberíamos ser capaces de mantener esta misma tendencia a la baja y evitar parte del resurgimiento de la enfermedad que estamos viendo en otras partes del país”.

En el exterior del Bicycle Hotel & Casino, los invitados esperaron en fila en una entrada al estilo de la alfombra roja, donde el personal de seguridad comprobó las identificaciones y la temperatura. Una vez autorizados, se les dio la bienvenida al juego.

Era la primera vez que Tommy Reeves volvía a este club de cartas desde que comenzó la pandemia.

“Parece que los casos están bajando y me voy a vacunar el viernes”, dijo Reeves, de 55 años. “Llevo mascarilla todo el tiempo, así que me siento lo suficientemente bien como para salir”.

Después de que se le acabara el trabajo como músico profesional el año pasado, Reeves decidió probar una nueva carrera como jugador de póquer.

El lunes, por fin tuvo su oportunidad de probar suerte.

El redactor del Times Rong-Gong Lin II contribuyó a este informe.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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