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La ola antiinmigrante en California impulsó a los latinos a participar en política. Después de Trump, ¿podría volver a ocurrir?

Young people march and hold signs opposing "Prop. 187."
Estudiantes de UCLA marchan en protesta por la Proposición 187 el 6 de octubre de 1994. Manifestaciones similares se celebraron en otros 20 campus universitarios de California.
(Paul Morse / Los Angeles Times)
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El empresario Lou Correa abandonó sus planes de afiliarse al Partido Republicano. Raúl Ruiz, un estudiante de la UCLA en la cúspide de la escuela de medicina, descubrió su pasión por la política. Juan Vargas, que había sopesado ingresar al seminario, encontró finalmente su vocación: conseguir que más latinos votaran en las elecciones.

La chispa detrás del cambio sísmico en la vida de cada uno de ellos fue la tristemente célebre Proposición 187 de California, la iniciativa que los votantes aprobaron por abrumadora mayoría en 1994 para negar servicios públicos a quienes residieran en el país de forma ilegal.

Ruiz, Correa y Vargas se convertirían en miembros del Congreso.

También lo harían Jimmy Gómez, Pete Aguilar, Tony Cárdenas, Norma Torres y Alex Padilla.

Mucho antes de que un presidente llamara violadores a los mexicanos que cruzaban la frontera sur, la Proposición 187 impulsó a una generación de latinos de California a la vida cívica y a la política demócrata en cantidades nunca vistas, marginando al Partido Republicano durante décadas. Es una historia política ampliamente conocida.

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Tal vez sea menos conocido cómo muchos de esos activistas acabaron siendo demócratas en el Congreso, y cómo los recuerdos de la lucha contra esa iniciativa siguen guiando sus acciones hasta el día de hoy.

“¿Me inspiró a comprometerme más?” preguntó el representante Ruiz, de Coachella. “Claro que sí”.

Mirando hacia atrás, Ruiz y otros legisladores dicen que la infructuosa lucha para detener la Proposición 187 cambió sus trayectorias - y se preguntan si la retórica nativista y las políticas de inmigración del ex presidente Trump podrían provocar un despertar político nacional entre una nueva generación de estadounidenses.

Para muchos latinos, la Proposición 187 conllevaba la amenaza implícita de que no pertenecían a este país.

“Sentí que estaban diciendo que, aunque hayas nacido aquí, no eres realmente un estadounidense, aun cuando tu certificado de nacimiento diga que eres ciudadano de EE.UU”, dijo el representante Gómez, de Los Ángeles.

En 1993, California se enfrentaba a su peor crisis económica desde la Gran Depresión. El gobernador republicano Pete Wilson estaba en una dura campaña de reelección en un estado cada vez más diverso desde el punto de vista racial y étnico, que ya se inclinaba hacia el lado azul. La solución a la que llegaron los republicanos fue la Proposición 187, que negaba incluso a los niños los servicios de salud y la educación pública, y que ordenaba a los funcionarios estatales que informaran al gobierno federal de los sospechosos de no tener estatus legal.

El representante Aguilar, de Redlands, recordó cómo Wilson y el GOP impulsaron la iniciativa, demonizando a los inmigrantes. “Claramente”, dijo, “esto es lo que representaba el Partido Republicano”.

La propuesta

Cuando la Proposición 187 llegó a la boleta electoral en 1994, activistas y estudiantes como Ruiz se apresuraron a organizar las protestas. Más de 70.000 personas marcharon hacia el Ayuntamiento de Los Ángeles, la mayor protesta que se había visto en la ciudad desde la guerra de Vietnam. Decenas de miles de estudiantes de secundaria y preparatoria organizaron paros masivos desafiando a los administradores de las escuelas y a los funcionarios públicos que les exigían que permanecieran en clase.

Ruiz ya estaba involucrado en la organización de la comunidad en torno a temas de salud y chicanos, pero no había planeado una carrera en la política. Había prometido a los habitantes del parque de casas móviles de Coachella, en el que creció que, si le pagaban la inscripción a la universidad, volvería algún día como médico.

La Proposición 187 le demostró que la política era fundamental para la salud pública. Más tarde, cuando fue a Harvard a completar sus estudios de medicina, añadió una doble maestría en política y salud públicas.

La iniciativa también supuso un punto de inflexión para Correa. El empresario del condado de Orange era voluntario en la campaña de la demócrata Loretta Sánchez para el Ayuntamiento de Anaheim, pero estaba sopesando si hacerse republicano.

Dice que tenía una tarjeta de registro de votante ya completada, lista para entregarla. Pero no pudo, no después de que los republicanos culparan a la inmigración de los problemas del estado. Se unió a la lucha contra la Proposición 187.

“Me ofrecí activamente para decir que esto no es americano, que esto no es correcto”, dijo Correa. “Todos nosotros habíamos crecido con parte de nuestra familia indocumentada o con nuestros amigos y vecinos indocumentados”.

Vargas, de San Diego, había renunciado a su sueño de ser sacerdote católico y estaba buscando otra vocación cuando se enteró de la Proposición 187. Aunque cumplía su primer mandato en el Ayuntamiento de San Diego, se debatía si debía volver a una lucrativa carrera como abogado.

A person sits behind a desk with the nameplate "JUAN VARGAS."
Juan Vargas en el Ayuntamiento de San Diego en 1999.

Entonces los votantes aprobaron la iniciativa con 59% contra 41% e impulsaron a Wilson a otro mandato.

“No pude levantarme a la mañana siguiente”, dijo Vargas. “Pensé que era un desastre para California, pero resultó ser lo mejor. Realmente despertó a un gigante dormido”.

Las demandas estatales y federales impidieron que la Proposición 187 entrara plenamente en vigor. Un juez la declaró inconstitucional en 1997; el sucesor de Wilson, Gray Davis, retiró el recurso del estado en 1999.

Aun así, los latinos consternados se registraron para votar, se ofrecieron como voluntarios en las campañas y se postularon para cargos locales, estatales y federales en un número sin precedentes.

Vargas calcula que ayudó a 10.000 personas a convertirse en votantes. Después de siete años en el Concejo Municipal y una docena de años en Sacramento, Vargas fue al Congreso en 2013, donde se convirtió en un conocido defensor de los inmigrantes y de ofrecerles acceso a los servicios públicos y financieros.

Muchos latinos en California, como Torres, también se convirtieron en ciudadanos estadounidenses tras décadas como residentes legales permanentes. La organización sindical llevó a Torres al Ayuntamiento de Pomona, a la Cámara de Representantes del Estado y luego al Congreso.

Correa tenía previsto dedicarse a las inversiones, pero se decantó por la política porque vio que la historia se repetía en el impacto de la Proposición 187 sobre los hijos de inmigrantes nacidos en Estados Unidos que se encuentran en el país de forma ilegal, lo que le recordó cómo su padre, ciudadano estadounidense, se fue a vivir a México durante la crisis económica de los años 30 porque sus padres, que no eran ciudadanos, fueron deportados.

A girl sits on a man's shoulders, with a police officer standing next to them.
Con su hija Emilia a hombros, Lou Correa posa con un agente de policía durante un acto de campaña en 1999. Se inspiró en la Proposición 187 de 1994 para seguir siendo demócrata y presentarse a las elecciones.
(Office of Rep. Lou Correa)

Correa perdió su primera candidatura a la Asamblea estatal en 1996 por 93 votos, pero venció fácilmente al titular republicano dos años después. Décadas en la política estatal y local le llevaron al Congreso en 2016, para sustituir a Sánchez.

Mientras tanto, cuando Cárdenas, de Los Ángeles, se presentó a su primera carrera para la Asamblea, pidió a Padilla, que había abandonado una carrera de ingeniería para luchar contra la Proposición 187, que gestionara esa campaña de 1996. Ahora, vuelven a ser colegas en el Capitolio. Padilla es el primer latino que representa a California en el Senado.

La representante Cárdenas se convirtió en presidenta del brazo de recaudación de fondos del Caucus Hispano del Congreso y ayudó a duplicar el número de latinos en el Congreso. Dentro de la delegación de 53 miembros de la Cámara de California, la cifra se cuadruplicó de cuatro a 16 desde 1994.

El presidente y el futuro

Varios legisladores dijeron a The Times que tuvieron recuerdos inmediatos de la Proposición 187 cuando Trump comenzó su campaña para presidente con una declaración asombrosa sobre las personas que cruzan la frontera desde México trayendo drogas y crimen.

La ira y la consternación que la Proposición 187 había desencadenado volvieron, dijeron los legisladores latinos, cuando la administración Trump separó por la fuerza a miles de niños y sus padres en la frontera de Estados Unidos, y propuso descalificar a las personas para obtener tarjetas de residencia si habían utilizado la asistencia pública de salud, alimentos y vivienda, o tuvieran que utilizar esa asistencia pública en el futuro.

Que tantos estadounidenses apoyaran las acciones y palabras de Trump fue una sacudida que llevó a muchos votantes anti-Trump a las urnas en 2020, dijo Cárdenas.

“Muchos de nosotros de California dijimos que lo que Pete Wilson era para California, Donald Trump iba a ser para el país. Y creo que estamos viendo señales de eso”, agregó.

A los líderes latinos del GOP en California les preocupa que las propuestas de Donald Trump para reprimir la inmigración ilegal y su tono deshagan sus esfuerzos por reparar la relación entre los votantes latinos y el partido republicano.

Las primeras evidencias de grupos políticos y de defensa sugieren que los votantes latinos se involucraron más en la política nacional a partir de que Trump asumió el cargo, con más candidatos latinos presentándose a las elecciones de 2018 y 2020. Las solicitudes de naturalización han repuntado desde que el presidente Biden anuló muchas de las políticas de inmigración de Trump.

Aun así, dijo Gómez, hay diferentes factores en acción ahora, y una repetición del activismo de la Proposición 187 podría jugar de manera diferente a nivel nacional. El electorado latino del país es mucho más diverso que la población mayoritariamente mexicoamericana de California que se volcó a las calles para protestar por la Proposición 187.

“Nos falta una cohesión común porque tenemos diferentes identidades y distintas historias”, dijo Gómez.

En Florida y Nueva York es más probable que vivan personas cuyas familias son originarias de Cuba, Puerto Rico o República Dominicana. Muchos estados han visto inmigrantes centroamericanos más recientes, mientras que algunas partes del suroeste tienen poblaciones latinas que se remontan a cuando los estados todavía formaban parte de México.

Aunque los latinos fueron una parte crucial de la capacidad de los demócratas para ganar la Casa Blanca y el Senado en 2020, también se decantaron por Trump en un número mayor del esperado, incluso en California y especialmente en Texas y Florida.

El análisis de los votantes que acaba de publicar el Pew Research Center muestra que Trump ganó el 38% de los votantes latinos en 2020, frente al 28% de 2016.

Trump convirtió las elecciones de 2016 en una cuestión de inmigración, dijo Stephanie Valencia, presidenta de Equis Research, una empresa de encuestas e investigación demócrata centrada en los latinos. Pero la pandemia del COVID-19 y los cierres nacionales hicieron que la elección presidencial girara en torno a la economía, un tema que los votantes latinos, como la mayoría de los estadounidenses, enumeran habitualmente como su preocupación más acuciante.

Los legisladores latinos dijeron que podrían pasar años antes de que quede claro si la retórica y las políticas de Trump agitarán a los latinos más jóvenes de la manera en que la Proposición 187 los movilizó, pero algunos ya apuntan a señales de un nuevo tipo de activismo.

“En California fueron los jóvenes hispanos los que salieron de las escuelas... y organizaron las protestas y las marchas contra la Proposición 187”, dijo Ruiz, que ahora dirige el Caucus Hispano del Congreso. “Con Trump, fue una amplia coalición, un grupo multiétnico que se unió. Nuestra población joven es ahora más diversa que nunca, y sus recuerdos siguen en su memoria”.

En California, esos recuerdos hicieron que los votantes latinos no olvidaran la Proposición 187 ni que Wilson la había defendido.

Gómez, que llegó a la política a través de una clase de organización comunitaria después de la Proposición 187, dijo que en 2006 los sindicatos todavía utilizaban a Wilson “como el hombre repudiado para movilizar el voto latino”. Espera que ocurra lo mismo con Trump.

Cuando Ruiz obtuvo por primera vez su escaño en el Congreso en 2012, desbancando a la titular republicana Mary Bono Mack, publicó anuncios de campaña con una foto de ella posando con Wilson. El exgobernador llevaba 13 años fuera del cargo pero, como dijo Ruiz, los recuerdos duran mucho tiempo.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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