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El condado de Los Ángeles registra una gran disminución en las hospitalizaciones por COVID-19

A woman receives a COVID-19 vaccine
Sarith Mey, centro izquierda, farmacéutica y pasante graduada de Rite Aid, administra una inyección a la estudiante Fritzi Bui, de 29 años, durante una clínica de vacunación contra COVID-19 en Cal State Dominguez Hills.
(Christina House / Los Angeles Times)
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La cantidad de personas hospitalizadas con COVID-19 en Los Ángeles ha disminuido por debajo de 1.000 por primera vez en dos meses, lo que subraya el progreso lento, pero constante, de la región para cambiar el rumbo del último aumento de coronavirus.

El martes, 991 pacientes con COVID-19 estaban recibiendo atención hospitalaria en todo el condado. Eso es un 40% menos desde principios de septiembre, según muestran los datos estatales.

A mediados de agosto, durante el apogeo de la ola actual impulsada por la variante Delta, casi 1.800 personas en todo el condado fueron hospitalizadas con COVID-19 algunos días.

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La región también ha experimentado una disminución significativa en el número de individuos lo suficientemente enfermos como para requerir cuidados intensivos. Hasta el martes, 305 pacientes estaban en unidades de cuidados intensivos (UCI) en todo el condado, una reducción del 31% desde principios de mes.

El condado más poblado de California refleja y dicta la trayectoria de la pandemia en todo el estado. En la entidad, 5.986 pacientes con coronavirus fueron hospitalizados el martes, una disminución del 28% desde principios de mes.

Pero esa tendencia de alto nivel no es una realidad en todos los rincones de la entidad.

Algunos hospitales en el Valle Central del estado continúan inundados de pacientes con COVID-19. Los funcionarios de salud han informado que varias personas en estado crítico han tenido que esperar días para ser trasladadas a la UCI desde la sala de emergencias. Y algunas instalaciones en Fresno han estado peligrosamente cerca de tener que racionar la atención médica debido a la limitación de recursos y personal.

En todo el Valle de San Joaquín, que el estado define como Calaveras, Fresno, Kern, Kings, Madera, Mariposa, Merced, San Benito, San Joaquín, Stanislaus, Tulare y Tuolumne, los hospitales han informado que, durante 22 días seguidos, tienen menos del 10% de camas de UCI para adultos disponibles.

“Todavía estamos allí, analizando las cosas día a día, e incluso hora a hora, para ver cómo podemos hacer coincidir los recursos con las necesidades”, señaló el oficial de salud interino del condado de Fresno, el Dr. Rais Vohra, en una conferencia de prensa la semana pasada.

Las otras cuatro regiones delineadas por el estado, el norte de California, el Área de la Bahía, el área metropolitana de Sacramento y el sur del estado, tenían al menos el 15.8% de sus camas de UCI para adultos con personal disponibles a partir del martes.

En general, el Área de la Bahía y el Sur de California tienen las tasas de hospitalización por COVID-19 más bajas de la entidad. Por cada 100.000 residentes, el Área de la Bahía tiene una tasa de nueve pacientes hospitalizados por coronavirus; el sur de California tiene 12 pacientes.

Por el contrario, la región del Gran Sacramento tiene un índice de 15; la zona rural del norte de California, 31; y el Valle de San Joaquín, 34.

Algunos expertos comentan que puede ser prudente implementar medidas de emergencia, como requerir cubrebocas en entornos públicos interiores, cuando las tasas de hospitalización por COVID-19 superan cinco o más por cada 100.000 residentes.

Incluso dentro del sur de California, existen diferencias en los índices de hospitalización. Por cada 100.000 residentes, los condados de Los Ángeles y Orange están reportando 10 hospitalizaciones por coronavirus, mientras que San Diego registra 13 y Ventura, 11. Pero Riverside reporta 18 y San Bernardino tiene 19.

La tasa estatal es de 15 hospitalizaciones por COVID-19 por cada 100.000 residentes.

Las hospitalizaciones son el eslabón intermedio en la cadena de transmisión del coronavirus, lo que refleja aumentos en las infecciones que generalmente ocurrieron semanas antes y pronostica un incremento de decesos en los días y semanas próximos.

Dadas las tendencias de hospitalización, no es de extrañar que Los Ángeles y California en su conjunto hayan visto caer sus tasas diarias de casos desde sus picos de verano.

Durante la última semana, el estado informó un promedio de 7.733 nuevos casos de coronavirus por día, con 1.492 de esas infecciones registradas en Los Ángeles, según datos compilados por el Times. Ambas cifras han bajado un 27% con respecto a hace dos semanas.

Sin embargo, el número de personas que mueren a causa del COVID-19 sigue siendo elevado. Se ha informado de un promedio de 110 nuevos decesos diarios durante la última semana, un 24% más que hace dos semanas.

Durante el transcurso de la pandemia, el COVID-19 ha cobrado la vida de casi 68.000 californianos.

Incluso con las crecientes indicaciones de que la ola actual de coronavirus está retrocediendo, los funcionarios continúan enfatizando que aquellos que no están vacunados permanecen expuestos a infecciones y enfermedades, especialmente dada la omnipresencia de la variante Delta altamente infecciosa.

Los funcionarios no solo abogan por que las personas se inoculen contra el COVID-19, sino que también instan a la gente a que se vacune contra la gripe, ya que las bajas tasas de inoculación para cualquiera de los dos virus podrían provocar un aumento de las enfermedades respiratorias este otoño e invierno, renovando la presión en los hospitales.

Del 5 al 11 de septiembre, el índice promedio de casos de coronavirus entre los californianos no vacunados que tenían al menos 16 años fue de aproximadamente 63 por cada 100.000 personas al día, casi ocho veces la tasa entre los residentes inoculados de edad similar, según el Departamento de Salud Pública de California.

El riesgo de ser hospitalizado también es mucho mayor para los no vacunados.

En Los Ángeles, 1.359 personas completamente inoculadas habían sido admitidas con COVID-19 hasta el 14 de septiembre. Sin embargo, eso representa solo el 0.025% de los 5.44 millones de individuos que habían completado su régimen de vacunación para esa fecha.

Dado que los datos continúan demostrando la eficacia de los antígenos, los funcionarios están contemplando cada vez más su aplicación obligatoria en ciertos lugares de trabajo o como condición previa para visitar negocios o lugares específicos.

La semana pasada, el condado emitió una nueva orden de salud que requerirá que los clientes y empleados de bares interiores, bodegas, cervecerías, clubes nocturnos y salones tengan al menos una dosis antes del 7 de octubre y estén completamente inoculados antes del 4 de noviembre.

A partir del 7 de octubre, los participantes y trabajadores en eventos o entornos al aire libre con más de 10.000 asistentes, incluidos parques temáticos y estadios deportivos, también deberán proporcionar evidencia de vacunación o demostrar que recientemente dieron negativo en la prueba del coronavirus.

Dichos requisitos ya existen en todo el estado para eventos bajo techo con más de 1.000 asistentes.

“Nuestra esperanza es que, con la implementación completa de estos mandatos, creemos condiciones que no favorezcan un ciclo continuo de sobrecargas alimentadas por nuevas variantes de preocupación del virus”, señaló el martes la directora de salud pública del condado de Los Ángeles, Bárbara Ferrer.

El Ayuntamiento de Los Ángeles también está considerando su propia ley para exigir a los clientes de restaurantes y gimnasios en interiores que tengan al menos una dosis de la vacuna contra COVID-19. Abogados de la ciudad están redactando una ordenanza propuesta.

Los Ángeles está lejos de ser la única.

West Hollywood el 11 de octubre requerirá que los clientes mayores de 18 años muestren pruebas de que están completamente inoculados para ingresar a restaurantes, bares, clubes, teatros y gimnasios bajo techo, así como a establecimientos de cuidado personal, incluidas peluquerías, salones de uñas y servicios de bronceado.

Palm Springs y la vecina Cathedral City han ordenado a los clientes mayores de 12 años que presenten una evidencia de la vacunación contra COVID-19 o una prueba reciente de coronavirus negativa para ingresar a restaurantes y bares interiores.

San Francisco y Berkeley ya requieren que los clientes mayores de 12 años muestren un comprobante de inoculación para ingresar a bares, restaurantes, clubes, gimnasios y grandes eventos en interiores. No se permite una prueba de coronavirus negativa como alternativa.

En el condado de Contra Costa, el miércoles entró en vigor una nueva orden de salud que estipula que los clientes de 12 años o más deben mostrar evidencia de vacunación completa o un resultado negativo de la prueba de coronavirus, antes de ingresar a restaurantes, bares y gimnasios en interiores.

El lunes, entró en vigor una orden de salud en San José, que requiere que los operadores o anfitriones de grandes eventos en interiores en instalaciones que son propiedad de la ciudad, con más de 50 invitados, requieran que todos los asistentes de 12 años o más muestren evidencia de inoculación completa antes de ingresar a las instalaciones, incluido SAP Center, hogar de los Sharks de San José, y el Centro de Convenciones McEnery.

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