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El coronavirus pone a la industria porcina en modo de crisis, algunos granjeros ya sacrifican lechones

Chris Petersen looks at a Berkshire hog in a pen on his farm near Clear Lake, Iowa.
Chris Petersen mira un cerdo de Berkshire en un corral en su granja, cerca de Clear Lake, Iowa. El COVID-19 ha creado problemas para todo el sector agropecuario, pero los productores de cerdo se han visto especialmente afectados.
(Charlie Neibergall / Associated Press)
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Después de soportar prolongadas disputas comerciales y escasez de trabajadores, los criadores de cerdos de EE.UU estaban listos para entrar en plena actividad este año, con expectativas de aumentos de precios en medio de una creciente demanda interna y extranjera.

En lugar de ello, los cierres de restaurantes por el coronavirus han contribuido a una pérdida estimada de $5 mil millones para la industria, y casi de la noche a la mañana millones de cerdos acumulados en granjas ahora tienen poco valor. Algunos granjeros han recurrido a sacrificar lechones porque la caída de las ventas significa que no hay espacio para retener animales adicionales, en condiciones cada vez más estrechas.

“Un productor lo describió el otro día como una bola de nieve que rueda cuesta abajo. Cada interrupción adicional que tenemos agrega un poco a eso, y a qué tan rápido y grande será cuando finalmente nos caiga encima”, destacó Mike Paustian, quien cultiva 2.400 acres de maíz y soya, y vende 28.000 cerdos al año cerca de la pequeña comunidad de Walcott, en el este de Iowa.

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El COVID-19, que es causado por el coronavirus, ha creado problemas para todo el sector agropecuario, pero los productores de cerdo se han visto especialmente afectados. Entraron esta primavera en condiciones financieras inestables porque los aranceles habían reducido drásticamente las ventas a China y México. Muchos tenían problemas para conseguir suficientes trabajadores, en parte debido a las políticas federales de inmigración. Más tarde, la demanda se desplomó porque el virus obligó al cierre de restaurantes, hoteles y otras empresas que compran alrededor del 25% de la carne de cerdo, incluidas casi las tres cuartas partes del tocino producido en EE.UU.

El mayor problema podría empeorar, ya que los mataderos gigantes adicionales -que pueden procesar más de 20.000 cerdos por día- debieron cerrar sus puertas, al menos temporalmente, a medida que el virus se propaga entre los trabajadores. La industria mata de 10 a 12 millones de cerdos al mes.

Mientras que los productores de aves de corral pueden ralentizar la producción al no incubar pollos y los ganaderos pueden mantener el ganado en pastos por más tiempo, los productores de carne de cerdo no tienen buenas opciones. Los cerdos se crían dentro de los establos con espacio limitado, y lleva tiempo detener el ciclo de reproducción de esa especie. “Estamos en crisis y necesitamos la intervención inmediata del gobierno para mantener un sector agrícola esencial para el suministro de alimentos de la nación”, afirmó Howard Roth, un productor de Wauzeka, Wisconsin, presidente del Consejo Nacional de Productores de Cerdo, grupo comercial de la industria.

La entidad pidió al gobierno federal que compre carne de cerdo congelada por valor de mil millones de dólares que estaba destinada a restaurantes para, en cambio, entregarla a los bancos de alimentos, asediados por personas que han perdido sus empleos en medio del brote.

El viernes, el Departamento de Agricultura de EE.UU (USDA) anunció que compraría productos frescos, lácteos y carne por $3 mil millones, para los bancos de alimentos. Roth dijo que, con suerte, la compra ayudará a movilizar un cierto suministro de carne y colaborará con aumentar los precios. El USDA también planea efectuar pagos directos a los productores de carne de cerdo por un total de $1.6 mil millones, con límites individuales de $250.000.

Para Roth la ayuda es apreciada pero no es suficiente para resolver los problemas. Los granjeros también han recibido exenciones de emergencia del gobierno para aumentar la cantidad de cerdos que pueden mantener en los establos más allá de los límites normalmente permitidos. Aún así, aquellos sin espacio adicional se enfrentan a la posibilidad de matar a los animales que no pueden alimentar. “Lamentablemente, la eutanasia es una pregunta que surgirá en las granjas”, adelantó Roth.

Paustian, el agricultor del este de Iowa, consideró que lo más frustrante es la incertidumbre y las cancelaciones de las entregas de cerdos a los productores. Aún si la mayoría de los mataderos siguieran operando, las plantas son grandes y su cierre es una dificultad severa para los criadores de cerdos que operan en la región, consideró.

Debido al cierre de una planta a unas 40 millas de distancia, en Columbus Junction, Iowa, los granjeros en el área de Paustian están enviando animales a otras instalaciones del estado y de Indiana.

“Los productores ahora la pasan en ascuas siempre, y nadie sabe si van a liberar sus cargas. Las programan, luego se cancelan. Es una especie de montaña rusa de emociones para los productores en este momento”, afirmó Paustian.

Algunos de sus productores conocidos han podido vender aproximadamente la mitad de los cerdos que normalmente envían al mercado. Eso es suficiente para sobrevivir unas pocas semanas, pero no es sostenible, indicó.

Para muchos productores, la pandemia de COVID-19 será la gota que colmó el vaso, agregó Nick Giordano, vicepresidente del Consejo Nacional de Productores de Carne de Cerdo. “Escuchamos historias de muchos productores. Están resistiendo como pueden”, comentó.

Además de buscar que se concreten las compras para los bancos de alimentos y los pagos directos a los productores, el grupo quiere que las empresas agrícolas sean elegibles para un programa federal de préstamos por desastre, debido a los fuertes daños económicos.

Aunque no niegan los problemas de la industria, algunas personas que crían cerdos de forma independiente señalan que el coronavirus reveló otra verdad: que la industria depende demasiado de unas pocas grandes corporaciones internacionales que supervisan todo, desde la cría hasta plantas de procesamiento e incluso la comercialización y las ventas.

Chris Petersen, un granjero del norte de Iowa, cría cerdos Berkshire “a la antigua usanza”, en establos individuales en lugar de grandes edificios de confinamiento. El hombre lamenta la pérdida de los granjeros independientes, que comercializaban animales en las estaciones de compra cercanas y luego los llevaban a plantas empacadoras más pequeñas, mucho más próximas a las granjas. “Es un sistema muy frágil porque todo tiene que funcionar correctamente”, expuso Petersen.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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