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Los pacientes de COVID-19 evitan los hospitales y prefieren ser tratados a domicilio

A nurse practitioner discusses health data with a patient recovering from pneumonia at his home
La enfermera practicante Sadie Páez analiza datos de salud con William Merry, quien se está recuperando de una neumonía en su casa en Ipswich, Massachusetts.
(Elise Amendola / Associated Press)
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A medida que los hospitales atienden a las personas con COVID-19 y tratan de evitar que otros contraigan el coronavirus, más pacientes optan por recibir tratamiento donde se sienten más seguros: en el hogar.

En todo EE.UU, los programas de “hospital en casa” crecen a medida que avanza la pandemia, gracias a la tecnología de las comunicaciones, los equipos médicos portátiles y los grupos de doctores, enfermeros, radiólogos y paramédicos dispuestos a hacerlo. Eso reduce las tensiones en los centros médicos y alivia los temores de los pacientes.

Los programas representan una pequeña porción de las aproximadamente 35 millones de hospitalizaciones en EE.UU cada año, pero están creciendo rápidamente gracias a los aumentos de Medicare y las aseguradoras de salud privadas. También podrían volverse más populares entre los consumidores adictos a las entregas a domicilio y otras comodidades vinculadas con internet.

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Los pacientes elegibles generalmente están gravemente enfermos con afecciones comunes como insuficiencia cardíaca crónica, enfermedades respiratorias, complicaciones de la diabetes, infecciones e incluso COVID-19. Pero no necesitan cuidados intensivos las 24 horas.

En lugar de ello tienen acceso a centros de comando 24 horas al día y siete días a la semana a través de dispositivos de monitoreo y video que transmiten sus signos vitales, y reciben varias visitas domiciliarias diarias de un equipo médico dedicado. Al igual que en un hospital, pueden presionar un botón de emergencia en cualquier momento para recibir ayuda instantánea.

La investigación sobre estos programas durante los últimos 25 años muestra que los pacientes se recuperan más rápido, tienen menos complicaciones y están más satisfechos, mientras que los costos pueden ser un tercio más bajos.

Los médicos, los funcionarios de hospitales y los pacientes pregonan otras ventajas: los pacientes descansan más cuando duermen en su propia cama. Pueden comer lo que quieran, empezar a moverse más rápido y salir a tomar aire fresco. Es menos probable que se decaigan cuando se encuentran en un entorno familiar, donde cuentan con el apoyo de la familia e incluso de sus mascotas.

“Recomendaría en un santiamén que cualquiera pueda quedarse en casa”, aseguró William Merry, quien recibió atención por neumonía en julio en su casa en Ipswich, Massachusetts. “Nunca hubo ningún problema. Nunca”.

Merry, que había soportado una incómoda estadía en el hospital hace seis años, rechazó otra cuando las píldoras de antibióticos no mejoraron su infección pulmonar y su temperatura llegó a los 103. Por lo cual su médico coordinó la atención a través de Medically Home, con sede en Boston.

Nurse practitioner Sadie Paez looks over medical equipment in William Merry's dining room.
La enfermera practicante Sadie Páez revisa el equipo médico en el comedor de William Merry.
(Elise Amendola / Associated Press)

Merry y su esposa Linda, una enfermera jubilada, se sorprendieron de la rapidez con que el servicio transformó su comedor en una habitación de minihospital. Los técnicos instalaron el equipo médico, les dieron suministros y tanques de oxígeno y les explicaron cómo funcionaba todo.

Eso alivió su estrés, al igual que las videollamadas regulares con un médico. Recibieron horarios diarios que enumeraban las visitas planificadas del personal médico, las extracciones de sangre, los análisis, la administración de medicamentos intravenosos y otros cuidados, detalló.

“Creo que es realmente importante”, comentó, “que la persona tenga a alguien que pueda estar en casa”.

El Dr. Bruce Leff, profesor de geriatría en la Escuela de Medicina Johns Hopkins y pionero en hospitales domiciliarios, realizó estudios piloto hace años. Encontró beneficios para los pacientes de edad avanzada que, como dijo, “básicamente serían aplastados por una estadía en hospital” debido al riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos e infecciones, delirio y pérdida de movilidad.

Incluso antes de que surgiera la pandemia de COVID-19 a principios de este año, algunos hospitales estaban considerando programas de atención domiciliaria para absorber los picos temporales de pacientes y evitar el alto costo de nuevos edificios.

Se desconoce exactamente cuántos programas de EE.UU existen, pero cuando llegó el COVID-19, algunas instituciones se apresuraron a inscribirse en Medically Home y servicios similares.

Contessa Health, con sede en Nashville, Tennessee, que atiende a 14 sanatorios en seis estados, agregará dos hospitales más en breve y está negociando contratos potenciales para unos 20 más. El volumen de pacientes aumentó un 140% desde el año pasado, y la compañía añadió atención para los pacientes “admitidos” de las clínicas de atención de urgencia y oncológicas.

Otra empresa, DispatchHealth, se enfocó en evitar las visitas a la sala de emergencias mediante el envío de paramédicos para efectuar diagnóstico, administrar medicamentos y otros cuidados en los hogares de los pacientes o en otros lugares.

La compañía con sede en Denver tiene más de 200 contratos con aseguradoras en 19 mercados estadounidenses para tratar a personas gravemente enfermas y lesionadas en el hogar. Después de poner a prueba un programa de hospital a domicilio en noviembre, ahora tiene programas en ejecución en tres ciudades y planea una expansión rápida.

Algunos sanatorios han montado sus propios programas en el hogar. A fines de marzo, ocho de los 36 hospitales del sistema Atrium Health, en Carolina del Norte y del Sur, y en Georgia, iniciaron uno para pacientes con COVID-19 que no necesitan cuidados intensivos. Ya han tratado a unas 11.000 personas.

Nurse practitioner Sadie Paez uses a stethoscope to listen to William Merry's chest.
La enfermera practicante Sadie Páez usa un estetoscopio para escuchar el pecho de William Merry, quien se está recuperando de una neumonía en su casa.
(Elise Amendola / Associated Press)

Mientras tanto, los hospitales con programas existentes están viendo que muchos más pacientes eligen la atención en el hogar.

En Nueva York, el programa Mount Sinai at Home pasó de atender 10 pacientes al mes a 30, señaló su directora, la Dra. Linda DeCherrie. Desde entonces, el programa incorporó un servicio en el que los pacientes comienzan la atención dentro del hospital y luego finalizan el tratamiento en casa. “Todos a quienes se lo ofrecimos dijeron que sí”, dijo DeCherrie.

El modelo de hospital en el hogar se ha utilizado a pequeña escala en EE.UU desde mediados de la década de 1990, comentó la especialista, pero se retrasó porque muchos planes de seguro, incluido el Medicare tradicional, no lo cubrían completamente.

Cuando llegó la pandemia, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid dejaron que los hospitales facturaran temporalmente la atención fuera de sus instalaciones, incluso en los hogares de los pacientes. Muchas aseguradoras privadas también cubren la atención hospitalaria a domicilio durante la pandemia.

Los grupos hospitalarios y otros quieren que el Congreso haga esos cambios permanentes, con los mismos costos que la atención hospitalaria.

Raphael Rakowski, cofundador de Medically Home, una empresa con cuatro años de antigüedad, dijo que el número de pacientes tratados en julio se multiplicó por diez a comparación del mismo mes en 2019. “Nuestro negocio está en auge debido al COVID”, reconoció.

Ahora trata a pacientes de 10 sanatorios y un grupo de médicos en cinco estados, incluidos dos que se establecieron poco después de la pandemia. Dos hospitales de Mayo Clinic se unieron este verano. Medically Home debería funcionar en 12 estados a principios de 2021, adelantó Rakowski.

A algunos pacientes se les ofrece atención en el hogar después de ser examinados en una sala de emergencias, comentó el empresario. En otros casos, los médicos coordinan la atención de los pacientes que reciben tratamiento contra el cáncer, los que padecen una enfermedad repentina, quienes están a punto de someterse a una cirugía o aquellos confinados en casa con complicaciones peligrosas.

La Administración de Salud para Veteranos opera 12 programas de hospital a domicilio, que brindaron cuidados a 1.120 veteranos el año pasado.

Algunos acaban de salir de la cárcel, otros salieron de las calles. Prácticamente no tienen empleo. Pero gracias a COVID-19, una organización sin fines de lucro de L.A. puede ponerlos a trabajar en hoteles que fueron tomados para albergar a los desamparados durante la pandemia.

Ago. 26, 2020

Más veteranos están usando el programa durante la pandemia, observó Dayna Cooper, directora de los programas domiciliarios de la agencia. Uno de los más ocupados, en San Antonio, tuvo un aumento del 90% en los veteranos tratados de marzo a junio en comparación con el año pasado.

Otros cuatro de los 170 hospitales de la agencia están trabajando para iniciar sus respectivos programas. Según Cooper, estudios de los programas en Cincinnati y Honolulu encontraron que estos redujeron los costos entre un 29% y un 38%, sin generar diferencias en la supervivencia o las readmisiones hospitalarias.

Si bien el interés en los programas se ha disparado, el hecho de que la atención hospitalaria a domicilio florezca después de la pandemia depende en gran medida de si el gobierno y las aseguradoras privadas continúan cubriéndola a precios rentables. De no ser así, concluyó Leff: “Creo que la mayoría de los hospitales volverán a la normalidad”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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