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Trump recibió Dexametasona para el COVID-19. Esto es lo que se interpreta sobre su condición médica

A box containing dexamethasone
Un empleado de una farmacia sostiene una caja que contiene Dexametasona.
(AP)
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El tratamiento demasiado agresivo de pacientes muy importantes es una tradición consagrada, dicen los médicos.

Pero si las decisiones de los médicos del presidente Trump están guiadas por una investigación sólida y disponible públicamente, sugieren que su respuesta temprana a su infección por coronavirus provocó una gran preocupación por su pronóstico.

Aunque el uso del antiviral Remdesivir ahora es estándar para una amplia gama de pacientes con COVID-19, el esteroide Dexametasona se considera seguro solo cuando un paciente parece tener un alto riesgo de desarrollar el tipo de respuesta inflamatoria hiperactiva que puede conducir a insuficiencia orgánica y muerte.

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El estudio Recovery de Reino Unido, que reveló por primera vez que la Dexametasona podría ser útil para los pacientes con COVID-19, no encontró “ninguna evidencia de beneficio para los pacientes que no necesitaban oxígeno”.

Fue seguido por un estudio de EE.UU que identificó los peligros potenciales de administrar Dexametasona a pacientes que no parecían estar en camino a una enfermedad grave.

En pacientes con niveles muy altos de proteína C reactiva, que es producida por el hígado en respuesta a la inflamación, los corticosteroides como la Dexametasona redujeron la probabilidad de ventilación mecánica o muerte en un 75%, según el estudio de Estados Unidos, que apareció en el Journal of Hospital Medicine.

Un panel asesor de EE.UU dice que las decisiones sobre quién debe tener prioridad para las vacunas COVID-19 deben centrarse en las zonas desfavorecidas para remediar las disparidades raciales de salud.

Oct. 5, 2020

Pero en los pacientes cuyos niveles de proteína C reactiva no estaban muy elevados, los esteroides parecen haber perjudicado en lugar de ayudar. De hecho, estos pacientes con COVID-19 tenían tres veces más probabilidades de morir o requerir ventilación mecánica que los pacientes similares que no recibieron los esteroides, informó el estudio.

Si los médicos de Trump siguen las recomendaciones del estudio Recovery y le administran 6 mg de Dexametasona una vez al día durante 10 días, su tratamiento podría extenderse hasta el 14 de octubre, un día antes de que esté programado el segundo debate presidencial en Miami.

Además de aumentar su presión arterial y sus niveles de azúcar en la sangre, esa dosis durante ese período de tiempo podría afectar el estado de ánimo del presidente, su sueño y su memoria.

“Los trastornos psiquiátricos inducidos por corticosteroides son comunes”, según una revisión publicada en Mayo Clinic Proceedings. Los efectos secundarios pueden incluir “manía, depresión, estados afectivos psicóticos o mixtos, déficits cognitivos y trastornos psiquiátricos menores (irritabilidad, insomnio, ansiedad, estado de ánimo lábil)”.

En un análisis, los investigadores calcularon que poco más de una cuarta parte de los pacientes sin antecedentes psiquiátricos desarrollaron síntomas leves a moderados mientras tomaban dosis similares a la que probablemente está recibiendo el presidente.

Uno de los estudios incluidos en ese análisis encontró que la distracción y el deterioro intermitente de la memoria eran evidentes en el 79% y el 71% de los pacientes, respectivamente.

Además, un estudio en el Journal of Neuroscience concluyó que las deficiencias en la memoria declarativa (la capacidad de retener y recordar hechos y eventos conocidos) pueden surgir en aquellos que reciben tratamientos estándar con Dexametasona después de solo cuatro a cinco días.

Para leer esta nota en inglés,haga clic aquí.

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