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Columna: No acepte simplemente un recorte en su límite de crédito. Puede defenderse

A hand holding credit cards.
A una mujer del sur de Los Ángeles le dijeron que el límite de una tarjeta de crédito que tuvo durante 36 años se redujo porque no la usó lo suficiente durante la pandemia.
(Associated Press)
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Las compañías de tarjetas de crédito merecen, bueno, crédito por ayudar a los titulares de tarjetas a sobrevivir a la pandemia. La mayoría de los principales emisores de tarjetas estaban dispuestos a ser flexibles con los pagos y algunos incluso renunciaron a los cargos por pagos atrasados.

Pero muchas compañías de tarjetas también giraron los tornillos en forma silenciosa pero agresiva con los clientes.

En medio de las peores condiciones económicas desde la Gran Depresión, los emisores de tarjetas se han protegido recortando los límites de crédito de muchos clientes, a menudo sin advertencia ni explicación.

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Casi un tercio de todos los titulares de tarjetas de Estados Unidos redujeron su límite de crédito o cerraron su cuenta durante los primeros cuatro meses del año, según una encuesta reciente de LendingTree.

Eso es aproximadamente 62 millones de personas, además de las decenas de millones que enfrentaron problemas similares el año pasado.

Junto con un poder adquisitivo reducido, un límite más bajo significa que probablemente usará un porcentaje mayor de crédito disponible cada mes. Esto puede dañar su puntaje crediticio.

Rosalind Goddard, de 77 años, fue una de las personas a las que recientemente se les notificó de la nada que ya no se la considera tan digna de crédito como antes.

La residente del sur de Los Ángeles comentó que después de 36 años como titular de la tarjeta Nordstrom y cliente frecuente de los grandes almacenes de la compañía de Seattle, su límite de crédito se redujo de la noche a la mañana a $1.000 de $5.000.

“He estado con Nordstrom durante mucho, mucho tiempo”, manifestó Goddard. “Esto fue muy desagradable”.

Señaló que llamó de inmediato a Nordstrom para preguntarle qué había sucedido. ¿Por qué, después de todo este tiempo, tras miles de dólares en compras de ropa y zapatos, de repente la trataban así?

“Me dijeron que era porque no estaba usando mi tarjeta lo suficiente”, mencionó Goddard.

“Les pregunté para qué esperaban que la usara en medio de una pandemia, mientras todos estamos en aislamiento. No estaba interesada en comprar más ropa o zapatos porque no tenía adónde ir”.

La representante de Nordstrom, agregó Goddard, “se disculpó profusamente, pero no tuvo más explicación que decir que no estaba usando mi tarjeta lo suficiente”.

Presumiblemente, la representante no quería admitir lo obvio: Nordstrom, como muchos emisores de tarjetas, estaba anteponiendo sus propios intereses financieros a los de un cliente leal durante tiempos inusualmente difíciles.

“Esto reduce su riesgo pendiente”, indicó Linda Sherry, directora de prioridades nacionales del grupo de defensa Consumer Action.

Reconoció que es “bastante típico” que los emisores de tarjetas reduzcan los límites de crédito cuando los préstamos disminuyen durante tiempos normales. Pero estos no han sido tiempos normales.

Muchos consumidores que viven de sueldo a sueldo se han visto obligados a depender de su tarjeta para llegar a fin de mes. Otros han confiado en sus tarjetas de crédito como una red de seguridad financiera en varios momentos fuertes de la pandemia.

“Los titulares de tarjetas subrayan legítimamente: ‘Estoy administrando mi límite de crédito de manera responsable y así es como tratan a un cliente a largo plazo’”, observó Sherry.

Según LendingTree, más de 558.000 titulares de tarjetas se vieron afectados por una reducción del límite de crédito o el cierre de la cuenta todos los días desde enero hasta mediados de abril.

La falta de actividad fue la principal razón dada por los emisores de tarjetas para los movimientos, según la encuesta.

“Desafortunadamente, no existe una manera infalible de evitar que un emisor cierre su tarjeta, pero hay una manera simple de mejorar sus probabilidades: use más la tarjeta”, indicó Matt Schulz, analista de crédito jefe de LendingTree.

“También es importante entender que los bancos no solo cierran cuentas inactivas y recortan los límites de crédito durante los malos tiempos económicos. Puede suceder incluso en los mejores momentos”.

Schulz enfatizó que la gente no debería dudar, después de un recorte inesperado del límite de crédito, en ponerse en contacto con el emisor de su tarjeta y solicitar un nivel superior.

Ese es un buen consejo, especialmente porque la arbitrariedad de muchas reducciones sugiere que se piensa poco o nada en las decisiones. Con decenas de millones de cuentas involucradas, es difícil no creer que gran parte de este proceso esté automatizado.

Sin embargo, aún debe preguntarse por qué muchos emisores de tarjetas están dispuestos a alienar a los consumidores en un momento en que están desesperados por que la gente comience a gastar nuevamente.

“La reducción del límite de crédito de Goddard parece miope”, señaló Sherry, “especialmente con el impacto que sufrieron los minoristas de ropa de alta gama durante la pandemia”.

Nordstrom, como la mayoría de los minoristas que no se llaman Amazon, experimentó grandes pérdidas durante el último año.

En el primer trimestre de 2021, la compañía registró una pérdida de 166 millones de dólares, pero subrayó que espera un crecimiento de las ventas de más del 25% este año, a medida que la economía se recupere.

Eso parece validar la opinión de Sherry: es notablemente miope presionar a un buen cliente justo cuando espera que ella y otros vuelvan a utilizar sus tarjetas de Nordstrom.

Y Goddard es el tipo de cliente que esta empresa debería apreciar.

“Me gusta mucho lo que tienen en cuanto a ropa y accesorios”, respondió cuando le pregunté por qué conservaba su tarjeta de Nordstrom desde 1985.

“Por eso me molestó mucho cuando sucedió esto”.

Goddard hizo precisamente lo que todos los titulares de tarjetas deberían hacer si se les notifica de una reducción repentina del límite de crédito: llamó a la empresa.

Ella también respondió con prudencia cuando el representante de servicio de Nordstrom le indicó que tendría que inspeccionar el archivo de crédito de Goddard.

Hay dos tipos de consultas de crédito, un “tirón fuerte” y un “tirón suave”. Se produce un tirón cuando solicita un nuevo crédito. Puede afectar su puntaje crediticio, posiblemente reduciéndolo en algunos puntos.

Por lo general, se realiza un tirón suave durante las verificaciones de antecedentes o si un prestamista desea inspeccionar su archivo de crédito sin su permiso. Normalmente, esto no afectará su puntuación.

Goddard no quería correr riesgos. “Le comenté que no quería que tiraran de mi archivo”.

En cambio, me contactó. Y me comuniqué con Nordstrom.

En unos días, me complace informar, Goddard recibió una llamada de un ejecutivo de la compañía comentándole que su límite de crédito se elevará a $3.000. Eso es menos que el límite de $5.000 que disfrutaba anteriormente, pero considerablemente mejor que el límite de $1.000 que impuso la compañía.

“Reducir los límites de crédito es una práctica bastante estándar para cualquier emisor de tarjetas de crédito”, me comentó Nordstrom en una declaración.

“Revisamos las cuentas con regularidad, lo que puede resultar en que algunas cuentas sean identificadas como elegibles para una disminución de la línea de crédito. Consideramos una serie de factores en ese proceso, incluido el historial de compras de un cliente durante un período de tiempo”.

Le pregunté si, al aumentar el límite de Goddard a $3.000, ¿no estaba admitiendo Nordstrom que fue demasiado lejos al bajarlo a $1.000? La empresa no tuvo respuesta.

Pero ella indicó que el ejecutivo de Nordstrom que la llamó “se disculpó por lo sucedido y reconoció que el asunto no se había manejado bien”.

El ejecutivo también confirmó que no se hizo ningún esfuerzo en su expediente crediticio para aumentar el límite y acordó ponerlo por escrito.

“Estoy muy contenta”, me dijo Goddard.

Le comuniqué que Nordstrom espera un gran aumento en las ventas este año. ¿Contribuirá ella a eso?

“¡Seguro!”, Goddard respondió sin dudarlo. “No soy una persona extravagante, pero me gustan las cosas bonitas”.

Como muchas otras personas. Es por eso que los minoristas deberían pensarlo dos veces antes de presionar a los clientes.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

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