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Modelo de Tijuana murió mientras perseguía sus sueños

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Stephanie Rivera estaba entusiasmada con el futuro cuando su vida llegó a un final inesperado la semana pasada en San Diego, dijeron sus amigos. Hermosa, disciplinada y centrada en su carrera, la modelo nacida en Tijuana tenía mucho por lo que vivir.

“Ella estaba destacando allí finalmente”, dijo su amiga Lali Amador, quien alguna vez compartió pasarelas con Rivera en Tijuana, y más recientemente formó parte del mismo círculo de amigos en San Diego. “Ella estaba haciendo la gran transición de ser una modelo mexicana a ser una modelo de los Estados Unidos”.

Una ex Miss Tierra Baja California, Rivera, de 26 años, murió el miércoles luego de las heridas graves sufridas el 5 de noviembre después de que fue expulsada de un Lamborghini 2016 que se incendió al chocar contra una palmera en North Harbour Drive.

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El conductor era Michael Llamas, de 33 años, fundador de un imperio de productos de cannabis. Él murió en el lugar.

Amador y otros amigos creen que Llamas habría sido un conocido reciente. Joaquín Meza, quien dirige el concurso Miss Tierra Baja California, dijo que Rivera nunca mencionó a Llamas cuando se reunieron el fin de semana antes del accidente.

“Estábamos cerca, ella habría dicho algo, habría dicho que él era su novio o su pretendiente”, dijo Meza. “Pero ella no lo hizo”.

Rivera era parte de un creciente círculo de talentos de modelaje que está surgiendo en Tijuana, dijo Claudia Muñoz, propietaria de Portafolio Modeling Agency, con sede en Tijuana. Ella dijo que se destacaba por su profesionalismo y compromiso.

“Siempre cuando se lo pedías, ella estaría allí”, dijo Muñoz. Disciplinada y profesional, “ella quería llegar lejos”, dijo Muñoz. “Pero también tenía un corazón muy bueno, no era una de esas chicas que son prima donnas”.

Muñoz dijo que comenzó a trabajar con Rivera hace tres años. Una vez, ella envió a Rivera a Cabo San Lucas para grabar un programa de promoción turística. En otra ocasión, la envió al norte de la frontera para un trabajo de modelaje en la Semana de la Moda de Los Ángeles.

Sus amigos dijeron que Rivera nació y creció en Tijuana. Asistió a la Universidad Autónoma de Baja California, donde estudió administración de empresas, pero perdió algunos créditos por debajo de lo que se necesitaba para obtener un título, según los registros de la escuela.

Era apasionada del modelaje y hablaba inglés fluido. Rivera últimamente había pasado gran parte de su tiempo al norte de la frontera, trabajando y haciendo conexiones. “Las puertas estaban empezando a abrirse”, dijo Muñoz.

Un amigo en San Diego fue Marc Chase, propietario de una concesionaria con sede en Sorrento Valley que se especializa en carreras y autos coleccionables. Salieron brevemente en 2015, y se mantuvieron en contacto, dijo.

Chase recordó el momento en que invitó a Rivera a un evento benéfico en Del Mar: se presentó, a pesar de tener gripe. “Ella era justamente esa clase de persona, que iba más allá de su deber para cumplir con sus obligaciones y compromisos”, dijo. “Ella era muy responsable, la mayoría de las chicas lo habría llamado y cancelado”.

Incluso mientras se dirigía hacia el norte de la frontera, Rivera mantuvo un contacto cercano con amigos de Tijuana como Meza, el director del certamen, y lo ayudó a promover causas como la limpieza de playas y los beneficios en estadios para mujeres con cáncer.

Marco Ledezma dijo que ella ofreció su talento para un programa, Moda Contra la Pobreza, para recaudar fondos para la Fundación de la Familia Lucas, que trabaja con niños en Tijuana que viven en condiciones de extrema pobreza.

“Ella era una modelo real, alguien a quien las niñas de la región podían admirar”, dijo Ledezma. “Ella siempre estaba preocupada por los demás”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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