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Los estados con las peores leyes antiaborto tienen también las más elevadas tasas de mortalidad infantil

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Esto no debería ser una sorpresa, ya que es una relación que se conoce desde hace años, pero los estados con las restricciones más severas sobre el aborto también tienen las peores tasas de mortalidad infantil.

La relación es inconfundible, y no es difícil de explicar: los gobiernos de esos estados también muestran la menor preocupación por la salud materna e infantil en general, representada por las políticas públicas que aplican.

Las defensoras de los derechos de salud de las mujeres se apresuraron a emitir recordatorios de la conexión el pasado martes, después de que la Legislatura de Alabama, dominada por los republicanos, aprobara el proyecto de ley antiaborto más severo de la nación. La gobernadora republicana, Kay Ivey, firmó la medida el pasado miércoles.

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Alabama es uno de los dos estados, junto con Georgia, que promulgaron nuevas restricciones al aborto durante la última semana. Sus registros sobre la salud materna e infantil son vergonzosos. Alabama ocupa el cuarto lugar en mortalidad infantil, con una tasa de 7.4 muertes por cada 1.000 nacidos vivos. Georgia, con una tasa de 7.2, está empatado en el séptimo puesto.

“En un estado que tiene algunos de los peores resultados de salud para las mujeres del país, como la tasa más alta de cáncer cervical, Alabama está poniendo la vida de las mujeres en un riesgo aún mayor”, dijo Leana Wen, presidenta del Fondo de Acción de Planned Parenthood.

De los 12 estados clasificados como los más altos en tasas de mortalidad infantil, todos con tasas de 7.0 o más, 11 son descritos por la organización por el derecho al aborto NARAL como de “acceso severamente restringido” a los abortos. La única excepción, West Virginia, está catalogado como de “acceso restringido”, un poco mejor. Pero NARAL informa que el 90% de las mujeres en el estado viven en condados sin una sola clínica de aborto.

Por el contrario, de los cuatro estados con las cifras más bajas de tasas de mortalidad infantil, todos con 4.2 o más, California y Washington ofrecen “acceso fuertemente protegido”, dice NARAL, y Nueva Hampshire y Massachusetts “algún acceso”. Pero el acceso a las clínicas de aborto en los cuatro estados es fuerte: sólo el 5% de las mujeres en California viven en un condado sin una sola clínica, seguido por el 14% en Massachusetts, el 15% en Washington y el 30% en New Hampshire.

Estas estadísticas demuestran la falsedad de los argumentos de los legisladores de que sus medidas contra el aborto son de alguna manera buenas para la salud de las mujeres o están dirigidas a proteger sus derechos. Un estudio realizado en 2017 por el Center for Reproductive Rights and Ibis Reproductive Health, un grupo de expertos en salud reproductiva, encontró que la hostilidad hacia los derechos reproductivos tendía a ir de la mano con la falta de políticas a nivel estatal que apoyan la salud de las mujeres y de los bebés.

Los estados con el mayor número de restricciones al aborto, como períodos de espera obligatorios, consejería y ultrasonido; restricciones en la cobertura de seguro para abortos en planes de salud públicos o privados; y estándares innecesarios en clínicas de aborto ambulatorio, tendían a tener el menor número de políticas de apoyo, encontró la encuesta. Estos incluyeron la expansión de Medicaid bajo el Affordable Care Act; licencia familiar; programas de educación sobre sexo y VIH; y buen acceso a programas de seguro médico para niños.

Indiana, Kansas, Oklahoma, Mississippi y Carolina del Sur superaron las 14 restricciones al aborto seguidas por los investigadores; todos esos estados también ofrecieron 11 o menos de las 24 políticas de apoyo identificadas por los investigadores.

Para tomar sólo una de esas políticas, siete de los 12 estados con mayor mortalidad infantil se han negado a expandir Medicaid. De los otros, Indiana y Louisiana aprobaron su expansión después del 1 de enero de 2014, la fecha más temprana para la expansión y tres, incluyendo Ohio, la han implementado con restricciones tales como requisitos de trabajo o primas.

Los expertos han relacionado los puntos entre las restricciones al aborto y los problemas de salud materna e infantil. Los límites en el acceso a los abortos legales pueden incitar a las mujeres a elegir alternativas inseguras. De hecho, la tasa reportada de muertes maternas en Texas se disparó de 72 muertes por cada 100.000 nacidos vivos en 2010 a 148 muertes por cada 100.000 nacidos vivos en 2012, una tendencia que algunos expertos atribuyeron al cierre de las clínicas de aborto del estado y a los recortes en los fondos para Planned Parenthood y otros servicios de planificación familiar durante el mismo período.

Además, los embarazos no deseados tienden a estar asociados con la mala salud de las mujeres y sus hijos, lo que no es sorprendente en los hogares con hijos no deseados.

Las restricciones también tienen componentes económicos y raciales, ya que las mujeres de bajos ingresos y de grupos minoritarios tienen dificultades para acceder a la atención médica incluso en condiciones ideales. Las restricciones tienden a recaer sobre ellos.

Estos hallazgos añaden una perspectiva preocupante a las medidas en Georgia y Alabama. Ambos tienen elementos de crueldad hacia las mujeres al criminalizar sus opciones en la planificación familiar. La medida de Alabama es tan restrictiva que efectivamente prohíbe todos los abortos. Los perfiles de salud de las mujeres y los niños en esos estados, que ya se encuentran entre los más sombríos del país, están a punto de empeorar.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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