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Una Australia en llamas intenta hacer frente a un ‘apocalipsis animal’; California podría seguir sus pasos

Los incendios forestales en Australia están invadiendo vastos ecosistemas y su vida silvestre. Casi la mitad de la Isla del Canguro se ha quemado

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Sam Mitchell hacía equilibrio en una rama de eucalipto a 30 pies del suelo mientras su puño derecho se aferraba a un koala, que gemía como un cerdito con problemas respiratorios. El marsupial gris oscuro batía sus garras negras de tres pulgadas en el aire sin poder hacer nada, y minutos después Mitchell descendió. Él y el animal estaban ya a salvo en el suelo.

En gran parte de Australia, voluntarios y profesionales luchan por contener incendios generalizados, y muchos se arriesgan para salvar a la vida silvestre, que perece a millones. La Isla Canguro, un popular destino turístico y parque natural en la costa sureste de Australia, es el epicentro de algunos de los peores daños a la biodiversidad en el país.

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Los incendios invadieron casi la mitad de la isla de 1,700 millas cuadradas, y los rescatistas, incluido Mitchell, han ido de árbol en árbol, tratando de salvar lo posible. “Casi todo amenaza a los koalas en este momento”, afirmó Mitchell, quien ha sido dueño y administrador del Kangaroo Island Wildlife Park durante los últimos siete años.

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En términos de muertes humanas, los incendios de Australia este año fueron menos severos que algunos anteriores; hubo aproximadamente 27 personas fallecidas esta temporada, en comparación con 75 durante el infierno del “Miércoles de Ceniza” registrado en 1983 en esa nación.

Pero el impacto en la vida silvestre este año ha sido mucho más devastador, un anticipo de lo que California podría experimentar en futuras temporadas de incendios.

Los científicos estiman que, hasta ahora, en Australia, los incendios han matado entre cientos de millones a más de mil millones de animales nativos. La cifra ilustra que, si bien los humanos pueden adaptarse un poco a la intensificación de los incendios -con una mejor planificación de emergencia, más equipos de bomberos y preparación de hogares-, los ecosistemas delicados son mucho más vulnerables.

“La mayoría de los paisajes australianos soportan incendios de verano de pequeña escala, pero no fuegos de la proporción e intensidad que estamos observando ahora”, explicó Katja Hogendoorn, profesora de la escuela de agricultura, comida y vino de la Universidad de Adelaida.

“Estos incendios incomprensiblemente grandes y devastadores son causados por una combinación de lluvias más bajas y temperaturas más altas, ambas consecuencias del cambio climático, y están aquí para quedarse y empeorar, a menos que se emprendan acciones drásticas en todo el mundo”, agregó.

“Como el continente más seco y caluroso, Australia está a la cabeza de este desastre ambiental”.

Es difícil obtener cifras precisas sobre la pérdida de animales a medida que el desastre avanza, y algunos funcionarios de bomberos señalan que las llamas continuarán hasta marzo.

Pero ya el daño al patrimonio natural está claro. El dunnart en peligro de extinción de la Isla Canguro, un marsupial con forma de ratón, necesita de la vegetación baja para protegerse de las aves. Eso ya no existe, en gran medida, al igual que la mayor parte del hogar de la cacatúa negra brillante; casi todo el paisaje es ahora negro y humeante.

“No estamos seguros de si podrán volver. Podría ser el punto de quiebre para ellas”, afirmó Michaela Haska, la directora del parque de vida silvestre, hablando sobre las cacatúas, de colores llamativos.

Los machos son de color marrón negruzco, con bandas rojas en la cola; las hembras lucen un color marrón oscuro, con algunas manchas amarillas.

Kangaroo Island Wildlife Park
Un koala se recupera en la Isla Canguro. Algunos de ellos están tan mal que se acercan de manera inusual hacia los humanos, ya sea por incapacidad de ver, o porque están hambrientos y desorientados.
(Carolyn Cole / Los Angeles Times)

En Kangaroo Island, la propiedad de 50 acres de Mitchell está rodeada de zonas quemadas, pero quedó milagrosamente intacta entre las llamas, y los cielos que habían estado ahogados durante días con humo lucían despejados el lunes.

Durante semanas, el parque de vida silvestre se convirtió en un refugio para animales rescatados por voluntarios y transeúntes.

Los cadáveres de animales cubren los costados de los caminos que atraviesan el agreste paisaje de la isla. La mayoría están muertos, y otros se encuentran tan heridos que se mueven de manera inusual hacia los humanos, ya sea incapaces de ver, o hambrientos y desorientados.

En el parque, hay una carpa improvisada, donde las cuadrillas atienden con equipos médicos que incluyen bolsas de suero intravenoso, vendas, gasas y platillos con yodo. También hay cestas de lavandería, donde se coloca a los koalas con vendas en sus patas quemadas.

Hace tres semanas, la escena en el parque que Mitchell y su esposa, Dana, manejan, era muy diferente. Su casa de estilo rancho tenía una pequeña disposición de jaulas y corrales en la parte posterior, para unos 20 koalas y otros animales, que eran suficientes para tratar un flujo irregular de animales enfermos mientras seguían gestionando su parque, cafetería y otras atracciones para turistas.

Pero entonces se desataron los incendios. Dos surgieron moderadamente, de los rayos solares, el 20 de diciembre pasado, y estaban a punto de ser controlados cuando un tercer foco, el 30 de diciembre, creó un incendio monstruoso.

En cinco días, consumió aproximadamente un tercio de la isla y, según Mitchell, alrededor del 80% del hábitat de los koalas de la isla.

También destruyó 65 casas aquí, algunas de ellas durante una sola noche, la semana pasada, cuando los vientos transportaron las brasas sobre los bomberos y abrumaron sus defensas.

Un padre y su hijo atrapados en su automóvil murieron a lo largo de una carretera principal y fueron enterrados esta semana. Los bomberos en otros frentes esa misma noche tuvieron que tomar decisiones difíciles sobre qué hogares salvar y cuáles abandonar.

“Es difícil, porque hay lugareños allí que quieren ayuda, pero de manera realista, la vida de mi equipo está en peligro y tengo que protegerlos de algo que podría ser letal”, dijo Gary Jenkins, un bombero voluntario que luchó contra las llamas. “Probablemente esto fue una de las peores cosas por las que he pasado”.

Scientists say fires have killed hundreds millions, if not a billion, native animals.
Los científicos estiman que, hasta ahora, los incendios en Australia han matado entre cientos de millones a más de mil millones de animales nativos.
(Carolyn Cole / Los Angeles Times)

Algunos llaman a los incendios de Australia un apocalipsis animal; un anticipo de lo que podría suceder en California a medida que los incendios se intensifican y arden más, como se espera que ocurra en muchos escenarios de cambio climático.

Esa perspectiva concierne a una gran cantidad de ecologistas expertos en incendios, quienes durante mucho tiempo predicaron que California y otros estados occidentales tienen una larga historia de siniestros, y una flora y fauna adaptadas para sobrevivir -e incluso prosperar- después de los incendios estacionales.

“Tenemos un refrán que dice que la pirodiversidad engendra ecodiversidad”, afirmó Dominick DellaSala, científico jefe del Instituto Geos, con sede en Ashland, Oregon, quien ha estudiado la ecología de incendios forestales ampliamente en el oeste de Estados Unidos.

Pero los recientes incendios supercalientes en California, y las muertes generalizadas de vida silvestre en Australia, hacen cuestionar a algunos científicos si estos fuegos no naturales tan intensos representan una amenaza para la sabiduría convencional, al menos en Australia.

Kangaroo Island Wool
Nick Clark, uno de los principales agricultores de Kangaroo Island Wool, expresó que los incendios mataron a algunas de las ovejas de la compañía y destruyeron lana por un valor de $50.000.
(Carolyn Cole / Los Angeles Times)

Derek Lee, científico principal del Wild Nature Institute e investigador de la Universidad Penn State, se considera escéptico sobre los “más de mil millones” de animales muertos en los incendios, pero reconoce que algo en Australia está fuera de control. Otros remarcan que hay una larga historia de vida silvestre que perece en incendios en California, pero el impacto ha recibido poca atención hasta ahora.

Según Robert Fisher, un científico supervisor con sede en California para el Servicio Geológico de EE.UU, los animales a menudo perecen en grandes incendios, pero esas pérdidas quedan eclipsadas -o no se informan- debido a la amenaza para la población humana.

En el incendio estacional de 2009 en Los Ángeles “vi miles, si no cientos de miles, de animales muertos... ciervos, peces, tortugas”, recordó.

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Fisher no pudo explicar por qué se ha prestado tan poca atención a la matanza de animales en los incendios estadounidenses. La causa, especuló, tiene que ver con la pérdida pasada de criaturas icónicas en Estados Unidos, que ya no posee el equivalente de koalas, emús y canguros. “Ya perdimos al búfalo y los grizzlies. ¿Se imaginan qué ocurriría si se quemaran miles de grizzlies? La gente se volvería loca”, expresó.

En el Kangaroo Island Wildlife Park, el koala rescatado por Mitchell había sido visto por los propietarios, un día antes.

Inicialmente le habían perdido el rastro, pero luego volvieron a ver a la criatura. De inmediato enviaron un mensaje al equipo del parque a través de Facebook, y en cuestión de minutos el equipo había alertado a Mitchell: “Tenemos otro”.

El rescate oculta el destino de muchas otras criaturas que han perecido sin previo aviso, reflexionó Mitchell. Los visitantes, dijo, podrían conducir por el lugar y pensar que algunos koalas han sobrevivido. “Van a morir de hambre. Hay muchos que están sentados en los árboles, donde normalmente no estarían. La gente piensa que están bien, pero no van a estarlo dentro de otra semana”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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