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‘¿Dónde está Marco Antonio?’: la desaparición de un adolescente mexicano encendió una polémica nacional

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Marco Antonio Sánchez, un joven delgado, de 17 años de edad y oriundo de un barrio de clase media en la Ciudad de México, difícilmente se hubiera convertido en un tema polémico.

Pero su nombre se volvió un grito de guerra en todo México desde que el chico desapareció misteriosamente, la semana pasada, después de ser detenido por la policía. El domingo, Sánchez fue descubierto a muchos kilómetros de su casa, magullado, desorientado y sin un zapato.

Los mexicanos están inquietos por la creciente violencia en su país, y los escándalos de corrupción de alto perfil están exigiendo respuestas al caso. En las protestas callejeras y en las redes sociales, decenas de miles de personas han preguntado: “¿Dónde está Marco Antonio?”.

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Mientras que los funcionarios de la ciudad elogiaron su regreso seguro como un raro final feliz en un país donde más de 34,000 personas han desaparecido sin dejar rastro desde 2006, sus familiares y muchos otros quieren saber por qué fue detenido y qué papel jugó la policía en su ausencia de cinco días. “Reapareció alguien que en realidad nunca debería haber desaparecido”, tuiteó el economista Gerardo Esquivel.

Entre agosto y octubre pasados, una persona desapareció cada 90 minutos en México, según el Registro Nacional de Datos de Personas Desaparecidas. Los grupos criminales o los funcionarios corruptos a menudo son responsables. A veces, es una combinación de ambos.

Las desapariciones se han vuelto tan comunes que los medios aquí las ignoran, dejando que las familias y los amigos lloren solos. Pero ocasionalmente un caso resuena entre una gran audiencia. Eso es lo que sucedió cuando 43 alumnos en una escuela normal en la ciudad de Ayotzinapa desaparecieron en 2014, y eso es lo que ocurrió con Sánchez.

Estudiante de secundaria y artista en ciernes que había ganado un premio de uno de los mejores museos de arte de la nación, Sánchez fue detenido por policías en el barrio de Azcapotzalco, en Ciudad de México. Un amigo presente en el momento declaró ante los medios locales que Sánchez había notado a un extraño caminando frente a un mural interesante, y le pidió que tomara su fotografía.

De repente, la policía se acercó a él y lo acusó de agredir al hombre, según el amigo, quien dijo que uno de los oficiales le había pedido una vez un soborno.

A medida que aumentaba la tensión, Sánchez dio media vuelta y echó a correr. Los oficiales rápidamente lo alcanzaron y procedieron a golpearlo y esposarlo antes de cargarlo en una patrulla, relató el amigo. Una foto tomada durante el incidente muestra al joven boca arriba, con los ojos cerrados, mientras un oficial de policía parece estar listo para golpearlo.

Esa noche, los familiares del adolescente intentaron encontrarlo en las estaciones de policía, pero se les dijo que nunca lo habían trasladado a una, y que no podían ubicarlo. Poco después presentaron una queja ante la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, y #DóndeEstáMarcoAntonio se convirtió en tendencia en Twitter.

Los cuatro oficiales que arrestaron a Sánchez declararon a los investigadores de la ciudad que liberaron al adolescente poco después de detenerlo. Dos de esos oficiales fueron puestos bajo “custodia provisional” pero no han sido acusados de ningún delito. Hiram Almeida, secretario de Seguridad Pública de la Ciudad de México, negó que la policía tuviera la culpa de la ausencia del adolescente y aseveró al periódico Reforma que “no hubo desaparición forzada”.

El domingo por la mañana, los manifestantes se reunieron en el famoso Monumento de la Independencia de la Ciudad de México, con imágenes de Marco Antonio y letreros que decían: “Basta de abusos de las autoridades”. El representante de México en la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos hizo una declaración y exigió respuestas por el caso.

Las buenas noticias llegaron esa noche: habían hallado a Sánchez. El adolescente había sido encontrado en la ciudad de Tlalnepantla, en las afueras de Ciudad de México, anunció el alcalde de la capital, Miguel Ángel Mancera. La policía del lugar lo puso bajo custodia porque parecía desorientado. Las imágenes de video tomadas por las autoridades muestran a Sánchez caminando inseguro, con la mejilla derecha magullada. El joven fue trasladado a un hospital.

Sánchez y su familia no han hablado en público desde su reunión. Algunos mexicanos opinan que el joven pudo haber sido atacado por grupos delictivos, sufrido un colapso mental o simplemente haberse quedado sin dinero. Otros continúan descargando su enojo. “Cuando era niño, me decían que si me perdía, buscara a un oficial de policía”, tuiteó el escritor León Felipe Sánchez. “Ahora [a los niños] se les dice que nunca se acerquen a un policía. Así es el México de hoy”.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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