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Informe: luego de una difícil llamada telefónica, el presidente mexicano decidió no visitar la Casa Blanca en el corto plazo

President Trump and Mexican President Enrique Pena Nieto meet on the sidelines of the G-20 Summit in Hamburg, Germany, in 2017.
President Trump and Mexican President Enrique Pena Nieto meet on the sidelines of the G-20 Summit in Hamburg, Germany, in 2017.
(Saul Loeb / AFP/Getty Images)
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Los planes tentativos para un viaje del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, a la Casa Blanca quedaron descartados después de que él y el presidente Trump hablaran por teléfono y se enredaran nuevamente sobre los planes del líder estadounidense para erigir un muro fronterizo, según informes de prensa.

Los dos mandatarios hablaron durante aproximadamente 50 minutos, el martes, y dedicaron gran parte de la conversación al muro, informó este sábado el Washington Post. Citando fuentes anónimas, dicho periódico informó que Trump insistió una vez más en que México pague por la pared. Peña Nieto volvió a reiterar que su país no lo haría.

Según el diario, un funcionario mexicano dijo que Trump “perdió los estribos”, mientras que sus contrapartes estadounidenses lo describieron como exasperado.
Si bien tanto Washington como Ciudad de México confirmaron el sábado que Trump y Peña Nieto habían hablado el martes, ambas partes solo proporcionaron
recuentos oficiales incompletos de la llamada. Reuters informó que ambos gobiernos acordaron que no era el momento de que el mandatario mexicano visite Washington.

Los dos gobernantes expresaron mutuas condolencias, tanto por las víctimas del tiroteo en una escuela secundaria en Florida como por el choque de un helicóptero militar en el estado mexicano de Oaxaca, de acuerdo con el informe del gobierno vecino sobre la llamada.
“Ambos mandatarios reiteraron su compromiso de hacer avanzar… la agenda bilateral en términos de seguridad, comercio y migración, a través de las fuerzas coordinadas de sus grupos de trabajo”, afirmó México sobre el llamado.

Las autoridades mexicanas nunca habían confirmado que Peña Nieto viajaría este mes a Washington, a pesar de las declaraciones en los medios de ese país acerca de ciertos planes para tal travesía.
Los informes sugirieron que los asesores de Peña Nieto habían sopesado los beneficios potenciales y los obstáculos de tal reunión desde que el secretario mexicano de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, regresó de Washington este mes con la noticia de que el equipo de Trump estaba receptivo a una visita.
Pero, finalmente, la “volatilidad” de Trump y la “falta de certeza sobre sus compromisos y acciones” llevaron a los funcionarios mexicanos a posponer la reunión, escribió el columnista Raymundo Riva Palacio, el viernes, en el periódico El Horizonte, de Monterrey.

El principal punto de fricción es la posibilidad de que el presidente mexicano salga mal parado, o incluso se vea humillado si el impredecible Trump renueva su promesa de que México pagará su plan de construir una pared a lo largo de la frontera entre ambos países. “El tema es el mismo sobre el que se han enfrentado públicamente en otras ocasiones: el muro fronterizo”, escribió Riva Palacio.

El enfoque cauteloso de México sugiere que los funcionarios mexicanos intentaban organizar la visita de tal manera que evitara momentos engorrosos para Peña Nieto, quien nunca da conferencias de prensa y se siente más cómodo en eventos políticos fuertemente coreografiados.
Cualquier percepción pública que surja de una confidencia de la Casa Blanca de que Trump acosó a Peña Nieto, o de que el mandatario mexicano fue sumiso a su homólogo estadounidense, podría tener una repercusión política sustancial en México durante un año de elecciones presidenciales.
Las encuestas mostraron que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), de Peña Nieto, tuvo un comienzo lento en el período previo a las elecciones de julio. El mandatario ya ha sido castigado políticamente en México por no confrontar más con Trump, a pesar de que haber cancelado un viaje a la Casa Blanca en enero de 2017, en medio de la insistencia del líder estadounidense de que México pague por el muro. La relación tensa entre los dos vecinos se ha aliviado considerablemente en el último año, pero la pared limítrofe sigue siendo un tema provocativo.

En el lado positivo, una reunión de Peña Nieto y Trump podría haber aquietado los nerviosos mercados, justo cuando México, los Estados Unidos y Canadá se aprestan a una séptima ronda de conversaciones sobre el futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés), que comenzará este lunes en la Ciudad de México.

Trump ha amenazado reiteradamente con hundir el pacto comercial, de 23 años de antigüedad, al cual considera responsable de la pérdida de empleos en los Estados Unidos. Por su parte, México estima que el acuerdo es vital para su economía, que depende en gran medida del comercio estadounidense.
“La foto de los dos presidentes ayudaría a enviar el mensaje a los mercados de que, más allá de la complejidad de algunos de los temas [del NAFTA] que aún están por resolverse, Trump no repudiaría el acuerdo”, escribió Riva Palacio.
Sin embargo, en última instancia, parece que los asesores de Peña Nieto concluyeron que los potenciales beneficios económicos de una sesión con apretón de manos entre ambos presidentes se veían superados por el potencial de que el líder mexicano pudiera sentirse avergonzado, o pareciera débil.

Patrick McDonnell y Cecilia Sánchez contribuyeron desde Ciudad de México.

Traducción: Valeria Agis

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