Editorial: Editorial: Las armas son un problema regional. Necesitamos buscar soluciones locales
Dada la incapacidad del Congreso para forjar un consenso sobre cómo contrarrestar la violencia armada, los estados se han quedado solos. Eso funcionó mejor en algunos lugares que en otros. California, por ejemplo, tiene algunas de las leyes de control de armas más estrictas del país, y los legisladores continúan apuntalando los puntos débiles que surgen en la complicada y, a veces, confusa matriz de estatutos y reglamentos.
Pero esos esfuerzos, por definición, se detienen en las fronteras estatales, y lo vimos desarrollarse de manera trágica el mes pasado. Santino William Legan, quien había vivido tanto en Gilroy como en el remoto Walker Lake, Nevada, compró un rifle de combate en Nevada que no habría podido comprar y poseer legalmente en California, y luego lo usó menos de tres semanas después para llevar a cabo su ataque en el Festival del ajo en Gilroy, matando a tres personas e hiriendo a 13.
Nadie debería poder comprar o poseer, bajo ninguna circunstancia, un arma diseñada para matar a un ejército de personas o a una manada de elefantes.
Lamentablemente, la presencia de armas compradas legalmente en otro lugar y luego transportadas a California no es tan inusual. De hecho, aproximadamente un tercio de las armas de fuego recolectadas por la policía de California, la mayoría de ellas encontradas en escenas del crimen, tomadas de delincuentes o descubiertas abandonadas, y que fueron rastreadas por el gobierno federal se vendieron por un comerciante fuera de California. Fueron vendidas cerca de 2.200 en Arizona y 1.554 en Nevada.
Además, un estudio de 2017 en UC Berkeley descubrió que los delitos violentos aumentaron durante dos semanas en partes de California debido a la corta distancia para llegar manejando a una feria de armas en Nevada, donde las armas de fuego se pueden vender sin una verificación de antecedentes (por el contrario, casi todas las transferencias en California deben involucrar los antecedentes criminales). Y no es sólo aquí. Seis de cada 10 armas confiscadas en relación con crímenes en Chicago, que tienen leyes estrictas sobre las mismas, provienen de otros estados. En la ciudad de Nueva York, 9 de cada 10 armas lo hacen.
La policía informó que el joven sacó una pistola cuando...
Varios miembros de la Legislatura del estado de California esperan abordar al menos algunos de los problemas. Más de dos docenas de legisladores firmaron una carta a sus homólogos en Nevada pidiendo una reunión este otoño para discutir las políticas de sentido común que Nevada podría promulgar y que quizá reduciría los riesgos de seguridad pública aquí. En particular, los legisladores estatales sugirieron prohibir las armas de fuego de estilo combate y los cartuchos de gran capacidad, además de impedir a las personas menores de 21 años comprarlas, leyes que ya están en los libros en California.
Debemos tener en cuenta que tan pronto como Legan cruzó a California con sus rifles y cargadores de estilo combate con capacidades de 40 y 75 rondas, violó la ley del estado. De hecho, uno de los argumentos habituales del lobby de armas es que adoptar controles de armas no hará nada para evitar que los delincuentes tengan armas. Pero según esa lógica, tampoco necesitamos leyes contra el robo bancario, dado que la gente robará bancos de todos modos. Las leyes de armas hacen la diferencia. Los estudios han demostrado una clara correlación entre las tasas de violencia armada, incluidos los suicidios, y la fuerza relativa de las leyes que controlan el acceso a las armas de fuego. Las leyes de armas funcionan.
Con los demócratas controlando la Legislatura y la gobernación de Nevada, y con las emociones aún crudas por la masacre de 58 personas en 2017 en un concierto de música country cerca del hotel Mandalay Bay de Las Vegas, el estado ha mostrado una nueva apertura al control de armas. Este año ha promulgado leyes que permiten que las familias soliciten a un juez que confisque armas de fuego de parientes que creen que representan un riesgo para ellos mismos o para otros, prohibiendo las existencias de ‘bump stocks’ (también objeto de una reciente prohibición federal) que permiten a un hombre armado fabricar efectivamente un rifle semiautomático para que dispare automáticamente y requiere que las armas de fuego se almacenen de manera segura y fuera del alcance de los niños.
¿Nevada se pondrá aún más duro? Quién sabe Pero ciertamente no está de más preguntar. De hecho, los formuladores de políticas de California deberían expandir su alcance a otros estados vecinos e intentar crear algo así como un pacto regional para implementar leyes de armas de sentido común en todo el Oeste. La resistencia será dura en los estados que usan armas como Arizona y Utah, sin duda, pero no se puede ganar una batalla política si nunca comienza.
En el vacío dejado por un Congreso que apenas funciona y una administración retrógrada, California ya ha liderado a la nación en otras áreas cruciales, como el cambio climático, los estándares de millaje de vehículos motorizados y la reforma de la justicia penal. Debería tratar de hacerlo también con leyes sensatas de armas. Incluso si el esfuerzo falla, es un paso que vale la pena dar.
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