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A pesar de la escasez generalizada, Trump no ha ideado un plan para proporcionar suministros médicos en donde los necesitan

President Trump during a signing ceremony.
El presidente Trump durante la ceremonia para firmar el paquete de estímulo económico por el coronavirus en la Casa Blanca el viernes.
(Evan Vucci / Associated Press)

Mientras los proveedores médicos piden ayuda, la Casa Blanca no detallará un plan para encaminar máscaras y ventiladores a las primeras líneas de la lucha contra el coronavirus.

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Incluso cuando el presidente Trump ordenó a General Motors el viernes que comenzara a fabricar ventiladores, la estrategia más amplia del mandatario para llevar suministros médicos a hospitales y doctores en todo el país seguía envuelta en la incertidumbre.

Los funcionarios de la administración se han negado a proporcionar respuestas a las preguntas de los legisladores, gobernadores y líderes médicos que han pedido asistencia federal con mascarillas, ventiladores y otros equipos.

Y el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU no ha esbozado un plan para la adquisición y distribución de suministros médicos, a pesar de una orden ejecutiva de hace 8 años que ordenó a la agencia detallar cómo identificaría y priorizaría los equipos y medicamentos necesarios en una emergencia nacional.

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“Necesitamos suministros para los trabajadores de la salud y para las comunidades”, manifestó la congresista Katie Porter (D-Irvine), quien ha estado presionando a la administración para obtener detalles sobre su plan de suministro. “Desafortunadamente, la administración no parece haber hecho su trabajo”.

El viernes, Trump invocó la Ley de Producción de Defensa, una ley que data de la Guerra de Corea, para ordenar a General Motors que comience a fabricar ventiladores en una de sus plantas automotrices después de haber atacado a la compañía en Twitter por no reaccionar más rápido.

El presidente también anunció que estaba recurriendo al asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, un ex profesor de economía sin experiencia en fabricación o cadena de suministro, para supervisar la implementación de la ley que tiene décadas de antigüedad.

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“Estamos preparados para producir grandes cantidades”, manifestó Trump en la Casa Blanca, prometiendo una rápida fabricación y distribución de suministros médicos. “Estamos en buena forma”.

Sin embargo, la Casa Blanca no ha detallado ninguna estrategia más amplia para abordar la escasez de una gran cantidad de otros suministros, incluidas mascarillas, batas, protectores faciales y otros equipos de protección.

Nick Vyas, director ejecutivo del Centro Marshall para la Gestión de la Cadena de Suministro Global en USC, señaló que la administración debería haberse involucrado el mes pasado para comenzar a dirigir los suministros. “El momento para actuar era hace cuatro semanas”, aseveró.

Una falta de preparación similar ralentizó el desarrollo y la distribución de kits de prueba de coronavirus en enero y febrero, lo que continúa obstaculizando la respuesta de la nación a la pandemia que aumenta cada vez más.

Gran parte del debate sobre el uso de la Ley de Producción de Defensa se ha centrado en su potencial para obligar a compañías como GM a hacer suministros considerados esenciales durante una emergencia nacional. Trump ha dicho en repetidas ocasiones que confía en que los fabricantes de Estados Unidos aumentarán voluntariamente la producción de equipos médicos, un argumento respaldado por la Cámara de Comercio de EE.UU.

Pero la ley también concede a las agencias federales la autoridad para realizar pedidos de materiales críticos y puede otorgar a los encargos seleccionados una mayor prioridad que los pedidos de empresas del sector privado o gobiernos estatales y locales.

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El Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU ha utilizado esta autoridad en emergencias pasadas, incluso después del huracán Katrina en 2005. Por ejemplo, la agencia ayudó a una importante compañía ferroviaria a conseguir interruptores para reconstruir las líneas de ferrocarril dañadas por una tormenta al priorizar la orden del interruptor y permitir a la empresa de ferrocarriles obtenerlos de su proveedor en 10 días en lugar de tener que esperar 90.

Muchos expertos creen que la Administración Trump podría acelerar de manera similar la entrega de suministros a hospitales y proveedores médicos que enfrentan la mayor escasez.

En cambio, los estados y los sistemas médicos compiten cada vez más entre sí en un mercado caótico donde todos se esfuerzan por obtener los mismos suministros.

Ni el Departamento de Salud y Servicios Humanos ni la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias respondieron preguntas del Times sobre la planificación federal para abordar la crisis.

Los esfuerzos para crear un sistema más efectivo se remontan a muchos años. En 2012, el presidente Obama emitió una orden ejecutiva que ordenaba al Departamento de Salud y Servicios Humanos y otras agencias a desarrollar sistemas para priorizar los suministros en una emergencia y establecer estándares para ordenarlos y distribuirlos.

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Pero la agencia federal de salud no completó las regulaciones para desarrollar este sistema, según un informe de FEMA de junio de 2019 al Congreso. La agencia tampoco ha publicado ningún reglamento relacionado con la ley desde entonces.

La falta de dicho sistema no impide que el gobierno federal use su autoridad para ayudar a obtener suministros críticos.

Pero un sistema mejor desarrollado ayudaría sustancialmente, señaló Vyas de USC. “Con un sistema sólido de comando y control, sería mucho más fácil y eficiente luchar de la manera correcta y con los recursos adecuados”, declaró Vyas.

En cambio, ha habido una confusión generalizada a medida que la escasez se agudiza en todo el país y la Administración Trump continúa enviando mensajes mixtos sobre lo que hará.

Los gobernadores de ambos partidos se han vuelto cada vez más críticos con la desorganización del gobierno federal, como lo llamó el gobernador de Massachusetts Charlie Baker, un republicano, el jueves.

“He confirmado pedidos de millones de piezas de equipo que se evaporan frente a nosotros, y no puedo decirles lo frustrante que es”, manifestó Baker, y culpó a la administración Trump de haber olvidado a su estado.

El martes, el administrador de FEMA, Peter Gaynor, anunció que estaba usando la Ley de Producción de Defensa para obtener unos 60.000 kits de prueba de coronavirus. Más tarde ese día, Trump pareció rechazar esto. Y el martes por la noche, una portavoz de FEMA aseguró que la agencia pudo obtener los kits sin emplear la ley.

Todavía no está claro cómo FEMA desarrolló el pedido de kits de prueba, ya que la agencia se niega a responder preguntas.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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