Anuncio

Un Washington cansado celebra la victoria histórica de Biden y Harris, con júbilo y alivio

Angelique McKenna is comforted as she weeps near the White House as President-elect Joe Biden delivers his victory speech.
Angelique McKenna, izquierda, y Vivan Mora escucharon mientras el presidente electo Joe Biden pronunciaba su discurso de la victoria.
(Kent Nishimura / Los Angeles Times)

La capital de la nación salió a las calles el sábado para exaltar y exhalar.

Share

Después de cuatro años del presidente Trump, la Casa Blanca, por fin, estuvo tranquila. Pero justo al frente, más allá de los andamios y las cercas colocadas para mantener alejados a los manifestantes, la capital del país se transformó en una celebración de todo el día, que se extendió hasta la noche y que ninguna barrera podía bloquear.

Cientos de personas se reunieron en el centro de la ciudad el sábado por la mañana para aplaudir los resultados tan esperados de las elecciones de 2020. Celebraron la selección del presidente electo Joe Biden y la vicepresidenta electa Kamala Harris, la primera mujer que ocupará ese cargo.

Corrección:

6:19 a.m. nov. 10, 2020In an earlier version of this article, the identifications of Tao and Tendai Sewing were switched. Tao Sewing is the cousin; Tendai Sewing is the aunt.

Mientras los juerguistas cantaban, bailaban, bebían, golpeaban ollas y sartenes y encendían fuegos artificiales, los habitantes nativos de Washington y los muchos fuereños de la ciudad dijeron que estaban tan aliviados como llenos de alegría, ansiosos por poner fin a una era política oscura y divisiva salpicada por una retórica racista y xenófoba que a menudo procedía de la propia Casa Blanca.

Anuncio
People celebrate in the streets outside the White House
La gente celebra en las calles frente a la Casa Blanca el sábado después de que se anunciara el presidente electo Joe Biden y la vicepresidenta electa Kamala Harris.
(Kent Nishimura/Los Angeles Times)

Desfilaron ante majestuosos edificios gubernamentales cubiertos de madera contrachapada, tapiados en medio de los disturbios durante las protestas del verano contra la injusticia o en anticipación de la violencia postelectoral que no se ha materializado. Cantaron cubiertos con mascarillas, un sombrío recordatorio de los más de 237.000 estadounidenses que han muerto por el coronavirus.

La policía bloqueó algunas de las principales vías de la capital, incluida la calle K, hogar de poderosos cabilderos, y la calle 16, que la alcaldesa Muriel Bowser cerró a los automóviles y había pintado con grandes letras amarillas que decían “Black Lives Matter” a raíz de las protestas de esta primavera sobre la injusticia racial.

“¿Cuál casa? ¡Nuestra casa!”, gritó Justin Johnson, un artista y activista, desde una camioneta a la multitud, respaldado por una banda. “Levanten la mano si votaron por Trump o Kanye”, dijo, y gran parte de la multitud levantó el dedo medio.

“Tenemos trabajo que hacer”, manifestó. “Pero no voy a abrumarlos a todos hoy, ¡esta es una celebración!”

Al principio, Trump no estaba en casa para escucharlo. Cuando se conoció la noticia el sábado de verano de que Biden lo había derrotado, a pesar de las demandas del mandatario y las acusaciones de fraude, Trump estaba jugando al golf en Virginia. Más allá de Twitter, se ha negado a hablar públicamente.

El día de la toma de posesión en enero será una especie de regreso a casa para Biden, el ex vicepresidente que pasó ocho años en la Casa Blanca y muchos más en Pennsylvania Avenue en el Congreso. Y Harris, una senadora de primer año nacida en Oakland que creció en Berkeley, dejó California para asistir a la Universidad Howard, una de las instituciones históricamente negras más prominentes del país, a solo dos millas de la Casa Blanca.

James West y su esposa, Carolyn, nacida y criada en Washington, disfrutaron todo a unas cuadras de la Casa Blanca. Cuando escuchó la noticia de que la derrota de Trump se había anunciado mientras el presidente estaba en el campo de golf, West se rió.

“Demonios, ¿cuándo está en la Casa Blanca?”, preguntó.

Sobre la elección de Harris, Carolyn dijo: “Significa todo. ...La base de este país se sostuvo en las mujeres negras”.

A una cuadra de la histórica iglesia donde, hace unos meses, las fuerzas de seguridad usaron gases lacrimógenos para despejar a los manifestantes y que Trump pudiera posar para una foto, Thulani Fuhr, de 8 años, y su hermana Thandi, de 5, tomaron un descanso en su bicicleta, guiados por su papá, David.

Thulani dijo que estaba en una clase de español de Zoom el sábado cuando escuchó que Biden había ganado.

“Estaba súper emocionado y me puse a bailar con mi mamá y mi papá”, dijo detrás de su mascarilla de tigre. “Porque Biden ganó, y yo estoy a favor de Biden, es una buena persona”. “Harris también”, agregó. “Ella es buena, es la primera mujer negra y asiática en ser vicepresidenta”.

Su prima Tao Sewing y la tía Tendai Sewing se acaban de mudar a Washington después de vivir en Berlín.

“Fue realmente aterrador por un tiempo vivir allá”, dijo Tendai Sewing sobre observar a Estados Unidos desde el exterior y ver la actitud de Trump hacia aliados como Alemania. “Tener una relación nuevamente con aliados y otros países, es algo grandioso”.

El sábado por la tarde, el césped de la Universidad de Howard ya era una fiesta.

“¡Trump está fuera de la oficina presidencial!”, gritaba el joven DJ que tocaba música desde los escalones del Carnegie Building entre las canciones. “Tenemos a Kamala Harris como vicepresidenta, ¡vamos a ser visibles!”.

People watch fireworks as they celebrate near the White House.
La gente observa los fuegos artificiales mientras celebran cerca de la Casa Blanca después de que Joe Biden fuera declarado ganador de las elecciones presidenciales el sábado en Washington, D.C.
(Kent Nishimura/Los Angeles Times)

Takera Boston, de 28 años, de Baltimore, se graduó de Howard en 2014 y estaba en Alpha Kappa Alpha, la misma hermandad de mujeres que Harris.

“Siento que puedo ser cualquier cosa en el mundo, honestamente”, dijo Boston. “Ella es todo lo que yo soy, así que las opciones para mí son ilimitadas... y siento lo mismo por cualquier mujer afroamericana”.

Durante meses, la capital de la nación ha sido una especie de ciudad fantasma. Pero el sábado, al anochecer, los ánimos eran altos y el centro comercial estaba en auge.

Los camiones de comida se movieron dentro y alrededor de McPherson Square, mientras la gente se reunía en el césped para esperar los discursos de la victoria.

Los carteles de protesta decían “Deje de twittear y comience a empacar” y “Agárrenlo por las BOLETAS”. Algunos presentaban a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-San Francisco) sonriendo con satisfacción; otros mostraron a la difunta juez de la Corte Suprema Ruth Bader Ginsburg con la frase “¡La opinión de la mayoría!”.

Un disfraz de unicornio rosa y un baile entusiasta hicieron de Michelle Malebranche, nativa de Maryland, una atracción popular para las fotografías en Black Lives Matter Plaza.

A Malebranche le preocupa que Trump encuentre una manera de socavar la elección o se niegue rotundamente a aceptar los resultados. Incluso si lo hace, dijo, es probable que deje atrás un Senado de mayoría republicana y una Corte Suprema conservadora, que ella considera una amenaza directa a la igualdad de derechos. La semana pasada, reveló, ella y su esposa, Elizabeth, armaron una “bolsa de seguridad”, “para poder salir de esta ciudad a salvo”. Escribieron sus testamentos, expuso, “así que si nos quitan nuestro derecho legal a casarnos, podemos cuidarnos una a la otra”.

“Él ha dejado en claro que solo saldrá de la oficina pateando y gritando”, agregó, y luego gritó hacia la Casa Blanca: “¡Donald Trump, el pueblo estadounidense lo sacará si es necesario!”

Los juerguistas tampoco perdonaron al vicepresidente Mike Pence. Si bien el área alrededor del Observatorio Naval de EE.UU carecía de la festividad que estaban viendo otras partes de la ciudad, el campus, donde Pence y otros vicepresidentes antes que él, incluido Biden, han residido históricamente, no estaba exactamente tranquilo. Mientras los autos pasaban rápidamente por Massachusetts Avenue, un conductor gritó: “¡Nos vemos luego, Mike!”.

Detrás de la Casa Blanca, una multitud cada vez menor escuchaba los discursos de la victoria de Harris y Biden a través de un micrófono colocado frente al altavoz de una persona. Vanessa Burgard, que vive en Richmond, Virginia, vino con su esposo, que está en la Fuerza Aérea, y sus dos hijas.

Cuando escuchó la noticia de las elecciones, dijo: “Me sentí esperanzada, pero también con un suspiro de alivio”.

Añadió: “Tenemos mucho trabajo por delante”.

People raise bottles of Champagne as they celebrate near the White House in Washington, D.C.
La gente celebra cerca de la Casa Blanca en Washington, D.C., el sábado después de que Joe Biden fuera declarado ganador de las elecciones presidenciales.
(Kent Nishimura/Los Angeles Times)

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

Anuncio