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Investigación de Mueller agita ambos lados de la escena política

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El final de la investigación del fiscal especial sobre los rincones más recónditos de la Casa Blanca y la campaña del presidente Trump podría cambiar el panorama político. Pero con la conclusión del informe aún en secreto, ambos partidos deben batallar en la oscuridad para tomar ventaja política.

El Congreso sigue esperando que el procurador general, William Barr, le proporcione un resumen de las “conclusiones principales” de los casi dos años de la investigación sobre Rusia. Después de recibir un reporte confidencial de Robert S. Mueller III, el pasado viernes, Barr comunicó a legisladores de alto nivel que podría informarles al respecto este fin de semana, pero hasta el sábado por la tarde, el Departamento de Justicia y auxiliares legislativos señalaron que el Congreso tendría que esperar al menos otro día.

Mientras tanto, los aliados de Trump se apresuraron a afirmar que lo poco que se sabe -Mueller no presentará más acusaciones- equivale a una victoria política, que el presidente y su familia han sido reivindicados con respecto a las acusaciones más serias de colusión con Rusia para influir en la campaña 2016.

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Pero los demócratas destacan el daño ya infligido a Trump por la investigación de Mueller, que acusó a 34 personas, incluidos varios de los antiguos asesores principales del mandatario. También enfatizan la amenaza que significan las investigaciones en curso en otros sitios, estatales y federales, incluido el Distrito Sur de Nueva York.

La investigación -de la cual no se filtró información- del fiscal especial, que ensombreció a Trump durante la mayor parte de lo que lleva su presidencia, ha generado expectativas poco realistas en ambas partes. Los votantes inevitablemente se sentirán decepcionados, expuso el encuestador demócrata, Peter Hart, si “esperan que de alguna manera esto ponga fin a su presidencia o la vigorice”.

Sin embargo, tal vez debido a la incertidumbre que persiste al no conocer las conclusiones de los investigadores, los votantes no tuvieron una sola pregunta al respecto en eventos separados, este fin de semana, en New Hampshire (NH), realizados por dos candidatos presidenciales demócratas, el ex gobernador de Colorado, John Hickenlooper y la senadora de Minnesota, Amy Klobuchar.

Eso fue bueno para Klobuchar; al igual que otros demócratas, la legisladora mayormente buscó evitar el tema de Trump para centrarse en los muchos asuntos cotidianos que, según las encuestas, preocupan más a los votantes que la investigación de Rusia.

“No importa lo que él haga, creo hay que tener un propio plan económico optimista”, afirmó Klobuchar ante los reporteros en Rye, NH. “Responderé cualquier pregunta que tenga la gente, pero no voy a comenzar con Donald Trump. No podemos meternos en cada laberinto con Donald Trump”.

Sin embargo, el tema será importante en la contienda presidencial demócrata. Los candidatos, por meses, difirieron en su mayoría, alegando que querían esperar hasta que Mueller terminara.

Ahora que lo ha hecho, el informe plantea una nueva prueba de cuánto los demócratas desean hacer de Trump el centro de sus campañas.

Mientras que en su mayoría buscan transmitir un mensaje más amplio y positivo, se encuentran presionados por los que están hambrientos de expulsar a Trump.

“Ayer me sentí muy decepcionada”, aseguró Stephanie Autagavaia, de 31 años, en un mitin de Bernie Sanders en Los Ángeles, acerca de la noticia de que el equipo de Mueller no realizaría acusaciones adicionales. “Pero todas mis esperanzas no estaban dirigidas sólo a eso. Hay otras formas en las cuales su presidencia podría terminar”.

El ex representante Beto O’Rourke, de Texas, al dirigirse a los reporteros después de un evento de campaña en Carolina del Sur, el pasado viernes por la noche, dijo que cree que ya existe evidencia pública de que las faltas cometidas por Trump equivalen a una colusión con Rusia y la obstrucción de la justicia. “Creo que esos son motivos suficientes para que los miembros de la Cámara planteen el juicio político”, remarcó O’Rourke. “Lo hagan o no, esto será decidido en última instancia por el público estadounidense en las urnas”.

Los demócratas en el Capitolio generalmente están más ansiosos por investigar que por el juicio político, dado su control mayoritario en la Cámara y la casi certeza de que un Trump acusado sería absuelto en el Senado, liderado por los republicanos.

Muchos demócratas subrayaron rápidamente que, incluso si el informe no proporciona pruebas suficientes para impulsar el juicio político, Trump continuará en riesgo mientras se extiendan las investigaciones en el Congreso y entre otros fiscales federales que sondean los negocios, el comité inaugural y la fundación de Trump.

“Lo que concluya Robert Mueller no significa que el presidente y su equipo principal estén libres de los riesgos legales de estos otros procesos”, aseguró el senador Chris Coons, de Delaware, un demócrata que pertenece al Comité Judicial del Senado. “El Congreso tiene un alcance diferente de cargos y responsabilidad”.

Los demócratas de la Cámara celebraron una conferencia telefónica, el pasado sábado por la tarde, para discutir el informe de Mueller. Los líderes de los partidos y los presidentes de los comités reiteraron su compromiso de que el informe sea dado a conocer al público. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-San Francisco), dijo a sus colegas que rechazaría cualquier reunión informativa clasificada sobre el informe, e insistió en que todo debería estar desclasificado para que los legisladores puedan hablar abiertamente al respecto.

Con la inminente presentación del informe ante el fiscal general, el pasado viernes, Trump permaneció extrañamente silencioso sobre el asunto y se abstuvo de comentar o publicar en su cuenta de Twitter. Fue una muestra inusual de moderación para el presidente, que se encontraba en su finca Mar-a-Lago, en Florida y pasó la mañana del sábado jugando al golf.

Pero sus aliados de inmediato se lanzaron a la ofensiva para afirmar que “sin acusaciones” significaba una clara victoria. Al hacerlo, aceptaron la propia definición de Trump sobre la misión de Mueller -es decir, demostrar si hubo colusión con los rusos- e ignoraron que no se esperaba que el fiscal especial acusara al primer mandatario de todos modos, porque la política del Departamento de Justicia se lo impide.

Corey Lewandowski, el ex gerente de campaña de Trump, declaró en una entrevista que “el presidente -junto con todos nosotros - está feliz de que esto haya terminado y de que no haya ninguna acusación relacionada con el complot con Rusia que debieron investigar”.

“En general”, agregó, “es una reivindicación total de aquello que los miembros del equipo Trump ya sabían, y es que no hubo colusión”.

En la ciudad de Nueva York, un grupo de manifestantes se convocó cerca del edificio Trump Tower. Un letrero decía “2020: aquí vamos”.

Nikki Haley, ex embajadora de las Naciones Unidas designada por Trump, también festejó una victoria por anticipado y tuiteó: “Después de esta larga indagación, ambas partes acordaron dejar que Mueller haga su trabajo y complete la investigación. Todos tienen que reconocer que @realDonaldTrump no interfirió en la investigación. Ahora el público estadounidense necesita aceptar los resultados y seguir adelante. #Basta ya”.

Sin embargo, un antiguo confidente afirmó que incluso Trump sabe que su drama legal no ha terminado. “Obviamente, que no hayan acusado a sus hijos es algo bueno”, destacó el confidente. “Pero él sabe que el Distrito Sur no dejará este asunto pronto. Aunque esto era parte de la investigación”.

El Distrito Sur maneja la investigación sobre el dinero secreto pagado a dos mujeres que supuestamente tuvieron relaciones con Trump. Michael Cohen, ex abogado y mano derecha de Trump, se declaró culpable de violaciones de financiamiento de la campaña en relación con los pagos y los fiscales indicaron que Trump comandó el plan, implicándolo directamente en un delito federal.

El pasado sábado, Barr y el fiscal general adjunto, Rod Rosenstein, quien nombró a Mueller en mayo de 2017 y supervisó su trabajo, revisaban los hallazgos dentro de la sede del Departamento de Justicia.

Una portavoz de Barr, describió el informe de Mueller como “completo” el pasado viernes, pero no dio más detalles. Es poco probable que la decisión de Barr de compartir un resumen del reporte satisfaga al Congreso. Los líderes de ambas partes han exigido conocer el panorama completo.

Mueller podría ser llamado a declarar y los demócratas de la Cámara de Representantes advirtieron que también podrían emitir citaciones. Un portavoz adelantó que Mueller, quien no ha hablado públicamente sobre sus hallazgos, dimitirá como fiscal especial en los próximos días.

Aunque Mueller acusó a 25 rusos por su papel en la trama encubierta de Moscú para impulsar la candidatura de Trump y socavar el proceso electoral en 2016, ningún estadounidense ha sido acusado de conspirar con los rusos para influir en la elección.

Sin embargo, los cargos de Mueller dieron lugar a declaraciones de culpabilidad o veredictos contra algunos de los socios más cercanos de Trump.

Su ex presidente de campaña, Paul Manafort, fue condenado a siete años y medio de prisión por delitos financieros y cargos de conspiración relacionados con un plan de cabildeo ilegal en nombre del gobierno pro-ruso de Ucrania. El primer asesor de seguridad nacional de Trump, Michael Flynn, se declaró culpable de mentir sobre sus conversaciones con el embajador de Rusia durante el período de transición presidencial.

Y Cohen, además de las violaciones a la financiación de la campaña, confesó haber mentido al Congreso acerca de las negociaciones de la empresa de Trump para construir un rascacielos de lujo en Moscú, al mismo tiempo que éste proponía lazos más estrechos con Rusia mientras hacía campaña para la Casa Blanca.

Los redactores del Times Eli Stokols, en Rye, N.H., Sarah D. Wire y Noah Bierman, en Washington, junto con Melanie Mason, en Los Ángeles, contribuyeron con este artículo.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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