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Robert Mueller presenta el tan esperado informe sobre la interferencia rusa en las elecciones

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Han pasado casi dos años desde que Robert S. Mueller III fue nombrado abogado especial para dirigir la investigación sobre Rusia.

El fiscal especial Robert S. Mueller III presentó su esperado informe sobre la investigación rusa el pasado viernes, un hito en la saga política y legal que ha amenazado la permanencia del presidente Trump en la Casa Blanca y es probable que empañe su legado.

Mueller entregó un informe confidencial al fiscal general William Barr, según anunció el Departamento de Justicia, pero no dio a conocer ningún detalle del informe.

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En una carta a los líderes de los comités judiciales de la Cámara de Representantes y del Senado, Barr escribió que Mueller “ha concluido su investigación de la interferencia rusa en la elección de 2016 y los asuntos relacionados”.

Barr dijo que está revisando el informe confidencial de Mueller y “podría estar en posición de informar sobre las principales conclusiones del Fiscal Especial este fin de semana”.

También escribió que otra información podría estar disponible para el Congreso y que sigue “comprometido con la mayor transparencia posible”.

Barr escribió que no había precedentes en el que funcionarios del Departamento de Justicia anularan una decisión del fiscal especial.

Trump voló a su complejo turístico en Florida, Mar-a-Lago, temprano el pasado viernes. En un comunicado, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, dijo que los “próximos pasos dependen de Barr” y esperamos que el proceso siga su curso. La Casa Blanca no ha recibido ni ha sido informada sobre el informe del Fiscal Especial”.

Al menos dos demócratas del Senado exigieron que el informe fuera entregado rápidamente al Congreso y al público.

“El Fiscal General Barr debería entregar inmediatamente todo el informe al Congreso y hacerlo público”, dijo el senador Chris Murphy (D-Conn.). “El Congreso y el pueblo estadounidense merecen juzgar los hechos por sí mismos”, dijo el senador Mark Warner (D-Va), el líder demócrata en el Comité de Inteligencia del Senado.

Consideró crucial que todos los documentos recopilados por el fiscal especial “sean preservados y puestos a disposición” del Congreso.

Cualquier intento por parte de la Administración Trump para encubrir los resultados de esta investigación sobre el ataque de Rusia a nuestra democracia sería inaceptable”, agregó.

Incluso antes de que presentara su informe, el ex director del FBI había dado ha conocer un vasto registro público de delitos, mentiras y fechorías, especialmente alarmante porque involucra a un adversario extranjero que interfiere en una elección en Estados Unidos.

Mueller no ha concedido entrevistas y no ha emitido declaraciones públicas desde que fue nombrado fiscal especial en mayo de 2017.

Esto agregó un grado inusual de misterio a su trabajo y generó una especulación sin fin sobre la extensa investigación criminal y de contrainteligencia.

La presentación del informe de Mueller marca un punto de partida para probables oleadas de batallas legales, disputas en el Congreso y recriminaciones políticas en los próximos meses y durante la campaña presidencial de 2020.

Los demócratas de la Cámara de Representantes se han comprometido a emitir citaciones, si es necesario, para obtener el informe completo al lanzar múltiples investigaciones dirigidas a los negocios, las finanzas privadas y la presidencia de Trump.

Grupos de activistas liberales, temerosos de que la Casa Blanca procurara ocultar detalles críticos, han planeado protestas para exigir la publicación del informe completo.

La oficina del fiscal especial investigó los esfuerzos de Moscú para influir en la campaña presidencial de 2016, si los ayudantes o aliados de Trump conspiraron con la operación respaldada por el Kremlin y si el presidente interfirió indebidamente con la investigación. Durante el proceso, el equipo de Mueller descubrió y procesó muchos otros delitos.

Otros fiscales federales ya han utilizado el trabajo de Mueller para iniciar sus propias investigaciones. La oficina del fiscal de Estados Unidos en Manhattan ha implicado directamente a Trump en un esquema ilegal de pagos de dinero, supuestamente diseñado para silenciar a sus supuestas amantes en las últimas semanas de la campaña de 2016.

Dependiendo de lo que diga el informe, se espera que Trump obtenga la reivindicación completa de su mandato o continúe asegurando que es víctima de una “cacería de brujas” que, según él, se realizó con fines partidistas. Envió respuestas por escrito a las preguntas del equipo de Mueller, pero no se sometió a un interrogatorio formal.

El pasado miércoles, el presidente pareció estar de acuerdo con las encuestas que muestran un amplio apoyo público para la publicación del informe completo.

“Hay que dejar que salga, que la gente lo vea”, dijo a los periodistas en la Casa Blanca. “Y veremos si es legítimo o no”.

No está claro si el informe de Mueller incluye revelaciones importantes más allá de las extensas acusaciones y las presentaciones judiciales que ha reunido en los últimos dos años.

La oficina del fiscal especial detalló cómo la Rusia de Vladimir Putin intentó influir en las últimas elecciones presidenciales con una vasta campaña de desinformación en las redes sociales, así como también con correos electrónicos del Partido Demócrata pirateados ilegalmente y filtrados.

Los documentos presentados ante el tribunal mostraron que los principales asesores de Trump se reunieron o se comunicaron docenas de veces con diplomáticos rusos, presuntos agentes de inteligencia o funcionarios durante la campaña y la transición que siguió, y luego mintieron repetidamente sobre esos contactos.

Además, mientras Trump se postulaba a la presidencia, sus confidentes intentaron reunir secretamente apoyo financiero y político en Moscú para construir un lujoso complejo de condominios y hoteles en la Torre Trump que potencialmente podría representar ganancias de cientos de millones de dólares para los negocios de Trump.

Mueller y su equipo finalmente acusaron a 34 personas, entre ellas 25 rusos, que representa la mayoría de las personas acusadas por algún fiscal especial desde el escándalo de Watergate que obligó al presidente Nixon a abandonar el cargo en 1974.

Siete personas se declararon culpables, incluidas varias en el círculo cercano de Trump.

Entre ellos se incluyen a Michael Flynn, su ex asesor de seguridad nacional; Paul Manafort, su ex presidente de campaña; Richard Gates, su vicepresidente de campaña; y Michael Cohen, su ex abogado personal y un alto ejecutivo de la Organización Trump.

Sin embargo, ningún estadounidense fue acusado de conspirar con la operación respaldada por el Kremlin y Trump ha negado sistemáticamente cualquier colusión entre su campaña y Moscú.

El pasado miércoles, Trump se quejó de que Mueller, a diferencia de él, nunca había ganado una elección.

“Tengo 63 millones de votos. ¿Y ahora alguien acaba de escribir un informe? Creo que es ridículo”, dijo el presidente. La candidata demócrata, Hillary Clinton, ganó más de 65 millones de votos pero perdió en el colegio electoral.

Mueller, quien se desempeñó durante 12 años como director del FBI, fue nombrado fiscal especial por el fiscal general, Rod Rosenstein, después de que Trump despidió a James B. Comey como director del FBI en mayo de 2017.

Rosenstein estaba supervisando la investigación de Rusia porque Jeff Sessions, el entonces fiscal general, se había rehusado debido a su papel en la campaña. Se forzó a Sessions a retirarse en noviembre y Barr fue confirmado como su reemplazo en febrero.

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