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Los astrónomos hallaron un planeta donde podría haber vida, y está sólo a 31 años luz de distancia

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El descubrimiento de un planeta súper caliente que orbita alrededor de una tenue estrella cercana ayudó a revelar la presencia de otros dos planetas nunca antes vistos, uno de los cuales podría contener agua líquida y, por lo tanto, ser apto para la vida, afirman los astrónomos.

Los hallazgos, discutidos en un artículo de la revista Astronomy & Astrophysics, y en otro de Astrophysical Journal Letters, presentan una oportunidad tentadora en la búsqueda de mundos alienígenas con el potencial de albergar vida, consideran los científicos.

Las investigaciones demuestran que la tendencia al calentamiento que experimenta actualmente el planeta no tiene precedentes en los últimos dos milenios.

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Su emoción se centra en una supertierra, potencialmente rocosa en la zona donde el agua líquida podría ser estable en la superficie. “Si resulta ser un planeta en tránsito, sería el mundo habitable potencial en circulación más cercano”, afirmó Lisa Kaltenegger, astrofísica y directora del Instituto Carl Sagan de la Universidad de Cornell, líder de uno de los estudios que modeló las posibles características del planeta. “Es un objetivo increíble”.

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Todo comenzó con un planeta ardiente conocido como GJ 357 b, que fue seleccionado por el Satélite de Estudio de Exoplanetas en Tránsito de la NASA, o TESS (por sus siglas en inglés). Ubicado a unos 31 años luz de distancia en la constelación de Hydra, es más de 1.2 veces el tamaño de la Tierra y contiene 1.8 veces más masa. Rodea su estrella cada 3.9 días, trazando una órbita que está 11 veces más cerca de ésta que la de Mercurio con nuestro sol.

Incluso cuando su estrella enana M es aproximadamente un 40% más fría que nuestro sol, es probable que el planeta esté muy caliente, posiblemente a 490 grados Fahrenheit, aún sin los efectos aislantes de una atmósfera.

Fue visto por primera vez en febrero por TESS, que escanea metódicamente los cielos buscando saltos en la luz de una estrella que podrían indicar que un planeta está pasando o transitando frente a él. Los astrónomos confirmaron su existencia utilizando información de un telescopio terrestre. En el proceso, vieron indicios de que un par adicional de planetas también rodeaban la misma estrella.

Estos dos planetas, GJ 357 c y d, fueron hallados utilizando el método de velocidad radial, que busca el ligero bamboleo en los movimientos de la estrella causado por los pequeños tirones gravitacionales de sus planetas.

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“TESS nos impulsó a descubrir tesoros escondidos... que podríamos no haber conocido si el satélite no hubiera apuntado su linterna allí”, afirmó Johanna Teske, astrónoma de los Observatorios Carnegie, en Pasadena, quien estuvo involucrada en los descubrimientos planetarios.

GJ 357 c pesa aproximadamente 3.4 veces la masa de la Tierra, si no más, y orbita la estrella cada 9.1 días, a una distancia de más del doble que la de GJ 357 b. Esta proximidad mantiene la temperatura alrededor de 260 grados Fahrenheit, no tan ardiente como el planeta b, pero sigue siendo bastante calurosa.

Es el tercer planeta, GJ 357 d, el que tiene cierto potencial como mundo habitable. Pesa al menos 6.1 masas terrestres y rodea la estrella a una distancia mucho mayor, completando una órbita en 55.7 días. Aunque ésta es sólo una quinta parte de la distancia de la Tierra a nuestro sol, la tenue estrella de GJ 357 d deja la superficie muy fría. Sin atmósfera, el termómetro en la superficie rondaría los 64 grados Fahrenheit bajo cero, lo cual significa que no hay agua líquida en la superficie.

Sin embargo, si GJ 357 d tiene una atmósfera, esto podría cambiar las reglas del juego, advirtieron los investigadores.

Una atmósfera densa con la composición correcta podría atrapar algo de calor y permitir que el agua permanezca líquida en la superficie del planeta. Eso sería similar a una versión antigua de Marte. Aunque el planeta rojo es frío y seco hoy, los científicos piensan que alguna vez tuvo una atmósfera espesa, que permitió que el agua líquida dejara marcas en toda su cara rojiza.

Hay que tener en cuenta que Marte es bastante pequeño, afirmó Kaltenegger. Nuestro vecino de color óxido tiene poco más de la mitad del tamaño y una décima parte de la masa de la Tierra. En contraste, GJ 357 d tiene más de seis veces más masa, y si resulta ser rocoso, podría ser aproximadamente 1.7 veces más grande.

Con toda esa masa, parece probable que un planeta tenga una atmósfera, consideró.

El truco, agregaron los científicos, sería tratar de echar un vistazo a GJ 357 d, si es que puede ser visto mientras transita su estrella desde nuestro punto de observación.

Si es posible detectarlo, los investigadores algún día deberían poder analizar su atmósfera y buscar químicos amigables con la vida. Pero ese trabajo podría requerir de telescopios terrestres o naves espaciales más potentes, como el telescopio espacial James Webb de la NASA, cuyo lanzamiento está planeado para 2021, explicaron los científicos.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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