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Muñecos para sanar la mente

La psicóloga Anna Ferre junto a la legión de muñecos de Playmóvil que posee
La psicóloga Anna Ferre junto a la legión de muñecos de Playmóvil que posee para que describan las escenas los pacientes.
(Foto cedida por Anna Ferre/Prisca Formación)
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Si alguien observa a Anna Ferre en su consulta con otra persona manipulando una serie de figuritas plásticas de colores y aspecto humano, probablemente pensaría que solo están jugando o divirtiéndose pero, en realidad, son una psicóloga y su paciente compartiendo una sesión de intenso trabajo terapéutico, centrado en la psique y las emociones.

Anna Ferre aplica la terapia con muñecos (TcM), una potente herramienta aplicable en tratamientos psicológicos de niños y adultos, en organizaciones empresariales y en asesoramiento educativo o psicosocial.

El sistema está basado en la proyección, un mecanismo psicológico por el cual una persona atribuye otras personas u objetos sus propios sentimientos, impulsos o pensamientos.

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Una sesión de esta técnica que Ferre explica y describe en su manual para profesionales ‘Cuéntalo con muñecos’, (www.instagram.com/cuentalo_con_munecos) , “es un generador de comprensiones y conexiones emocionales muy útiles para la persona que las experimenta”, según esta psicóloga, que dirige el centro Prisca Formación (www.priscaformacion.com).

Señala que esta técnica que el paciente configura con los muñecos ‘playmobil’ u otras figuras, es una imagen representativa de una situación, y después la analiza con la psicoterapeuta porque “le ayuda a ver aquello que no sabía que sabía”.

Las escenas configuradas con muñecos, incluidas la de la familia, son representaciones simbólicas de las imágenes internas de la persona y ayudan a comprender más y mejor una determinada situación, según esta psicóloga sanitaria, educadora social, terapeuta Gestalt y de trauma y facilitadora de un abordaje terapéutico denominado ‘constelaciones’.

“La fuerza de la técnica viene de incluir lo visual más allá de lo que una persona pueda contar. Las configuraciones con muñecos permiten ver y comprender cuál es la base del problema o conflicto y poder explorar qué movimientos pueden acercar a una solución de mayor equilibrio”, señala Ferre.

“Con una primera mirada de la escena de muñecos el profesional detecta mucha información inconsciente y del mundo emocional de la persona, hecho que le permite “acompañar al cliente para que ‘vea’ sus propias soluciones, en muy poco tiempo”, destaca.

En una sesión de psicoterapia con muñecos ‘playmobil’ “pedimos al paciente que represente el conflicto que tiene creando una escena de muñecos para que pueda “ver”, literalmente, esa situación, y no sólo hablar de ella”, explica Ferre a Efe.

Señala que, cuando la persona coloca la escena, está concretando y proyectando su imagen interna de una situación que le preocupa (https://www.youtube.com/watch?v=Kw_862Mx99U).

“Paciente o cliente y profesional, pueden explorar esa imagen conjuntamente para hablar de ciertos detalles significativos: quién está cerca de quien, quien mira a quien, a quien no mira a nadie, o de qué van vestidos, por ejemplo”, indica esta psicóloga.

“Concretar externamente una imagen mental interna trae a la superficie mucha información, en gran parte inconsciente, y el paciente por sí mismo puede ver cosas que no sabía que conocía sobre el tema de consulta”, puntualiza.

PODER TERAPÉUTICO DE LA IMAGEN SIMBÓLICA

Para Ferre esto es un ejemplo clave de que “una imagen vale más que mil palabras”. “Utilizamos los muñecos ’ porque son claramente figuras humanas, articuladas y tienen infinidad de personajes. Para mucha gente son una herramienta familiar y amable, nos recuerdan al juego y eso ayuda a rebajar barreras en una sesión de terapia, que a veces pueden ser muy serias”, señala.

Para dar una idea de lo que sucede en una sesión y cómo funciona esta terapia, Ferre describe el caso de una madre que acudió a su consulta preocupada porque su bebé de 14 meses le rehuía la mirada y tenía miedo de que tuviera algún problema.

“Ella estaba muy nerviosa y hablaba atropelladamente con mucho caos” recuerda.

Ferre le pidió a esa mujer que sacara un muñeco para representarse a sí misma y varios más para representar algunos de los aspectos de su personalidad que iban saliendo a medida que relataba su situación: su parte profesional con ambiciones, su rol de pareja, su rol de madre y su parte controladora.

“Cuando vio todos los muñecos en la tabla, antes incluso de empezar a explorar esa imagen, dijo: “¡cuánta gente tan diferente! Es difícil que vayan juntas y se pongan de acuerdo ¿no?”, y rompió a llorar”, recuerda la psicóloga.

Explica que a lo largo de esa primera sesión y las siguientes, la madre pudo “dar voz a cada aspecto de sí misma y ver con más claridad cómo afrontar su proceso de escuchar y atender sus diferentes necesidades, calmarse y dejar de proyectar su miedo (al descontrol, como vimos durante la exploración) en su bebé”.

“En el caso de los niños, ellos ‘simplemente juegan’ con los muñecos, moviéndolos y mezclándolos con muchos materiales y objetos, creando sus personajes y dándoles frases que repiten. Así representan aquello que necesitan expresar: lo que les angustia, no comprenden, les da miedo o les pasa por dentro”, puntualiza.

“Aquí el profesional hace de testigo para poder entender su lenguaje simbólico y ‘traducirlo’ al lenguaje adulto, para comprender donde el niño está necesitando ayuda y poder ofrecérsela, también a través del juego”, comenta.

HERRAMIENTA PARA RECUPERAR EL BIENESTAR

Según Ferre, “la clave de esta herramienta es que el cliente ve por sí mismo cosas que antes no veía. En contextos terapéuticos los muñecos son muy útiles para desencallar situaciones en las que la persona tiene una imagen muy fija, preparándola para superar miedos, obsesiones, fobias y ansiedades, por ejemplo”.

“La TcM también es útil para situaciones en que la persona necesita claridad para comprender el origen de su malestar interno, como las relaciones de pareja o laborales difíciles o las situaciones familiares dolorosas”, de acuerdo a esta experta.

“Para mí, los muñecos son extraordinarios porque ayudan a que la persona pueda ver cosas por sí misma de una manera muy directa e inesperada”, enfatiza Ferre.

Explica que, a diferencia de otras técnicas y enfoques terapéuticos, el terapeuta no interpreta al cliente, “sino que le acompaña con preguntas y observaciones obvias de la imagen para que sea él o ella, por sí mismo, quien pueda ampliar la visión de sus temas, de manera fácil y relajada”.

“Con la metodología que trabajamos, podemos mantener la sesión a un nivel de comprensión racional o bien ayudarle a entrar fácilmente en contacto emocional, en función del contexto de la intervención, de orientación o más terapéutico” matiza.

Para Ferre “los muñecos son muy potentes si se aprende a explorar las configuraciones sin imponer interpretaciones a los consultantes. Eso empodera mucho a la persona, que puede marcar su propio ritmo para ver nuevas comprensiones o contactar con emociones difíciles o retenidas, sin presión”.

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