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CBP niega el acceso a médicos que quieren vacunar a niños migrantes contra la gripe

Médicos y otros proveedores de atención médica de Doctors for Camp Closure frente a una instalación de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU en San Ysidro con la esperanza de tener acceso a la instalación y vacunar a los migrantes detenidos el 9 de diciembre de 2019.
(K.C. Alfred/The San Diego Union-Tribune)

Los médicos dicen que volverán todos los días para administrar vacunas gratuitas contra la gripe hasta que logren entrar

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Un grupo de médicos, que el mes pasado presionaron a la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) para que les permitiera administrar vacunas contra la gripe a los niños migrantes detenidos, ahora llevaron su lucha a la entrada de un centro de detención en San Ysidro y dijeron que no se irán hasta que logren su objetivo.

Alrededor de 40 personas, incluyendo médicos con licencia para ejercer en California, marcharon el lunes desde Vista Terrace Neighborhood Park hasta el centro de detención en Beyer Boulevard, pidiendo al CBP que los deje entrar o que deje salir a los niños para que participaran en una clínica móvil gratuita que establecieron en el exterior. A ellos se unieron por lo menos otra docena de estudiantes de medicina y simpatizantes.

Durante el año pasado, tres niños murieron de gripe mientras estaban bajo custodia federal de inmigración.

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La doctora Bonnie Arzuaga junto a una mesa de suministros para vacunas contra la gripe mientras los médicos y otros proveedores de atención médica de Doctors for Camp Closure esperan tener acceso para administrar vacunas contra la gripe a los migrantes detenidos en la estación de la Patrulla Fronteriza en San Ysidro el 9 de diciembre de 2019.
(K.C. Alfred/The San Diego Union-Tribune)

Con letreros que decían “No más muertes por gripe” y “Los niños no deben estar en jaulas”, los médicos gritaron y corearon. Algunos de ellos hablaron de su viaje personal a Estados Unidos como hijos de inmigrantes indocumentados.

Aunque la agencia no respondió directamente a la manifestación de los médicos, un portavoz del CBP respondió a las preguntas de los medios de comunicación, y la agencia emitió una respuesta a una carta del 5 de noviembre que los profesionales médicos enviaron al Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos solicitando acceso para administrar vacunas contra la gripe.

“Nunca ha sido una práctica de CBP administrar vacunas y esta no es una política nueva”, decía en parte la declaración oficial. “Los individuos bajo custodia del CBP generalmente no deben permanecer más de 72 horas en las salas de detención de CBP o en las instalaciones de detención... Como organismo encargado de hacer cumplir la ley, y debido a la naturaleza a corto plazo del mantenimiento de CBP y a otros problemas logísticos, no es factible poner en marcha un programa de vacunación”.

El doctor Mario Mendoza, anestesiólogo jubilado, dijo que administrar vacunas a más de 100 niños a través de la clínica móvil gratuita que instalaron directamente fuera de las instalaciones del CBP tomaría menos de media hora.

“Tenemos al equipo aquí, contamos con las vacunas. No tardaría 72 horas”, dijo Mendoza, y agregó que negar a los niños la atención básica de salud que se les ofrece es intencionalmente cruel e inhumano. “Lo que puedo decir es que no nos iremos de aquí hasta que nos dejen entrar. Somos médicos. Estamos en contra de la muerte y a favor de la humanidad”, dijo.

Raquel Pérez, una estudiante de medicina de UC Davis, se ofreció como voluntaria junto con médicos y otros proveedores de atención médica de Doctors for Camp Closure con la esperanza de tener acceso para vacunar contra la gripe a los migrantes detenidos en la estación de la Patrulla Fronteriza en San Ysidro el 9 de diciembre de 2019.
(K.C. Alfred/The San Diego Union-Tribune)

Mendoza tiene una conexión personal con la causa. Le contó al grupo cómo huyó de El Salvador con su madre y su hermano, después de que sus vidas fueron amenazadas por el trabajo de su madre defendiendo los derechos de los maestros.

Primero la familia pidió asilo político en Estados Unidos, pero se les negó, dijo. “¿Qué puede hacer una madre? No va a dejar que sus hijos mueran. Como CBP lo está haciendo aquí, están dejando morir pasivamente a los niños por la gripe, algo que se puede prevenir fácilmente”, manifestó Mendoza.

“Me duele mucho el corazón por los inmigrantes que se encuentran aquí, tanto los adultos como los niños. Llegué a este país indocumentado de El Salvador en 1981. Corrimos durante 12 horas por el desierto. Sobrevivimos sólo gracias al favor de Dios y a la fuerza de mi madre”, dijo Mendoza, quien agregó que tuvo una carrera exitosa como profesional médico y luego fundó la organización Life Undocumented, un grupo que recopila y publica historias y datos de inmigrantes.

Mendoza no fue el único médico en la manifestación de San Ysidro que compartió su viaje personal de niño migrante a médico. El doctor Sirac Cardoza, quien practica medicina familiar y acaba de completar su residencia en el Centro Hospitalario de Brooklyn, dijo que cruzó la frontera cuando era un niño de 7 años, huyendo de Nicaragua.

“Mi madre me llevó literalmente sobre sus hombros a través del río, y 17 días en un desierto caminando, con muy poca comida. No sé cómo lo logramos”, relató Cardoza.

Después de eso, recuerda Cardoza que le prometió a su madre que se pasaría la vida ayudando a la gente y se convirtió en médico. Dice que se imagina lo que deben estar sintiendo los niños detenidos. “Miedo, miedo. No puedo imaginarme ser separado de mi madre. Me aferré a ella por mi vida... Estaba oscuro, había arbustos por todas partes. Y recuerdo haber visto la ropa de la gente, la ropa mojada que dejaron en el camino”, dijo acerca de cuando cruzó a Estados Unidos.

Cardoza indicó que espera que los grupos en la protesta, incluyendo Doctors for Camp Closure, Families Belong Together y Never Again Action, puedan crear conciencia, apelando a las madres y otras personas que cuidan a los niños.

“Todo el mundo ha tenido en sus manos a un niño con fiebre y no proporcionar atención médica es muy, muy cruel”, dijo. “El informe de la autopsia que uno de los doctores leyó aquí decía: ‘Tenía fiebre, así que le dijeron que se tumbara en el suelo porque estaba frío’, ¿en serio? ¿Le gustaría que su hijo se tumbara en el suelo en una celda de la cárcel cuando tiene fiebre? Eso es realmente muy cruel”.

Doctores y otros proveedores de atención médica de Doctors for Camp Closure se encuentran frente a la Estación de Patrulla Fronteriza en San Ysidro con la esperanza de tener acceso a las instalaciones para vacunar a los migrantes detenidos el 9 de diciembre de 2019.
(K.C. Alfred/The San Diego Union-Tribune)

El mes pasado, un grupo de siete médicos de todo Estados Unidos envió una carta al Departamento de Seguridad Nacional llamando a la negativa de la agencia a vacunar a los niños migrantes “causa de alarma significativa”.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos recomendaron el año pasado que el CBP vacunara a los migrantes detenidos contra el virus de la gripe, pero el CBP rechazó la idea.

Los médicos señalaron en su carta que la tasa de mortalidad por gripe entre los niños inmigrantes bajo custodia federal era nueve veces más alta que la población general el año pasado.

Entre los que enviaron la carta está la doctora Bonnie Arzuaga, una pediatra de Boston. El lunes, ella dirigió al equipo de médicos que se preparó para administrar las vacunas contra la gripe a la puerta exterior de las instalaciones de la CBP, saludando a los agentes que estaban estacionados dentro de las puertas.

La doctora Bonnie Arzuaga trata de contactar a la Patrulla Fronteriza mientras doctores y otros proveedores de servicios de salud de Doctors for Camp Closure esperan tener acceso para vacunar a los migrantes detenidos en la Estación de Patrulla Fronteriza en San Ysidro el 9 de diciembre de 2019.
(K.C. Alfred/The San Diego Union-Tribune)

“Les hicimos señas y retrocedieron lentamente en lugar de acercarse a nosotros. Así que fuimos a su timbre, lo tocamos un par de veces y nadie responde”, dijo Arzuaga. “Así que lo que vamos a hacer ahora es poner nuestra clínica aquí en su entrada, y no nos iremos hasta que alguien salga y hable con nosotros”.

Arzuaga dijo que el grupo no estaba seguro de cuántos niños estaban detenidos dentro del centro, pero que habían confirmado que allí habían estado detenidos menores migrantes y a menudo por periodos mayores a los que la política de 72 horas describe en la declaración de CBP.

El grupo dijo que planean continuar sus manifestaciones a lo largo de la semana o hasta que tengan una reunión con CBP.

En el año fiscal que terminó el 30 de septiembre, tres menores de 2, 6 y 16 años de edad murieron de influenza bajo custodia federal. Las muertes se produjeron cuando el número de niños y familias migrantes detenidos alcanzó un nivel sin precedentes, algunos de los cuales permanecieron recluidos durante semanas antes de ser puestos en libertad o trasladados a centros de detención de larga duración administrados por organismos federales que sí proporcionan vacunas.

El número de familiares y niños migrantes que llegan a la frontera ha disminuido en cada uno de los últimos seis meses después del repunte del año pasado, pero sigue siendo mayor que en el pasado.

En diciembre del año pasado, después de que dos niños migrantes guatemaltecos murieran bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza en el área de El Paso, uno de ellos a causa de una enfermedad relacionada con la gripe, los funcionarios de la Patrulla Fronteriza prometieron aumentar el número de exámenes médicos, especialmente para los menores.

Ampliaron su equipo de 20 médicos en la frontera a más de 250, dijo una portavoz de la Patrulla Fronteriza, asegurando que la mayoría de las instalaciones en los tramos más ocupados de la frontera - incluyendo el Valle de Río Grande de Texas y El Paso - contaban con personal médico las 24 horas para examinar a los migrantes que llegan.

Pero los jóvenes migrantes continuaron muriendo bajo custodia federal. Después de que el migrante guatemalteco de 16 años Carlos Hernández falleciera de gripe el 21 de mayo, la Patrulla Fronteriza cerró temporalmente el centro de detención del sur de Texas donde había estado recluido y puso en cuarentena a otras tres docenas de migrantes enfermos.

“Las muertes por gripe se pueden prevenir y la vacunación a gran escala no es algo sin precedentes”, dijo la doctora Marie DeLuca, del grupo de Doctors for Camp Closure.

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