Sin habitación para aislarse, madre con coronavirus vive en burbuja plástica para no contagiar a su familia
El distanciamiento social es la recomendación principal de todos los expertos para evitar el contagio por el coronavirus, pero cuando se vive en un apartamento de un solo dormitorio por familia y uno de los miembros resulta positivo, no hay otra opción más que “crear una burbuja”, literalmente.
Este fue el caso de Rina Chavarría, quien tras saber que tenía COVID19, decidió forrar con plástico una litera en su hogar para no contagiar a su esposo e hijos de 20 y 12 años de edad.
Rina, de 52 años, lleva un poco mas de un mes viviendo entre plástico, algo que sostiene, le ha ayudado a su familia a estar a salvo de la enfermedad, ya que viven en un lugar de un solo cuarto.
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El dolor mas grande, dice la oriunda de Guatemala, fue ver a su hijo Marco, de 12 años, poniendo su mano en el plástico para poder sentir su palma de la mano, ya que no podía abrazarla.
El pasado 21 de abril, la madre de familia empezó a tener malestar corporal y diarrea durante el día. Sin embargo, para esa misma noche la fiebre de 104 no la dejaba descansar.
Con el presentimiento de haberse contagiado de coronavirus, la señora fue al siguiente día a hacerse la prueba, y esa misma tarde tuvo la idea de guardarse entre plástico.
“No quería que mi hija y mi hijo fueran a pasar lo mismo que yo. No conocía el diagnostico, pero tenía los síntomas. No pude esperar, me dio mucho temor contagiarlos así que me aislé de ellos y de mi esposo. No tenía otra opción en un espacio tan pequeño”, dice la señora.
El 24 de marzo, la madre de tres niñas de 4, 11 y 14 años, empezó a tener tos seca, calentura y diarrea.
Una vez forrada el espacio de su cama, Rina puso un ventilador que le pudiera ayudar a mantener el aire circulando.
“A los tres días de hacerme la prueba, me leyó mi hija los resultados y me dijo que era positiva. Lloramos las dos mientras me daba la respuesta, pero yo ya me había confinado a mi burbuja”, dice la señora oriunda de Guatemala.
Para ese entonces la fiebre, la tos y el dolor de cuerpo eran persistentes e intensos. Así que, para salir al baño o la cocina, la madre de familia tenía qué avisarles a sus hijos que se pusieran su cubrebocas y se alejaran de ella.
“Mi hijo más pequeño, Marco, fue el más afectado por todo. El acostumbraba a besarme y abrazarme mucho. Así que mientras estaba en mi burbuja me pedía un abrazo ‘al aire’… esos son momentos que no puedo olvidar”, agrega.
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Rina sostiene no tener idea de dónde contrajo el virus, pero asegura que, al viajar solo de su hogar al trabajo, solo pudo contagiarse en el trabajo; una empacadora de carne en Vernon, donde ella se asegura de chequear los cortes de lomo de carne. Unos 153 trabajadores de esa zona han resultado contagiados de coronavirus.
“Los momentos que más me dieron miedo fue cuando me agarraba la tos y me agitaba. A veces no podía ni moverme porque me faltaba el aire”, sostiene.
Han pasado varios días desde su diagnostico y Rina aun sigue viviendo en su burbuja y llevando las mismas reglas de seguridad en su hogar.
“Nadie de mi familia ha resultado positivo. Creo que el plástico pudo ayudar. Y el hecho de que mi hija también me atendió este tiempo”, sostiene.
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Rina admite estar obsesionada con limpiar y ponerle alcohol o desinfectante a todo lo que toca.
La señora fue muy creativa en buscar una forma de aislamiento. De acuerdo con los Centros de Control y prevención de Enfermedades (CDC), siempre que estén juntos en la misma habitación, se recomiendan que la persona enferma use una cubierta facial de tela, incluso en su propia casa.
Los CDC dicen que, si comparte un baño, los habitantes del hogar no vayan al baño demasiado pronto después de que lo haya usado una persona que tiene el virus. Así bien, alguien más en la casa debe preparar comida para la persona enferma y llevarla a su lugar de aislamiento.
Los expertos también recomiendan usar guantes para manipular y lavar sus platos y utensilios sucios en agua caliente y jabón o en el lavavajillas.
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