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¿Por qué las personas negras y latinas siguen al margen de la industria de la tecnología?

People march as traffic is stopped on the Golden Gate Bridge in San Francisco
La gente marcha en el puente Golden Gate, en San Francisco, como parte de una protesta, el 6 de junio, por la muerte de George Floyd en el Día de los Caídos.
(Jeff Chiu / Associated Press)
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Parecía que el sector de la tecnología estaba saliendo adelante.

Durante años, los gigantes de la industria se resistieron a revelar datos de diversidad de su fuerza laboral, lo cual hacía difícil determinar con precisión cuánto más blanco y más masculino era Silicon Valley que la población en general. Pero la decisión de Google, en 2014, de publicar el desglose racial y de género de su mano de obra parecía indicar un cambio radical.

Los números revelaron una industria dominada por hombres blancos y asiáticos. De casi 50.000 empleados en Google en 2014, 83% eran hombres, 60% eran blancos y 30% eran asiáticos. Sólo el 2.9% eran latinos y el 1.9% negros. Un año después, cuando otras compañías importantes de Silicon Valley comenzaron a informar sus propios números de diversidad, Google anunció que dedicaría $150 millones a aumentar la diversidad en la empresa.

En los años posteriores, Google ha aumentado su fuerza de trabajo a más del doble, pero hizo un progreso mínimo para que sea más representativa. Los datos son similares en toda la industria.

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Esta falta de diversidad -Google informó que, hasta mayo pasado, el 5.9% de sus empleados y contratistas eran latinos y el 3.7% negros-, se extiende desde los altos ejecutivos, los empresarios que fundaron las empresas y los capitalistas de riesgo que invierten en nuevas compañías.

La industria, que se enorgullece de su agilidad, no ha logrado mover la aguja sobre la diversidad en el lugar de trabajo. El resultado neto es un sector completo de la economía -el sector que ha creado la mayor riqueza en California en los últimos 10 años, acuñó multimillonarios y reformó el Área de la Bahía de San Francisco a su propia imagen- que funcionalmente apenas está abierto para la gente negra y latina.

Los líderes tecnológicos a menudo señalan un “problema de base” para explicar la falta de contratación y promoción de negros. Pero en 2016, el 12% de los graduados con un título en ciencias, tecnología, ingeniería o matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) eran negros, según el Centro Nacional de Estadísticas de Educación. Incluso la clase graduada en ciencias de la computación en Stanford, el campo de entrenamiento de élite de Silicon Valley, es más diversa que las compañías que están cerca del campus.

Ya sea que se establezcan objetivos basados en la población nacional o en los graduados de carreras STEM, pocas compañías tecnológicas se acercan, indicó Freada Kapor Klein, socia fundadora de la firma de capital de riesgo Kapor Capital, que ha estado abogando por aumentar la diversidad en tecnología durante décadas.

“Hay muchos números sólidos y rápidos que podríamos usar para establecer las metas”, agregó Kapor Klein. “Pero [las compañías tecnológicas] ni siquiera están cerca; están tan lejos del campo que necesitan binoculares para verlos”.

El problema, en la estimación de Kapor Klein, no es de educación sino de acceso y apoyo. Varios profesionales negros de la tecnología están de acuerdo en que la dependencia de la industria en las relaciones personales para tener acceso y oportunidades es en parte culpable, y produce un efecto de red que milita en contra de la inclusión negra y latina.

El origen del ecosistema tecnológico -los fondos de capital riesgo- tipifica el problema.

Según Kanyi Maqubela, socio gerente de Kindred Ventures, la dependencia de la industria en las relaciones personales perpetúa un sistema de control que está casi diseñado para mantener fuera a los inversores como él.

Los inversores negros representan menos del 1% de los capitalistas de riesgo. Y, para empezar, ya se trata de un mundo pequeño. En 2018, sólo 713 inversionistas individuales en grandes fondos de riesgo, definidos como aquellos con más de $250 millones bajo administración, tenían el poder de liderar acuerdos, participar de juntas y emitir cheques para invertir en compañías, según una encuesta de información. De ese grupo, 11 eran latinos y siete negros.

Una serie de empresas de primer nivel, como Sequoia, Benchmark, Greylock y Kleiner Perkins, no tienen socios negros en absoluto.

Los grandes grupos de dinero que invierten en fondos de capital de riesgo como socios limitados confían en los nuevos capitalistas de riesgo para manejar su dinero sólo si los inversores más consolidados, con los que han trabajado en el pasado, los avalan, y los inversores negros más consolidados son contados.

Cuando un capitalista de riesgo negro trata de recaudar un nuevo fondo de esos socios limitados, dijo Maqubela: “Toman todos los patrones demográficos que conocen y los aplican exclusivamente en tu contra”.

“Tuve la suerte de haber atraído o reclutado a varios mentores que decidieron entrenarme y respondieron por mí, casi todos hombres blancos”, afirmó Maqubela. “Así que, cuando salía a recaudar fondos, había más de una docena de personas hablando y haciendo llamadas en mi nombre, como una forma de indicar que estaba en el club”.

Esa barrera hace que sea difícil para los capitalistas de inversión negros establecer un historial sólido de inversión de grandes cantidades de dinero y generar fuertes ganancias para sus socios por su cuenta. BLCK VC, un grupo fundado en 2018 como una red de apoyo y organización, tiene la misión declarada de aumentar el número de capitalistas de inversión (VC, por sus siglas en inglés) negros de 200 a 400 para 2024, en una industria con casi 4.000 inversores activos en todo el país.

“He hablado con un VC negro que me superaba intelectualmente sobre finanzas, productos, lo que sea, pero no sabía que se necesitaban referencias sólidas para acudir a un socio simple (LP, por sus siglas en inglés) de manera creíble”, relató Maqubela. “Es un testimonio de la naturaleza estructural de cómo se compone el capital de riesgo”.

Este sistema ha creado un panorama de capital de riesgo que es menos diverso que las instituciones financieras convencionales. El seis por ciento de los banqueros de inversión y casi el 9% de los consultores financieros son negros, en comparación con menos del 1% para capital de riesgo, según un estudio de la Escuela de Negocios de Harvard, de 2017.

Los problemas en el capital de riesgo persisten en toda la industria.

El porcentaje de empleados negros en las principales empresas de tecnología sigue siendo bajo: 2.9% en Salesforce, 3.8% en Facebook, 4.4% en Slack, 4.5% en Microsoft y 6% en Twitter. Las fuerzas laborales de Lyft y Uber son 9% y 9.3% negras respectivamente, pero eso se inclina fuertemente hacia sus equipos de operaciones con salarios más bajos. La mano de obra de Apple es un 9% negra, pero eso incluye a los empleados minoristas. Amazon, que emplea a casi 800.000 personas en todo el mundo, principalmente en tareas de logística y almacén, de bajos salarios, tiene una fuerza laboral que es 26.5% negra en general, pero sólo 8.3% negra entre los gerentes.

El número de personas negras en liderazgo o roles técnicos altamente compensados es aún más bajo. Por ejemplo, en Google, sólo el 2.6% del liderazgo y el 2.4% de los trabajadores técnicos son negros. En Facebook, los negros representan únicamente el 3.1% de los roles de liderazgo y el 1.5% de puestos técnicos.

Menos del 1% de los fundadores de startups (empresas nuevas) que reciben fondos de riesgo son negros. Y con pocos inversores negros en sus juntas, el porcentaje de altos ejecutivos negros en las principales compañías tecnológicas es aún menor.

El problema no es la falta de candidatos calificados, sino la falta de voluntad de las empresas para abrir la puerta, señaló Bari Williams, directora legal de Human Interest, una startup de servicios financieros.

Las empresas son reacias a ampliar las escuelas de las cuales reclutan para incluir colegios y universidades históricamente negras, dijo Williams, quien aboga por la diversidad en Silicon Valley. “Siempre se reduce a la creencia de que hacerlo sería como bajar de grado”, comentó. Williams, quien solía trabajar en StubHub y Facebook, contó que vio cómo se descartaba a ciertos candidatos porque habían asistido a facultades y universidades históricamente negras (o HBCU, por sus siglas en inglés).

Muchas compañías tecnológicas también dependen en gran medida de las referencias de los empleados actuales, un sistema que no es inusual en los negocios, pero que puede reforzar los efectos de la red. “¿A quién refiere uno, típicamente? A las personas que miran, actúan, se visten, hablan y hacen las mismas cosas que uno”, enfatizó Williams.

Una vez contratados, los empleados tienen que superar más obstáculos para el éxito. Las personas en funciones de alto nivel “quieren orientar y preparar a quienes se parecen a ellos o les recuerdan a sí mismos”, comentó Williams. “Así que no hay alguien que abogue por ti”.

El resultado es que incluso cuando las personas negras y latinas llegan, a menudo se encuentran buscando la salida en poco tiempo, y la rotación sigue siendo alta. “El enfoque de la tecnología hacia la diversidad en los últimos años ha sido como llenar la bañera con el desagüe abierto”, ilustró Kapor Klein, quien coescribió un estudio en 2017 sobre el tema. Según ella, las empresas deben hacer el trabajo duro de inspeccionar todo, desde las prácticas de contratación e inversión hasta quién dirige el departamento de recursos humanos para eliminar los hábitos que alienan y excluyen a los grupos subrepresentados. “Si están sesgados, mejórenlos”, dijo.

Dado que las protestas nacionales por el asesinato de George Floyd bajo custodia policial provocaron un examen acerca del racismo estructural en toda la sociedad estadounidense, varios fondos de capital de riesgo y compañías tecnológicas anunciaron iniciativas para corregir la falta de representación negra y latina.

El gigante tecnológico japonés SoftBank, que ha hecho olas en el mundo tecnológico con su Vision Fund de $100 mil millones en los últimos años, anunció un fondo de oportunidad de $100 millones a principios de junio, para invertir exclusivamente en empresarios de color. El mismo día, Andreessen Horowitz, un fondo de riesgo líder en Silicon Valley, que administra $14 mil millones, comunicó un fondo similar, iniciado con $2.2 millones de los socios de la empresa, pero que crecerá con más contribuciones.

Varias compañías han presentado declaraciones de solidaridad con las protestas, aunque algunas han estado en desacuerdo con las prácticas comerciales y de contratación hasta la fecha. Microsoft y Apple prometieron centrarse en la contratación y retención de empleados negros, y esta última empresa comprometiéndose con $100 millones para respaldar la iniciativa. Muchas compañías convinieron apoyar a las organizaciones sin fines de lucro de justicia racial o a negocios propiedad de negros; Google prometió más de $175 millones, y Facebook y Amazon donaron $10 millones a organizaciones sin fines de lucro enfocadas en la justicia racial.

Facebook también anunció que dedicará $100 millones para apoyar a las empresas de propiedad negra este año, a través de una combinación de subvenciones y créditos publicitarios gratuitos en su plataforma, y se comprometerá a dar $100 millones en negocios a proveedores negros cada año, entre otras iniciativas.

Los profesionales negros de la tecnología, que han sufrido antes el ir y venir en estos compromisos, dicen que están esperando ver si estas promesas resultan en cambios concretos en la contratación, la tutoría y la inversión.

Brentt Baltimore, asociado sénior del fondo de riesgo de Los Ángeles Greycroft y miembro de BLCK VC, afirmó que él y sus compañeros en el grupo fueron inundados en las últimas semanas de preguntas de personas de toda la industria que quieren saber cómo mejorar.

Baltimore está contento de que más gente hable sobre el problema, pero lo que realmente se necesita es “acción”: dinero, tiempo y liderazgo consistentes dedicados a atraer de forma activa a más profesionales e inversores de tecnología negra a la industria.

Sin eso, advirtió, “no veo posible mucho cambio estructural”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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