Columna de adictos y adicciones: Una piedra en el camino
Erika y Marco, están encerrados en un laberinto de emociones, ninguno de los dos sabe identificar lo que siente y caminan en círculos.
Producto de dos relaciones anteriores, ella es madre de dos jovencitas de 13 y 16 años de edad. Como tantas otras mujeres, se ha hecho cargo de sus hijas con la ayuda esporádica de sus progenitores, con quienes mantiene una actitud beligerante y no muy amistosa.
Marco, es un hombre de 36 años de edad, que ha consumido cristal y otras drogas, durante quince años. Sus relaciones y sus trabajos siempre han sido eventuales, a la familia la tiene agotada, los exprimió hasta donde pudo y lo dejaron de apoyar.
Me he dado cuenta de que no puedes seguir ocultando quién eres realmente
Dicen que las piedras rodando se encuentran, así se volvieron a encontrar Erika y Marco, después de más de 15 años de no verse. En su adolescencia fueron vecinos y medio novios, después la vida los separó y cada quien siguió su camino.
Por diferentes razones, a ambos les dio gusto el reencuentro, ella lo encontró soltero y sin compromisos, en una situación desesperada y él encontró un hombro para llorar y una casa donde comer y dormir.
En unos cuantos días, Erika se dio cuenta de la adicción de Marco, pasaron largas horas conversando, él repetía el discurso de siempre: “Quiero cambiar, pero no puedo, ayúdame, préstame” y un sinfín de razones y problemas, que Erika recibía como si fueran suyos.
A instancias de ella, Marco se internó en un centro de rehabilitación, donde pasó un año sin consumir, pero sin trabajar honestamente en sus defectos de carácter. Durante ese tiempo, Erika lo visitó, le llevó regalitos, atendió sus llamadas y se hizo ilusiones.
Durante los últimos 16 años, Mauro Ríos Parra ha vendido barras de fruta y helados en las calles de Pico-Union, una de las ciudades más densas de Los Ángeles y una de las más afectadas por el coronavirus.
Al salir del centro de rehabilitación y sin tener a donde ir, Erika le ofreció su casa y desde entonces empezaron una relación de pareja, que empieza a resultar en crisis, pues cada quien tiene objetivos diferentes en la vida.
Erika quiere desesperadamente que la quieran, que la necesiten y está dispuesta a todo. Hace más de un año, se autonombró rescatadora de Marco, tal vez con la esperanza de que él se diera cuanta de lo buena y necesaria que es ella, pero Marco sólo piensa en que es mucha la tentación y quiere volver a consumir, “aunque sea una sola vez más”.
Dicen que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, detrás de la elección de una pareja, hay motivos insospechados, Erika busca aceptación y Marco una mamá.
Sin duda esta pareja tiene un camino muy largo por recorrer.
Escríbame, su testimonio puede ayudar a otros. Todos los nombres han sido cambiados.
Codependientes Anónimos
Codependientes Anónimos de Los Ángeles, es una organización cuyo único propósito es, desarrollar relaciones saludables. Para ser miembro sólo se necesita el deseo de relaciones sanas y amorosas.
Para mayor información, consulte la página: LaCoDa.org
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